Modelo denunció agresión sexual a la policía y le preguntaron qué llevaba puesto
Los crímenes sexuales no han sido tomados lo suficientemente en serio, ni en América ni en Europa, ni ahora, ni en el pasado.
Por ejemplo, según reseña Vice, en Asiria, si una mujer era violada, su padre podía violar a la esposa del violador como castigo. En la Inglaterra medieval, el panorama no prometía. Aunque la violación se consideraba un delito, era muy difícil que el culpable fuese condenado porque se creía que las mujeres eran de naturaleza seductora, según lo explica el historiador Sean McGlynn en un artículo publicado en History Today.
El medioevo culminó en el siglo XV, pero aún ahora, en el siglo XXI, ciertos prejuicios son difíciles de borrar del ADN de las sociedades. Justamente en Inglaterra, la modelo británica, Nicola McLean, denunció que fue agredida sexualmente mientras le hacían un masaje terapéutico y la policía responde preguntándole qué llevaba puesto.
Según relata The Sun, la modelo sufrió el ataque hace un par de años, pero es ahora cuando se atreve a hablar de lo ocurrido y contar lo mal que se sintió cuando la policía la hizo sentir como la culpable de la agresión.
McLean contó que estaba recibiendo un masaje médico, pues se había sometido recientemente a una liposucción que en sus propias palabras la había dejado apenas capaz de moverse. "Estuve en la cama durante semanas, apenas podía levantar la cabeza. Me sentí exhausta. Nunca me había sentido tan mal en mi vida", dijo en una entrevista.
Hay que decir que este tipo de masajes se realizan para que el cuerpo pueda drenar el exceso de líquido y fluidos que permanecen en el organismo como consecuencia de la operación cuyo objetivo es extraer la grasa de ciertas zonas del cuerpo con una cánula. Son masajes de drenaje linfático, cuyo ritmo suele ser lento y repetitivo y se aplica en zonas específicas, sin embargo, el terapeuta le recomendó masajear las piernas, a lo que ella accedió con ciertas dudas, pero el masajista fue subiendo hasta llegar a la entrepierna dejando a McLean petrificada y sin poder hacer mucho puesto que ella estaba en una posición vulnerable.
El hecho es que McLean solo se lo contó a su esposo y allegados, pero sufrió de ansiedad, pesadillas y retomó trastornos alimentarios después del ataque. Cuando se decidió a denunciar al masajista, la policía la interrogó con respecto a su vestuario. “Entonces, ¿qué llevabas puesto?”, recuerda, y agrega que usaba una faja postoperatoria que tienen una abertura para poder ir al baño.
Al ser una figura catalogada como sexy, con un busto doble G, como ella misma dice, pensó que por su apariencia, la juzgarían pensando que ella se lo buscó y, en efecto, así se sintió con el interrogatorio de las autoridades.
No hay excusa para abordar a alguien de manera inapropiada. No la hay. No importa cómo esté vestida, ni dónde esté. Simplemente no puede ser tocada sin su consentimiento ni agredirla de ninguna manera. Esto aplica no solo para mujeres, sino para todos los seres humanos.
"Como mujeres, estamos condicionadas a que si tu falda es demasiado corta, llamarás la atención”, dice la modelo y agrega que hay que incentivar la educación hacia el respeto. "Deberíamos enseñar a los hombres que no deben tratar a las mujeres de manera irrespetuosa, abusar de ellas sexual, emocional, físicamente, lo que sea, solo por su apariencia", y asegura que así lo ha hecho con sus dos hijos adolescentes.
En la educación está la clave
La vía para combatir estas creencias tanto en la sociedad como en el sistema judicial es la educación, pero aunque suene como una cuestión básica y sencilla, se trata de rebatir años de prejuicios tan intrincados en la sociedad que incluso es difícil reconocerlos.
Un estudio de 2018 realizado en España por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género determinó que, aunque en general existe una intolerancia hacia las agresiones sexuales, el 20,8% de los hombres y el 17,3% de las mujeres considera que no debería sorprender que un hombre quiera obligar a una mujer a mantener relaciones sexuales, si ella se viste de “forma provocativa”.
Educar a los niños en igualdad, a través de actos sencillos como distribuir equitativamente las tareas del hogar, evitar el lenguaje sexista, y las etiquetas sobre cosas que “deben” hacer o expresar los niños y las niñas según su género y, sobre todo, incentivar el respeto por el individuo, por los límites, y la empatía son tareas necesarias en las familias de hoy.
Con esto coincide ONU Mujeres, la cual que recomienda hablar a los niños y jóvenes sobre el consentimiento y la autonomía física y escuchar sus opiniones y experiencias. “Al dotar a jóvenes activistas con información y educarlos sobre los derechos de las mujeres, podemos construir un futuro mejor para todas y todos”.
Asimismo, esta organización recomienda, escuchar y creer a las víctimas. “Cuando una mujer comparte su historia de violencia, está dando el primer paso para romper el ciclo de maltrato. Debemos garantizarle el espacio seguro que necesita para hablar y ser escuchada”. En este sentido, es conveniente evitar preguntar cosas como “¿Por qué no te fuiste?”, “¿Estabas sola?”, “¿Por que no lo denunciaste?” y más bien decir “Te apoyo, te escucho y te creo”.
También señala la importancia de unirse con otras personas para instar a los gobiernos a que inviertan en formación, garanticen servicios esenciales a las víctimas, y apliquen las leyes de manera justa, entre otras cosas.
Hablar del tema, ser responsable, exigir a otros que también lo sean, son acciones que pueden parecer un minúsculo grano de arena, pero en realidad contribuyen mucho a que el futuro tenga un mejor color para mujeres y niñas de todo el mundo.