Yahoo Estilo Natalie Portman no aconseja que los niños repitan su camino en Hollywood
La actriz asegura que no animaría a los niños a que entren en el mundo de la actuación profesional todavía
Natalie Portman tiene 42 años y lleva 30 trabajando como actriz. Comenzó a transitar por los pasillos teatrales, los castings y las alfombras rojas cuando todavía era una niña, capturando la atención de la crítica e industria con su talento para transmitir desesperanza y dramatismo. Descubrió la presión de la sexualización desde el principio, aprendiendo la importancia de proteger su privacidad mientras expandía una filmografía impresionante que próximamente añade uno de los eslabones más destacados de su repertorio con Secretos de un escándalo de Todd Haynes.
Sin embargo, a pesar de haberse labrado su carrera desde los 12 años y con éxito internacional, Natalie Portman cree que ningún niño debería seguir sus pasos.
“No animaría a la gente joven a entrar en esto. No me refiero a nunca; me refiero a cuando son niños. Siento que fue casi un accidente de suerte que no me hicieran daño, además de tener unos padres maravillosos y muy sobreprotectores”, dijo en una entrevista para Variety.
“No te gusta cuando eres niño y lo agradeces cuando eres adulto. He escuchado demasiadas historias malas como para pensar que los niños deberían ser parte de ellas. Dicho esto, conozco todas las conversaciones que hemos tenido estos últimos años. Ha hecho que la gente sea más consciente y cuidadosa. Pero, en última instancia, no creo que los niños deban trabajar. Creo que los niños deberían jugar e ir a la escuela”.
Si bien puede sonar irónico dado que Natalie Portman disfrutó de un ascenso profesional que comenzó precisamente por su trabajo como estrella infantil, en su caso resulta comprensible a raíz de las explicaciones que dio en el pasado cuando reveló cómo fue la experiencia para ella, sintiéndose insegura y diseñando su propio mecanismo de defensa.
LA INSEGURIDAD DE NATALIE PORTMAN
La carrera de Natalie Portman comenzó cuando la contrataron como suplente de Laura Bell Bundy en un musical del circuito secundario de Broadway en 1992 (Britney Spears era la otra suplente que la acompañaba) y, poco después, debutaba en el cine con un papel protagonista en El perfecto asesino (1994) de Luc Besson.
Su interpretación de una niña huérfana que formaba amistad con un asesino a sueldo (Jean Reno), fue aplaudida por la crítica pero también perpetuó una imagen sexualizada que le pasó factura. Dos años después, mientras continuaba con sus estudios, aparecía en teatro y otros largometrajes, protagonizó Beautiful girls (1996), un drama dirigido por Ted Demme sobre una adolescente precoz que coqueteaba con su vecino mayor. No obstante, a pesar de tratarse de interpretaciones exquisitas, ambos personajes llevaron a que la actriz recibiera ofertas para interpretar a jóvenes sexualizadas, haciéndola sentir tan incómoda a los 15 años que influyó en las decisiones que tomaría a continuación. Se sentía “asustada” y la hizo “reacia a hacer cosas sexy”, como dijo a The Guardian en 2007.
“Tenía 13 años en esa película”, recordaba sobre El perfecto asesino. “Pero definitivamente me hizo alejarme de ese tipo de papel. Y hay una sorprendente preponderancia de ese tipo de personaje para las chicas jóvenes. Son algo así como objetos de fantasía para los hombres, y especialmente esta pureza idealizada combinada con la fertilidad de la juventud, y todo esto en uno”, añadió mientras sentenciaba que terminó rehuyendo de este tipo de papeles.
A pesar de su juventud, Natalie era consciente de la imagen de ‘Lolita’ que se estaba creando en torno a su figura. “Ser sexualizada cuando era niña creo que me quitó mi propia sexualidad porque me dio miedo y me hizo pensar que la forma en que podía estar segura era decir: 'Soy conservadora' y 'Hablo en serio y deberías respetarme', 'soy inteligente' y 'no me mires de esa manera'”, dijo en 2020 en el podcast de Dax Shepard (vía People).
Reconocía que estaba pasando por una etapa vital en donde cada uno tiene sus propios deseos y ganas de explorar la vida a su manera pero, en su caso, no se sentía a salvo. “No te sientes necesariamente segura cuando hay hombres mayores interesados y tu reacción es de ‘no, no, no, no’.”
Este tipo de atención masculina y la etiqueta de Lolita la llevó a construir una “fortaleza” para protegerse, creando una imagen más seria a cambio, cubriéndose el cuerpo e inhibiendo su expresión, como dijo a People en 2018, con la intención de enviar el mensaje: “Que soy alguien que merece seguridad y respeto”.
“Mucha gente tiene la impresión de que soy súper seria y conservadora… y me di cuenta que conscientemente cultivé eso para hacerme sentir segura”, añadió en 2020.
La actriz admitía que ese mecanismo de defensa funcionó, poniendo frenos en su adolescencia a lo que no quería hacer en pantalla. Por ejemplo, rechazando escenas de amor o besos. “Empecé a elegir papeles que eran menos sexy porque me preocupaba la forma en cómo era percibida y lo segura que me sentiría”, dijo.
Con todo esto resulta comprensible que Natalie Portman no quiera aconsejar que los niños sigan sus pasos. Tal vez incluso se siente más protectora ahora que es madre de dos niños. Después de todo, tuvo que lidiar con la presión del trabajo, las miradas externas, el escrutinio y la sexualización de su imagen, analizando su experiencia hasta el punto de construir una imagen diferente a cambio de sentirse protegida. Y cuando todavía era menor de edad.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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