La olvidada película de terror de Kristen Stewart que nadie debería perderse

Después del éxito de Crepúsculo y el escándalo que acompañó a la saga a través de la relación y ruptura personal de Kristen Stewart y Robert Pattinson, la actriz se alejó de las grandes producciones y pulió su talento en el cine independiente. El tiempo pasó y, poco a poco, fue regresando al universo comercial de la mano de películas como Los ángeles de Charlie. Sin embargo, a pesar de mantener una carrera extremadamente activa (llegando a estrenar dos películas al año) y haber contado con una legión de fans durante su época de heroína romántica, algunos de sus trabajos han pasado injustamente desapercibidos. Como es el caso de una cinta de ciencia ficción disponible en Star+ que merecía (y merece) toda nuestra atención.

A estas alturas ya conocemos de sobra lo mucho que la pandemia de COVID-19 afectó a Hollywood. No solo por los retrasos en el calendario de estrenos o por poner en jaque a las salas de cine a través de los lanzamientos directos en plataformas, sino también porque muchas películas se quedaron en tierra de nadie ante el cierre de locales de exhibición y la espantada de espectadores ante el miedo al coronavirus.

El streaming luego les dio una segunda oportunidad para su visionado, pero, sin un buen estreno en la gran pantalla que contribuya a aumentar su prestigio y sin un boca a boca que expanda el interés entre el público, era complicado llamar la atención en un mercado tan saturado de contenidos. Por ello, hay grandes títulos que creo que pasaron muy desapercibidos y que merecían mucha más atención, como esta claustrofóbica película de terror submarino con Kristen Stewart.

Me refiero a Amenaza en lo profundo, cinta que llegó a los cines entre enero y febrero de 2020 y cuyos resultados de taquilla fueron nefastos. En Estados Unidos cerró su carrera comercial con apenas 17,2 millones de dólares, mientras que en países de Latinoamérica como México se conformó con solo $2,4 millones o unos terribles $84,869 en Argentina. Su total global solo alcanzó los $40 millones, que ante un presupuesto que se estima en torno a los $65 millones, se convirtió en uno de los muchos descalabros cinematográficos que trajo consigo 2020.

Fue una película casi maldita desde su concepción, que se remonta a 2017. El anuncio del proyecto y el desarrollo del rodaje, que corrió a cargo de 20th Century Fox, tuvo lugar a lo largo de dicho año, pero cuando en 2018 se empezó a formalizar la compra de Fox por parte de Disney los planes de estreno quedaron en el limbo. Tres años más tarde, la compañía del ratón por fin se lanzó a estrenarla pero, sin una estrategia clara sobre el cine de mediano presupuesto que trajo consigo Fox, su campaña de marketing fue más bien floja, lo que sumado al estallido de la pandemia condenó a la cinta a la irrelevancia.

También hay que decir que las críticas no ayudaron, pero, sinceramente, creo que es uno de los títulos de terror más destacados de los últimos años, sobre todo por cómo usó referencias del cine clásico de horror y ciencia-ficción para construir un universo submarino realmente agobiante y estremecedor.

Y es que Amenaza en lo profundo recurría a lo mejor de la claustrofobia y la acción de Alien en una trama que bebía directamente de Abyss de James Cameron, con criaturas muy lovecraftianas sembrando una ola de horror en una instalación submarina.

De hecho, el personaje de Kristen Stewart era una perfecta reencarnación de la Teniente Ripley, una heroína de armas tomar a la que el terror de enfrentarse a una amenaza de otro mundo en un ambiente claustrofóbico y hostil, las nulas posibilidades de supervivencia o los muchos contratiempos que surgen en su odisea, no le impiden dar lo mejor de sí misma. Además, Stewart estaba espléndida defendiendo al personaje, detalle que no sorprende valorando que se trataba de su vuelta al género en el que dio sus primeros pasos en Hollywood con La habitación del pánico, La casa o The Messengers.

Por otro lado, en cuestiones técnicas, Amenaza en lo profundo también era una exhibición de garra y pulso tras las cámaras, con una ejecución realmente angustiosa que jugaba muy bien con los espacios agobiantes de esa estación submarina al borde del colapso, el horror en primera persona de su protagonista o con su ambientación lóbrega donde las temibles criaturas acechaban cuando uno menos se lo espera. A título personal, viví una experiencia realmente tensa en la sala de cine, llevándome algún que otro sobresalto, viviendo instantes de puro nervio y hasta llegando a taparme los ojos en sus momentos de puro terror.

Creo que es una cinta muy pensada para disfrutarse en la pantalla de cine más grande posible y con un buen sistema de sonido, por lo que da aún más rabia que por la pandemia, el mal marketing o su flojo recibimiento crítico pasara tan desapercibida. Y lo peor es que no ha habido muchas voces reivindicándola en su segunda vida en streaming, lo que es realmente injusto siendo una experiencia de terror y ciencia-ficción tan intensa que bebe de clásicos del género adorados por todos. Sí es cierto que languidecía en su desarrollo argumental y de personajes, que pasaba a un segundo plano para priorizar su acción y angustia, pero no creo que esto le impida ser una película muy notable.

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