Mitos alrededor del cáncer y lo que ha probado la ciencia

El uso del microondas está frecuentemente en tela de juicio por la creencia popular de que puede causar cáncer. (Getty Creative)
El uso del microondas está frecuentemente en tela de juicio por la creencia popular de que puede causar cáncer. (Getty Creative)

De tanto leer, y hasta escuchar anécdotas de esas que terminan con la frase “uno nunca sabe”, es posible que terminemos convirtiéndonos en seres un poco paranoicos hasta de los hábitos más comunes, y terminemos creyendo que, como dicen muchas leyendas domésticas, cosas tan comunes como usar el microondas cause cáncer.

Confieso que cada vez que uso el microondas lo pienso, y me convenzo de que no pasará nada. Tiene muchos años siendo uno de los mejores aliados del hogar, pero sé que muchas personas lo asocian con algún efecto perjudicial o incluso se cree que los alimentos que se han calentado en él podrían causar cáncer.

Aunque la investigación y la ciencia avanzan velozmente y ya sabemos que todo puede cambiar de un momento a otro como consecuencia de años de estudios, hasta ahora muchas de esas leyendas domésticas han sido rebatidas.

Entre las más comunes, está la del uso del microondas y calentar en él con envases plásticos. Con relación a lo primero, es común la creencia de que las ondas de calor contaminan los alimentos, pero no es así. Según la Sociedad Americana del Cáncer, si bien los hornos de microondas usan radiación de radiofrecuencia para calentar los alimentos, no se usan ni rayos X, ni rayos gamma, ni tampoco hace que los alimentos sean radiactivos.

“El horno solo produce microondas cuando la puerta está cerrada y el horno está encendido. Cuando los hornos de microondas se usan de acuerdo con las instrucciones, no hay evidencia de que representen un riesgo para la salud”, dicen y agregan que, en todo caso, si el horno está dañado o modificado, si podría permitir que las ondas se escapen, lo cual puede ocasionar quemaduras.

Con relación a los envases plásticos, es muy importante usar los que están marcados como “seguros para el microondas” o usar los de cristal con la misma marca. Los que no tienen esta garantía no deben usarse.

Hasta ahora no existen evidencias de que el uso del teléfono celular produzca cáncer. (Getty Creative)
Hasta ahora no existen evidencias de que el uso del teléfono celular produzca cáncer. (Getty Creative)

Otro mito común es el del uso del teléfono celular. Al respecto, el Instituto Nacional del Cáncer explica que el tipo de energía que emiten estos dispositivos electrónicos es de baja frecuencia, con lo cual no se pueden producir mutaciones genéticas. Lo que sí se ha demostrado es que su uso en la madrugada sí puede tener efectos nocivos sobre la salud.

También se dice que los campos magnéticos que generan los cables de alta tensión pueden ponernos en riesgo de cáncer y la respuesta nuevamente es negativa. La energía magnética emitida por estos cables es una forma de radiación de baja frecuencia que no causa daño a los genes y además, las paredes y estructuras bloquean fácilmente la energía eléctrica. De manera que, según un artículo de la Universidad de Valencia, no los campos electromagnéticos que emiten estos cables no perjudican la vida humana o animal.

Otro miedo, de los más comunes, es el relacionado con el uso de desodorantes y no existen evidencias científicas que vinculen el estos productos y el afeitado con el cáncer.

Qué podemos hacer para evitar el cáncer

Si bien se sabe que el cáncer no es contagioso, hay dudas populares en relación a sus causas hereditarias. Lo que es definitivamente cierto es que la mayoría de los tipos de cáncer aparecen por cambios genéticos que pueden ocurrir con el envejecimiento, por factores ambientales. Es posible que influya el tipo de alimentos que se consumen, el sedentarismo, así como también muchas veces se desconoce la causa por la cual aparece.

El consumo de tabaco sí es un factor de riesgo importante en la aparición de distintas enfermedades, incluyendo el cáncer. (Getty Creative)
El consumo de tabaco sí es un factor de riesgo importante en la aparición de distintas enfermedades, incluyendo el cáncer. (Getty Creative)

Lamentablemente, aún no hay no hay manera garantizada de prevenir la enfermedad, pero sí podemos tomar acciones en aspectos que sí están bajo nuestro control. Antes de concentrarnos en falsos enemigos ocultos que podrían estar dañándonos, podemos revisar a qué factores de riesgo reales estamos expuestos.

Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades, en Estados Unidos, sugieren algunas acciones básicas para reducir el riesgo de tener cáncer: no fumar, pues afirma entre otras cosas que el consumo de tabaco -y del humo secundario- podría causar cáncer en casi cualquier parte del cuerpo.

Otra sugerencia es limitar el consumo del alcohol, que está asociado a algunos tipos de cáncer. Asimismo, se sugiere proteger la piel del sol y, como hemos dicho frecuentemente, es fundamental atender cualquier señal sospechosa en lunares y manchas nuestra piel. Adicionalmente, se recomienda mantener en equilibrio el peso corporal, pues la obesidad se ha vinculado a mayor riesgo de cáncer, así como limiyar el consumo de comidas ultraprocesadas.

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