Nati J: la operación a la que se sometió y el orgullo por su mamá católica y su papá judío

Nati Jota, en Mar del Plata: trabajo y relax junto al mar
Nati Jota, en Mar del Plata: trabajo y relax junto al mar - Créditos: @Nicolás Aragón

MAR DEL PLATA.- “Hace diez años que trabajo, un montón de tiempo, quizás por eso estoy muy feliz con este presente, con el rol de conductora, que es algo nuevo para mí”.

Tiene 30 años y su documento dice que es Natalia Jersonsky, pero en plan de abreviar y convertir su nombre en una “marca recordable” se hace llamar artísticamente Nati Jota. Así la conocen todos. Fundamentalmente, los 2.700.000 fans que siguen su cuenta en Instagram y la convirtieron en una influencer calificada y también los que consumen su programa Sería increíble que sale por el canal de streaming Olga , acompañada por Eial Moldavsky, Sofi Gonet y Homero Pettinato. Podría decirse que cumple con el “deber ser” de los comunicadores de su generación. Streaming y redes. Esa es la pócima.

“Nunca me había planteado conducir, porque soy medio cagona”, reconoce sin medias tintas. “No lo pedí, pero sabía que era el camino lógico que iba a desembocar ahí”, dice al pasar con no poco sentido común.

Es una de las profesionales de Olga que desde el vamos forma parte de su staff. Confió en Migue Granados y en los hermanos Bernarda y Luis Cella, los fundadores de la señal y, a pesar de definirse como temerosa, a comienzos de 2023 pateó el tablero y se la jugó. Dejó, casi de la noche a la mañana, su lugar en Luzu TV, el canal liderado por Nico Occhiato, donde su participación estaba muy instalada.

Si el “adiós” al chico oriundo de Villa Luzuriaga causó revuelo, llamó más la atención que, meses después, se sumara a la competencia: Olga. Se sabe, Luzu TV y Olga son una suerte de Boca-River del streaming y, aunque sus responsables intenten apaciguar las aguas y mostrarse civilizados, se “relojean” buscando sacar partido y llevarse la mejor porción de la audiencia posible.

Entre el trabajo y las vacaciones. Su permanencia en Mar del Plata le permite también disfrutar de la arena y recibir las vista de familiares y amigos
Entre el trabajo y las vacaciones. Su permanencia en Mar del Plata le permite también disfrutar de la arena y recibir las vista de familiares y amigos - Créditos: @Nicolás Aragón

Se crió en Mataderos y en Flores. Sus padres aún se sorprenden con la repercusión que la hija famosa obtiene en la calle y ella es muy compinche de sus hermanas Camila y Luciana. Estudió periodismo en TEA y cursó algunos años de la carrera de Ciencias de la Comunicación en la UBA. Vive en el límite entre Chacarita y Colegiales y, según dice, su estado civil es“sola”. ¿Y el jugador de Racing?

Se define feminista , es irreverente y, con valentía, hace un tiempo contó públicamente que se había sometido a una cirugía para reducir su busto . En X recibe elogios y decenas de críticas que hoy le importan menos. Se le dice haters, otra palabrita capitalizada por su generación. “Los padecí mucho”, se sincera.

Se acomoda en un lounge armado frente al estudio vidriado de Olga que está montado en una playa al sur de la ciudad. A un costado, un escenario enorme donde se ofrecerán varios conciertos durante este mes. Hay mucho para conversar con esta mujer que habla a la velocidad de la luz. Un grupo de chicas la saluda. Ella responde y se acomoda. Empieza a garuar sobre la arena. Casi una escena chejoviana.

Dar de nuevo

–Cuándo dejaste Luzu TV, aún no estaba acordado tu ingreso a Olga, ¿no?

–No fue dejar el canal de streaming más exitoso, sino abandonar casi el único espacio de este tipo que existía. Así que era irse sin saber hacia dónde. Fue un salto al vacío y no tenía una liana pensada para tomar.

–¿Por qué te fuiste?

–Sentía que había dado mi tope, me veía repetitiva.

Nati Jota formaba parte de Nadie dice nada, algo así como la “nave insignia” de Luzu TV. Conducida por Nico Occhiato, salía en el prime time matutino y sale, durante este verano, en el horario nocturno en vivo, seguramente buscando no competir con las transmisiones marplatenses de Olga y capitalizando a un público diferente. Podría decirse que Luzu TV abrió un camino, un mérito no menor que hay que reconocerle y que hoy lleva a la señal a transmitir prácticamente durante todo el día.

–Entonces, ¿por qué dejaste Luzu TV?

-Siempre traté de aportar lo mejor que tuviera de mí, fue muy lindo mi paso por ahí; por eso, cuando no me sentía tan luminosa, preferí irme.

–¿Cómo se lo planteaste a Nico Occhiato?

–Le pedí una reunión, pero él no se imaginaba lo que le iba a plantear, ya que nadie se baja de un espacio donde le va bien para irse a la nada. Fue una situación rara porque nos reunimos en el nuevo estudio de Luzu TV, que Nico me mostraba muy entusiasmado y yo para adentro pensaba: “vine a renunciar”.

–¿Qué te respondió?

–Me preguntó si era una decisión tomada y le planteé que, por gratitud y agradecimiento, podía quedarme un tiempo más, bancarlo hasta que encontrase un reemplazo.

Occhiato le propuso despedirse en una función teatral del programa que se iba a hacer en Uruguay, pero Nati no aceptó. Como el líder de Luzu TV necesitaba una figura para promocionar el evento, aceleró los tiempos de la renuncia: “Un domingo, a los dos días de la charla, me llamó y me dijo que el miércoles siguiente sería mi última vez en el programa” .

Fue brusco y efectivo. Liberada del compromiso, la conductora se tomó dos meses para viajar. México y Europa fueron los destinos escogidos. “No sé qué hubiese sido de mí si no aparecía Olga, propuesta que llegó cuando se conoció la noticia que me iba de Luzu TV” . Traición cero.

–En su momento hubo un “petit escándalo”, ya que se pensó que habías abandonado el barco de Occhiato para sumarte al de Migue Granados.

–Siempre supe que algo bueno iba a venir, porque estaba en un gran momento. Solo cuando fui parte de ESPN sentí que, si se acababa, me quedaría en la nada, pero, como después de eso siempre tuve varios trabajos en simultáneo, aprendí a no depender de nada. Es un capital que tengo .

Nati Jota en el momento en el que anunciaron su partida de Luzu TV
Nati Jota en el momento en el que anunciaron su partida de Luzu TV

Nuevo modelo de negocio

Rápidamente reconoce que, en su multiplicidad de ocupaciones, se incluye la labor en las redes sociales que, dada su injerencia en la gran cantidad de seguidores, se convierte en un factor de facturación.

La ecuación dice que, a más seguidores más se paga por publicación o historias y que también las marcas van acompañando esas performances buscando a este tipo de referentes para promocionar sus productos. “También sucede que alguien con menos seguidores, pero con un público más cautivo, fiel y específico es muy buscado por determinado tipo de empresas para promocionarse”. No es una regla de tres simple directa, como se decía en el colegio.

“ Nunca por necesidad agarré algo que no quería promocionar . Tengo mi propio medio, mis marcas y sé qué quiero comunicar”.

–¿Qué te interesa comunicarles a los 2.700.000 seguidores que husmean tu Instagram?

–Mi principal canal de comunicación hoy es Olga.

Fiel a su vocación periodística, haber conducido el especial de las últimas elecciones presidenciales en la señal de streaming es un punto que se interesa en destacar: “Fue un desafío tremendo, nunca lo propuse, pero, cuando me lo sugirieron les respondí: ´Los odio, pero lo haré´. Fue difícil, porque se trata de un tema donde siempre habrá alguien que te va a putear, por lo que dijiste o por lo que no dijiste. No me paré en el lugar del que sabe, sino que, como una más, consultaba a los expertos y eso creo que interesó mucho”. Su performance fue muy meritoria .

–¿Quién paga mejor, Nico Occhiato o los hermanos Cella?

–Sé que hay un “viri viri” con el tema, pero no me parece que haya que hablar sobre eso. El dinero es algo importante, pero no dependo de un laburo de turno.

–¿Qué es el dinero?

–Una valoración, es la manera cuantitativa de sentirte cuidado, querido y valorado. Sobre todo cuando estás en un lugar al que le va increíble.

–¿Cuál es tu meta pensada?

–Hoy me cuesta verme en otro lugar que no sea un streaming.

–¿Te llegan propuestas de televisión abierta?

–Sí y no descarto nada. La tele me gusta, pero no todo lo que llega me resulta tentador.

–¿Tenés referentes en los medios?

–Con Grego Rosello, Belu Lucius y Santi Maratea fuimos los primeros de la era digital y seguimos abriendo caminos, entonces es complejo encontrar referentes.

–¿Y en la televisión abierta?

–Me gustan mucho Vero Lozano y Mariana Fabbiani. En conducción siempre son menos las mujeres . En cambio, chicos que hacen conducción se ven un poco más. A las mujeres nos cuesta más, es una puerta muy chiquita.

–Entonces, aún hay mucho para evolucionar en los medios.

–Sí, claro, no me parece que haya maldad, pero creo que lo primero en lo que se piensa es en un conductor varón. También se piensa que alguien joven, si es varón, da una imagen de mayor seguridad .

–Es retrógrado pensar eso.

–Fácticamente, quizás es así. ¿Cuántas conductoras jóvenes hay? Laurita Fernández y ¿cuántas más? De todos modos, tampoco tuve el sueño de ser la conductora de televisión abierta, porque conducir te quita un poco de lo lúdico de otros roles.

Cómoda en el streaming, no descarta trabajar en televisión abierta, aunque reconoce que a las mujeres les cuesta más acceder a ese medio
Cómoda en el streaming, no descarta trabajar en televisión abierta, aunque reconoce que a las mujeres les cuesta más acceder a ese medio - Créditos: @Nicolás Aragón

Agresiones

–¿Cómo te llevás con la repercusión pública?

–Es trillado lo que voy a decir, pero “es increíble el cariño de la gente”.

–Trillado, pero válido.

–Una locura. Estar al aire todos los días hace que converse más con mis compañeros y, por ende, con la gente, que con mi hermana. Aunque, también me hatean bastante.

–¿Sí?

–Doy medio paso al borde y tengo una avalancha de haters.

–¿Qué te dicen?

-Cualquier cosa. Nadie te juzga por lo que decís, sino que, a partir de lo que decís, elaboran una idea de quién sos. El fundamento del hater es: “Como dijiste algo que no me gusta, sos una pelotud...”. No se puede definir con tanto odio al otro, aunque me acostumbré bastante .

–No es bueno naturalizar eso.

–Hay un porcentaje de comentarios que aún duelen. Cuando viene una oleada grande, es muy nocivo, hay que correrse. No tengo maldad, por qué no pensar que puedo haber pifiado en algo. Si no te gustó un chiste o no compartías algo, es una cosa, pero, cada vez que recibí hate, nunca merecí ese nivel de odio . Eso me parece injusto.

–¿Qué fue lo peor que te dijeron?

–Ni recuerdo, porque cada trending topic tapa al anterior. También tuve algunos buenos, pero son los menos. Alguna vez pensé en escribir un libro. Hoy la verdad es que le fui quitando el peso, pero cuando te llegan mil puteadas es feo, injusto, nada habilita ese nivel de violencia . Twitter, hoy X, es mi cuna y mi verdugo. Empecé tuiteando en el colegio, así que en ese medio recibí lo bueno y lo malo.

–¿Qué tuiteabas en el colegio?

–Lo que iba haciendo. Contaba mi vida y le aplicaba humor.

Cuando en alguna reunión familiar apela al desparpajo verbal que aplica en los medios, sus padres la frenan con un “Natalia”. Santo y seña para que afloje con la irreverencia. “Sé que están orgullosos, pero se sorprenden cuando me saludan por la calle”.

Orígenes

En el jardín de infantes y en el colegio primario había una compañera llamada Natalia cuyo apellido comenzaba con la letra “G”. Una era Nati G y la otra Nati J. A veces, así de casual y sencillo, nacen las cosas. Su padre terminó de redondear el concepto: “Me armó un mail y la dirección fue ´Nati J´, pero la verdad es que mi apellido me encanta”.

–¿Venís de una familia religiosa?

–No religiosa, pero sí judía. No tapo mi apellido, lo llevo con orgullo. Cada tanto me gusta aclararle a la gente que soy Jersonsky . Además, mi nombre es un homenaje a mi abuelo paterno que se llamaba Natalio.

–¿Tu madre también es judía?

-No, ella es católica. Siempre me divirtió esa mezcla.

–¿De qué religión estás más cerca?

–De ninguna y de las dos. No creo mucho, pero me encantó criarme relativamente cerca de amabas religiones. En casa siempre se festejó todo.

–¿Ibas al templo y a misa?

–Ni al templo ni a misa, pero se celebraba Navidad, Reyes, Pascuas y también Rosh Hashaná y Pesaj . Mis padres iban a las reuniones de cada familia, compartían todo. Me emociona que mis viejos se hayan empecinado en casarse y que no les dieran cabida a las críticas. Es un orgullo tener una mamá católica y un papá judío .

A la hora de pensar en grandes dolores, sostiene: “ El desamor me atravesó por todo el cuerpo , particularmente un desamor que me marcó especialmente. Fue una experiencia nueva, un renacer. Siempre digo que sería otra persona si no hubiese tenido que salir de esa angustia tan profunda que sentí en ese momento”.

–¿Muchos años de pareja?

–No tantos, pero fue mi primer novio y estaba muy enamorada. Cuando te dicen “no”, te das cuenta todo lo que pusiste en esa relación. De repente, te sentís insuficiente, incompleto. Pensás que serás infeliz para siempre y, de repente, no te acordás más de la cara de la otra persona. Cuando se siente un dolor así y se sana, es una experiencia que te hace crecer y transitar más tranquila el resto de los dolores. Cuando pasás por ese dolor que te hace pelota por primera vez, cuando vuelve a suceder es como que uno sabe los pasos a seguir, lo que va ir sintiendo hasta superar esa situación. Es un valioso aprendizaje.

–¿Estás de novia?

–No.

–Se afirmó que mantenías una relación.

–Se dicen cosas, pero estoy soltera.

Se te vinculó con un jugador de Racing.

–Nada que ver. Estoy soltera.

–Entonces, ¿Santiago Sosa no es tu novio?

–No es mi novio, nunca pasó nada. Disfruto del trabajo, de mis amigos y de jugar al fútbol.

–¿Jugás al fútbol?

-Sí, de hecho, ahora estoy con la rodilla lesionada.

–¿En qué puesto jugás?

–Soy defensora derecha.

Pensar en sus 2.700.000 seguidores no es solo una estadística. Es también la posibilidad que una porción de esa audiencia digital empatice con las experiencias de la conductora, incluso pudiendo destrabar algún conflicto personal.

–Comentaste públicamente que te habías sometido a una operación para reducir tu busto. ¿Qué repercusión tuvo eso en la gente que te sigue? ¿Considerás que exponer ese tema puede ayudar a otras chicas y que valoriza la responsabilidad social de tu testimonio?

–No es que hice un cambio demasiado grande, pero prioricé mi comodidad y busqué sentirme bien. Tomo lo que decís, pero nunca me paro en un lugar de formalidad, de proponerme comunicar solemnemente, pero si trato de ser genuina con todo lo que me atraviesa a mí. Amo ponerme en militante, pero siempre con lo que es genuino, porque, cuando te ponés a defender algo, siempre vas a recibir alguna cachetada. Incluso me pasa cuando digo algo vinculado al feminismo, pero, como estoy convencida no me importa, porque me atraviesa a mí.

–¿Te considerás feminista?

–Sí. Aún hoy nosotras nos sentimos más desprotegidas. Si salimos, le pasamos nuestra ubicación a una amiga o familiar para que sepa por dónde andamos. Las mujeres somos más vulnerables por un tema de fuerzas, cultural. Entiendo a quién no logra entenderme, valga el juego de palabras; me corro del enojo y siento que se trata de alguien que no está pudiendo descifrar el mensaje. Es una pena que se haya generado una grieta ahí.

–¿Una grieta con quienes no apoyan el feminismo?

–Exacto, con los que piensan que se trata de locas que exageran todo. A toda mujer algo le pasó o tuvo miedo en la calle, en un taxi o en la casa de un pibe . Y todo eso por el hecho de ser mujer.

–¿La operación tuvo que ver con eso?

–No, tuvo que ver con sentirme más cómoda con mi cuerpo. De todos modos, se trata de aprender a quererse, algo que no tengo del todo trabajado . Estoy en un “tira y afloje” constante conmigo misma. Hay que decirse cosas lindas, todos tenemos algo valioso para ofrecer y, por otra parte, casi nada se arregla con un bisturí.