Patricia Pereyra, la amiga de Salma Hayek en 'Teresa' que dejó la actuación para seguir otro camino

Patricia Pereyra como Aurora en la telenovela 'Teresa'/Captura de video de YouTube
Patricia Pereyra como Aurora en la telenovela 'Teresa'/Captura de video de YouTube

En el último semestre de 1989 y el primer mes de 1990 hubo una telenovela que marcó un parteaguas para su protagonista, Salma Hayek. Se trató de Teresa, un drama televisivo que la puso en la mirada del público como una actriz juvenil estelar. Aunque ni siquiera se dio tiempo de saborear el éxito en televisión mexicana debido a que partió a Estados Unidos para intentar abrirse puertas.

En el melodrama, su coprotagonista femenina también llamó la atención pese a que ya había aparecido en producciones de Televisa.

Patricia Pereyra interpretó a Aurora, la amiga millonaria de Teresa (Salma Hayek) que le sirve como acceso para introducirse a las clases acomodadas. Aurora cree que Teresa es millonaria como ella hasta que un día descubre que en realidad es pobre, pero nada cambia en su sentir hacia su amiga. Ese papel demostró lo afianzada que estaba Pereyra en México, país al que llegó con 18 años en 1985 proveniente de Perú.

Debido al impacto que tuvo con la telenovela Carmín en la televisión peruana, Televisa se fijó en ella y la contrató para participar en Vivir un poco como hermana menor de Arturo Peniche. Posteriormente apareció en otros tres éxitos: Pobre juventud (1986), Rosa salvaje (1987) y Amor en silencio (1988). Su ascenso en planos estelares se dio con Teresa en 1989.

También se introdujo al cine con Camino largo a Tijuana (1988), de Luis Estrada, película en que compartió créditos con Alfonso Arau, Ofelia Medina y Pedro Armendáriz Jr. Sin saberlo, Pereyra emulaba la carrera de una compatriota suya que se erigió como estrella en las décadas de los sesenta y setenta, Patricia Aspíllaga.

En 1991 integró el elenco de Bandidos, de nueva cuenta bajo las órdenes de Luis Estrada, un director que depositó confianza en ella para desenvolverse en la pantalla grande.

De repente, desapareció en 1992. Tuvo un motivo para distanciarse, y eso fue que quiso irse a estudiar cine a Nueva York. Terminado su curso intensivo volvió a México en 1993 para hacer Capricho, telenovela en la cual brilló junto a Diana Bracho como villana. Ese papel la catapultó entre el público y se perfilaba a ser una de las cartas fuertes de Televisa para el resto de la década. Sin embargo, Patricia se fue del país.

Como no era actriz de profesión, consideraba que le faltaban las tablas, o mejor dicho, la formación y preparación académica de la actuación, así que se marchó a París y Londres para estudiar en instituciones como el Webber Douglas Academy of Dramatic Art. Allí permaneció hasta 1998, año en que retornó a Perú siendo recibida como estrella por su pasado en Carmín y protagonizó la telenovela Travesuras del corazón.

Con el lanzamiento de producciones telenoveleras de Azteca, la televisora fue por Pereyra para integrarla a Háblame de amor junto a José Alonso, Julieta Egurrola y Mauricio Ochmann en 1999. Después hizo Cara o cruz para Telemundo en 2001 con Ana de la Reguera y José Ángel Llamas como protagónicos. Este fue su último trabajo en televisión. Ya no se le vio más ni en México, ni en Perú.

Hizo unas cuantas apariciones en cine con películas como Fidel (2002), Ojos que no ven (2003) y Tú te lo pierdes (2004), y se concentró en explorar el arte desde distintos ángulos. Por ello quiso emprender un viaje a Italia en 2005 para reunirse con el artista y poeta peruano Jorge Eduardo Eielson, a quien le pidió autorización para entrevistarlo y filmar imágenes del encuentro. A los pocos meses de esa experiencia, el artista murió. Pereyra había filmado el fin de sus días sin saberlo.

Eielson padecía un cáncer que no quiso comentar con nadie. Mantuvo en silencio su enfermedad. Con el material recopilado, y con ganas de poner en práctica sus conocimientos sobre cine, Patricia realizó el documental Eielson des-nudo en 2014, es decir, nueve años después de haberse reunido con él pues tardó en obtener más materiales, recursos y apoyo para terminarlo.

A diferencia de lo acontecido con su paisana Patricia Aspíllaga, Pereyra no se retiró del ambiente artístico por una tragedia. En su caso lo hizo por convicción propia. En 2008, tras el estreno de su última película, El acuarelista, le dijo adiós a las cámaras como actriz. Paulatinamente fue alejándose también de la actuación por completo, oficio que siguió desempeñando en teatro con obras locales.

Habiéndole tomado el gusto a los estudios, cursó la carrera de Restauración y Conservación de Bienes Arqueológicos en el Instituto Yachay Wasi de Lima, Perú, misma que culminó en 2012. En ese año creó el programa de Historia del Arte Peruano para docentes del Estado y diseñó un programa de Metodologías de Arte para profesionales de museos en 2014.

Fue en 2018 cuando aceptó la invitación de aparecer en el programa Nada está dicho para conceder una entrevista. En ese espacio comentó que vivía feliz como una madre entregada a su familia y que no extrañaba para nada actuar.

Según la información del Centro Cultural PUCP, Patricia Pereyra radica hoy día en Portugal, país de origen de su abuelo Alfonso Pereyra Brintoli, fundador de Radio El Sol en Lima. Cabe resaltar que no tiene redes sociales.

Cosas de la vida, Teresa impulsó caminos distintos para las dos amigas protagonistas. Salma Hayek quiso labrar su trayectoria en Hollywood y Patricia Pereyra fue encontrándose cómoda en el rubro académico. Ambas trascendieron en sus pasiones.

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