Los Óscar tienen una debilidad que hace que 'Argentina 1985' no pueda cantar victoria

Argentina, 1985 (cortesía de Prime Video)
Argentina, 1985 (cortesía de Prime Video)

Argentina, 1985 lo consiguió. Es una de las cinco nominadas al Oscar a Mejor Película Internacional después de una exitosa campaña que la está llevando a desfilar prácticamente por todas las alfombras en la temporada de premios. Sin embargo, lamento decirles que ni los latinos en general (al ser la única representante de habla hispana en toda la temporada), ni los argentinos en particular, podemos cantar victoria. Porque el Óscar todavía está lejos. Más lejos de lo que marca el calendario hasta la ceremonia del 12 de marzo. Incluso hasta me atrevo a decir que podría ser inalcanzable cuando tenemos en cuenta la debilidad que mostró la Academia con sus nominaciones.

No me malinterpreten. La película tiene opciones. Por algo llegó tan lejos. La cinta histórica dirigida por Santiago Mitre sobre el juicio contra la última dictadura que gobernó a la Argentina bajo un régimen que dejó miles de desaparecidos, lleva meses conmoviendo a críticos y ceremonias de premios, coronándose como una de la candidatas aseguradas en la competitiva temporada. Porque mientras películas preciosas y destacadas como Close (Bélgica) o La decisión de partir (Corea del Sur) vivieron un vaivén de nominaciones, apareciendo en algunas y siendo olvidadas en otras, Argentina, 1985 se mantuvo firme en la temporada desde su debut en septiembre en el Festival de Venecia. No obstante, algo me dice que Mitre y compañía tendrán que conformarse con el premio consolación de haber sido nominados al Óscar. Y todo por culpa de otra película histórica.

Hablo de Sin novedad en el frente, la película alemana disponible en Netflix que relata una historia ya vista en otras dos adaptaciones previas producidas en EE. UU. Una de ellas, la primera, se hizo en 1930 y ganó dos premios Óscar a Mejor película y director. La segunda es de 1979. Dirigida por Edward Berger, es una de las historias antibélicas más conocidas del cine basada en una novela de 1929 y escrita por Erich Maria Remarque tras sus propias experiencias como soldado. No obstante, lo que hace de esta versión todo un éxito de crítica y premios, es la modernidad del relato, con una historia tan relevante hace 100 años como ahora, donde el populismo, nacionalismo y propaganda bélica empañan el futuro de cada individuo. En este caso a través del retrato de un grupo de amigos que dejan el colegio para luchar en el frente de la Primera Guerra Mundial, bajo la promesa de la fachada del heroísmo propagandista y una petición de sacrificio mudo.

Sin novedad en el frente (Reiner Bajo, cortesía de Netflix)
Sin novedad en el frente (Reiner Bajo, cortesía de Netflix)

Sin novedad en el frente comenzó a hacer ruido en la temporada de premios poco a poco. Se hablaba de ella, pero sin ser una clara favorita. Ahí estaban candidatas potentes que contaban con el apoyo de la crítica como Argentina, 1985; Close o La decisión de partir, y otras que contra todo pronóstico parecían tener un apoyo generalizado e inexplicable. Como RRR, la película india también disponible en Netflix, que sacudió el mercado estadounidense con originalidad absurda. Pero, de repente, Sin novedad en el frente pasó de candidata a favorita indiscutible.

Hace unos días se coronó como la más nominada de los BAFTA de este año -los premios de la Academia de cine británico- con 14 candidaturas. Una cifra que ninguna película había conseguido desde El discurso del rey en 2011. Y ahora repite su éxito en los Oscar con nueve nominaciones, quedando por detrás de Todo en todas partes al mismo tiempo con 11 y empatando con Los espíritus de la isla.

Porque Sin novedad en el frente no solo convenció a la Academia para nominarla a Mejor Película Internacional, sino también a Mejor maquillaje y peluquería, Banda sonora, Sonido, Guion adaptado, Fotografía, Diseño de producción, Efectos visuales y, nada menos, que Mejor película. En otras palabras, compite como lo mejor del año contra Avatar: El camino del agua, Top Gun: Maverick, Todo en todas partes al mismo tiempo, Elvis, Los Fabelman, Los espíritus de la isla, Ellas hablan, Tár y El triángulo de la tristeza. Y mientras Argentina, 1985 solo está nominada a Mejor Película Internacional a su lado y junto a Close (Bélgica), EO (Polonia) y The quiet girl (Irlanda).

Esto no quiere decir que Sin novedad en el frente vaya a ganarlo todo. La verdad es que no sería la primera vez que una película acumula muchas nominaciones pero no se lleva ninguna estatuilla. O algunas. Pero lo que sí nos dicen sus candidaturas es que existe una predilección. Una debilidad especial por sus logros artísticos y técnicos que no se dio en el caso del resto de películas extranjeras.

Sin novedad en el frente (Reiner Bajo, cortesía de Netflix)
Sin novedad en el frente (Reiner Bajo, cortesía de Netflix)

Por ejemplo, esto ya lo vivió Roma de Alfonso Cuarón, la representante mexicana de la 91 edición de los premios Oscar. Tuvo 10 nominaciones, incluyendo Mejor película, Director, Película extranjera, Fotografía, Guion y demás, llevándose el de Mejor película internacional, Director y Fotografía. Lo mismo pasó con la película china El tigre y el dragón en 2001, con 10 nominaciones -incluyendo mejor película- y llevándose cuatro estatuillas (película extranjera, fotografía, dirección artística y banda sonora). O más recientemente tenemos el caso de Parásitos, el drama coreano que hizo historia al convertirse en la primera película de habla no-inglesa en ganar el premio principal. En resumen, Sin novedad en el frente se suma además a la historia de los Oscar como la octava película nominada en la categoría dedicada al cine internacional que también logra estar nominada al premio máximo (la anterior fue Drive my car). Y aquí viene la estadística dolorosa para el cine latino: todas ellas, a excepción de una -Los emigrantes- consiguieron el galardón en su categoría de película extranjera (con Parásitos siendo la excepción máxima al sumar también el premio principal). Es decir, estadísticamente, Argentina 1985 no tendría muchas opciones de levantar la estatuilla.

El favoritismo y debilidad de la Academia resulta evidente. Si tenemos en cuenta que cada categoría la votan los especialistas de cada una (editores votan mejor edición; directores de fotografía a su apartado, etc.) pero que el premio de mejor película internacional recae en todos los miembros activos en general, sin distinción de especialidad, que asistieron a las proyecciones de las cinco películas nominadas, entonces habría una debilidad latente que elevaría a Sin novedad en el frente a la posición de favorita. Lamentablemente, por encima de Argentina, 1985.

Esto ya lo advertía cuando Argentina, 1985 ganó el Globo de Oro. Todo premio siempre es bien recibido, pero esos en particular ya no tienen el valor de antesala de los Oscar como antes. Ese título ahora recae en las estadísticas según los premios entregados por los sindicatos (de actores, productores, guionistas, directores…) y por la opinión de los críticos con los Critics Choice Awards. Y entre las nominaciones de los BAFTA y la conclusión que nos dejan las candidaturas de los Oscar, parece que este año queda una gran favorita en el apartado internacional. Y no, no es la producción argentina.

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