La película de ciencia-ficción de Tom Cruise que hoy deberíamos ver con otros ojos

Tom Cruise en el póster de 'Oblivion', dirigida por Joseph Kosinski en 2013 (Foto: Universal Pictures)
Tom Cruise en el póster de 'Oblivion', dirigida por Joseph Kosinski en 2013 (Foto: Universal Pictures)

La filmografía de Tom Cruise es inolvidable. Desde clásicos de los 80 como Top Gun hasta sus últimas locuras en sagas como Misión Imposible, han sido tantos los títulos icónicos que ha protagonizado que es difícil pasar alguno de ellos por alto: Nacido el cuatro de julio, Un horizonte muy lejano, Entrevista con el vampiro, Jerry Maguire, Magnolia, Eyes Wide Shut, Minority Report… Sin embargo, el éxito no siempre le ha acompañado, y entre sus muchos logros ha habido películas que no funcionaron y que el paso del tiempo ha hecho que olvidemos su existencia cuando pensamos en su carrera. Y no necesariamente malas, porque entre ellas encontramos propuestas refrescantes y de puro entretenimiento como Oblivion: El tiempo del olvido.

Estrenada en 2013, Oblivion: El tiempo del olvido fue un título de ciencia-ficción dirigido por Joseph Kosinski, el director con quien Cruise volvió a unirse para Top Gun: Maverick el pasado 2022. La cinta, basada en una novela gráfica del propio Kosinski, nos llevaba a un futuro postapocalíptico donde los destrozos de una guerra espacial llevaron a los habitantes de la Tierra a abandonar el planeta. En este contexto, Jack, un antiguo marine al que da vida la estrella de Misión Imposible, trabaja como ingeniero de drones extrayendo los últimos recursos vitales del planeta, sin embargo, sus convicciones y su visión de los sucesos cambiará por completo tras rescatar a una desconocida de una nave espacial.

En su día fue vapuleada por la crítica. Como se puede ver en webs de recopilación de reseñas como Rotten Tomatoes, su puntuación solo alcanza el 54% de comentarios positivos por parte de los medios especializados. En taquilla, pese a no ser un completo descalabro, recaudó unos 287 millones de dólares, que ante un elevado presupuesto de 120 millones se quedó muy justa de cara a obtener beneficios. Es decir, que pasó sin pena ni gloria para tratarse de una super producción de Tom Cruise y sin quedarse grabada a fuego en la mente de los espectadores.

Reconozco que cuando la vi en 2013 no me sorprendió que generara tan poco ruido. Era un título visualmente espectacular con las habituales ideas con las que la ciencia-ficción te vuela la mente, pero salí del cine con la impresión de haber visto un título irregular que quería ser demasiadas cosas y que le costaba encajar todas ellas. Básicamente, una de esas películas que ves y te entretienen pero que no recomendarías encarecidamente, de ahí que su carrera comercial fuera tan limitada. Sin embargo, pensando en ella una década después, en el contexto del Hollywood actual, la he visto con ojos muy diferentes.

En un panorama donde la industria se apoya en franquicias, en blockbusteres clónicos, en producir en masa descuidando la calidad de sus historias o sus efectos especiales y las ideas originales brillan por su ausencia, se siente añoranza por producciones que quieren salirse de la zona de confort, de ser vibrantes en lo visual, de apostar por nuevas historias que sin dejar de priorizar el entretenimiento se arriesguen a querer volarnos la mente. Y Oblivion, aunque no acertara en todas sus decisiones, fue todo eso.

Si hay algo que no falla, es la ambición de Joseph Kosinski por profundizar en la ciencia-ficción con ideas refrescantes. Si ya en Tron Legacy demostró un gusto exquisito por expandir el universo de un clásico del género, en Oblivion: El tiempo del olvido fue un paso más allá tejiendo una Tierra postapocalíptica para el recuerdo, tanto a nivel estético como narrativo. Ese Estados Unidos futurista y ruinoso rodado en espectaculares parajes de Islandia, el gusto arquitectónico tan exquisito para naves o edificios, la mezcla de géneros como el drama, la acción o el western o los muchos giros de su historia, conseguían conquistar como pocas películas lo hacen hoy en día.

Además, más allá de contar con Tom Cruise, su reparto estaba lleno de grandes rostros como Morgan Freeman, Andrea Riseborough, Olga Kurylenko, Nikolaj Coster-Waldau o Melissa Leo, por no hablar de que a nivel tecnológico se adelantó a muchas grandes producciones de Hollywood. En lugar de crear los efectos especiales en la postproducción y rodar con los habituales cromas -de los que su director acabó cansado tras su uso en Tron Legacy- apostaron por llenar los sets con más de 20 monitores gigantes de alta calidad para proyectar todos los fondos digitales de ese mundo futurista, como las tomas de la casa sobre las nubes donde vivía el personaje de Cruise. De hecho, producciones de ciencia-ficción actuales como The Mandalorian replicaron esta tecnología con una versión mejorada.

Posiblemente, junto a otros títulos como la también injustamente maltratada Al filo del mañana, se trate de una de las películas más admirables y entretenidas que Tom Cruise protagonizó en la pasada década. En su día, tal vez porque la industria tenía un estado de salud mejor que el actual, no lo supimos apreciar, pero ahora mismo sus virtudes relucen mucho más que sus carencias. Es el caso de su trama llena intrigas, dilemas morales y ecológicos, persecuciones trepidantes, parajes futuristas de infarto o giros de guion con clones, engaños y hasta Tom Cruise enfrentándose a sí mismo. Dicho así suena espectacular, y realmente creo que lo fue, así que les invito a redescubrir la película antes de que acabe relegada al olvido en la filmografía de Cruise.

En la actualidad la podemos encontrar en Movistar Play y en servicios de alquiler y compra, como Amazon, Google Play, Apple, etc.

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