Aunque no se casen, Nodal y Belinda ya hicieron historia al romper estereotipos
El tema que nos ocupa es la nota, no del día, ni de la semana, pero seguramente, del mes.
Christian Nodal le dio el anillo a Belinda en un suntuoso restaurante en Barcelona —donde ella está grabando una serie para Netflix— y como se confirmó en los Instagram de ambos, ella dijo "Sí".
Por supuesto, todas las redes y medios están vibrando con la noticia, y ya salieron los adivinos y pitonisos a dar sus predicciones (cuánto tiempo le dan a la pareja y especular si Belinda podría estar -o no- embarazada y de ahí la razón de la premura de matrimonio) y a tratar de sacar cualquier tipo de ángulo morboso de la situación del momento.
Sin embargo, hay una cosa que tener en cuenta: aún si no llegaran a casarse (todo es posible) o si bien, el matrimonio se llevara a cabo, pero no fuera perdurable (pero hoy en día el 60% de los matrimonios no lo son, de cualquier modo), la pareja compuesta por la rubia popera y el cantante de regional que ya no es el "hijo del pueblo" que se suponía que era —de hecho, siendo honestos, nunca lo fue: Nodal viene de una familia con medios económicos. Quizá sin los atributos que se supone atañen a esa clase social, pero sí con mucho, muchísimo dinero— ya hizo historia; no necesitan más para trascender.
Cuando surgió la primera noticia del amorío, la reacción popular fue muy distinta a la que ahora tienen los temibles "Belifans" —que son legión y realmente sí son de meter terror: baste ver cómo reaccionan en redes cada vez que interpretan algo publicado acerca de la intérprete como un insulto o un ataque; no son sutiles en lo absoluto—, al principio hasta ofendidos parecían de que se fijara en su favorita un cantante de regional mexicano al que consideraban "inferior" a la estrella, alegando que su música y estilo no eran compatibles con el estilo sofisticado de la rubia y su corte musical; por supuesto, sería cruel suponer que este rechazo tendría otras motivaciones más enfocadas en el tono de piel o la presunta clase social de Nodal —que además es muchos años menor que Belinda.
Por otra parte, los fans de el intérprete de “Botella tras botella”, “Adiós amor” y “Dime cómo quieres”, que no son pocos, no tomaron el noviazgo con mucha gracia tampoco y acusaron a Belinda de "cambiarlo", de "apartarlo" de sus raíces más "humildes" y de propiciar una transformación en el muchachillo que lo hizo tatuarse profusamente (¡escándalo!), cambiar su estilo de atuendo y peinado, sus gustos musicales y hasta su actitud, al volverse más elitista, según lo han percibido los seguidores del chico, que ahora lo sienten lejano a ellos.
Lo cierto es que no pasa una semana sin que la pareja ahora conocida como 'Nodeli', no de la nota de un modo u otro, y de que se especule —hasta por la más trivial nimiedad, tal como si el hecho de que Christian se pinta el pelo de verde o le da insomnio, o si Belinda va al médico o compra alguna cosa que pueda interpretarse como sospechosa— acerca de ellos, casi siempre con el sesgo de dictar un inminente fracaso en la relación, como si semejante cosa validara la atención que los medios han vertido en la pareja; como si la posibilidad, por remota que sea, de que terminaran, y encima, terminaran mal, justificara la creencia de que una relación entre famosos siempre acaba mal —véase Jennifer Aniston y Brad Pitt y luego Brad Pitt y Angelina y Tom y Nicole, e históricamente Jorge Negrete y Gloria Marín— y que es motivo de regocijo convertir el fracaso sentimental en entretenimiento para las masas.
Sin que esto medre, la relación se ha sostenido, incluso con todo y sus despropósitos —como el asistir juntos y emborracharse en público durante el ostentoso fiestorrón que se ofreció para celebrar el cumpleaños de la madre de Nodal, misma que acabó contagiada de COVID y criticadísima por irresponsable —y ha madurado, sea como fuere, lejos de los reflectores, aún con las obligaciones laborales de ambos, que eso sí, son profesionales.
Ellos ya rompieron estereotipos y se atrevieron a vivir su relación afectiva como les ha dado su regalada gana: de este modo han sentado un precedente que en cierta forma los distingue de otras parejas de celebridades —nacionales o extranjeras— que han buscado ser más políticamente correctas.
Belinda ha sido objeto muchas veces de críticas por sus decisiones amorosas, que son estrictamente personales (¿se acuerdan del irigote que se armó cuando anduvo como 5 minutos con Lupillo Rivera o aquél famoso tuit de "Se ve que todavía me extrañas" que le dedicó el futbolista Dos Santos?) y su relación con Nodal no ha sido, como ya señalaba, la excepción a la regla. No obstante, hay que decir que pase lo que pase, siempre se hablará de cómo esta pareja desafió las convenciones para salirse, como quien dice, con la suya, por encima de la opinión de todos los demás.
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