La princesa Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett conceden a ¡HOLA! su entrevista más íntima y reveladora antes de su boda
Quizá sea la unión amorosa más extraordinaria que haya vivido una Familia Real europea. En una espectacular celebración de tres días, que se rematará con una ceremonia nupcial, cuyo telón de fondo estará conformado por impresionantes montañas, fiordos y cascadas, la princesa Marta Luisa de Noruega se casará con Durek Verrett, el carismático sanador espiritual californiano, a quien conoció en circunstancias fuera de lo común, hace seis años.
En exclusiva mundial, HELLO! y ¡HOLA! estarán presentes para cubrir esta ocasión única, en la que los miembros de la Familia Real noruega y sus 350 invitados se reunirán en Geiranger, un pueblo ubicado en la costa oeste de Noruega, para ser testigos de su tan especial enlace. "Estamos muy emocionados", nos dice Marta Luisa, que es la cuarta en la línea de sucesión al trono, como hija de los Reyes Harald V y Sonia, cuando nos reunimos con ellos para una sesión de fotos en Villa Munch, en el Ramme Fjordhotell —la casa de verano del artista Edvard Munch, cerca de Oslo—, días antes de las festividades. "Me siento increíble al casarme con Durek, y estoy muy contenta de que el día esté a punto de llegar. El lugar donde nos casaremos es precioso, uno de los sitios más bonitos que conozco. Aunque surgieran algunos fallos, siempre podremos seguir contemplando el impresionante paisaje", afirma riendo.
Haciendo una pausa para reflexionar, la madre de tres hijos, de 52 años, que estuvo casada con el fallecido escritor Ari Behn —padre de sus hijas Maud, de 21 años, Leah, de 19, y Emma, de 16— durante 15 años, antes de su divorcio en 2017, continúa: «Había decidido no volver a casarme. Pero, después de conocer a Durek en 2018, cambié de opinión». Sus brillantes ojos azules se iluminan cuando su prometido, un torbellino de emociones y energía, vestido con unos pantalones a rayas y una chaqueta vaquera multicolor que reflejan su expresiva personalidad, entra y le besa la mano. "He estado practicando mis votos", nos cuenta orgulloso, mientras su futura esposa admite con una sonrisa irónica: "Yo todavía no he hecho los míos".
"Esta es la persona que amo"
Los sentimientos de estos votos, que ellos mismos han escrito, permanecerán en secreto hasta que se los reciten mutuamente este sábado, al igual que el exquisito vestido de novia que llevará Marta, y las identidades de sus siete damas de honor y los siete caballeros de honor de Durek. Pero una cosa es indiscutible, el compromiso del uno con el otro. "Para mí, casarnos sellará la cercanía entre nosotros", dice Marta. "Es una forma de elevar nuestra energía y entrar en una nueva fase de nuestra relación".
Para Durek, de 49 años, entre cuyos amigos de Hollywood se encuentra Gwyneth Paltrow, la importancia del matrimonio es "algo muy espiritual". "Es hacer saber al mundo que esta es la persona a la que amo, mediante una declaración ante la familia, los amigos y Dios", dice. "Sellar nuestra relación ante el universo es una declaración espiritual muy fuerte, y hacerlo rodeados de la gente que nos quiere y a la que queremos será maravilloso".
Sin embargo, la trayectoria de su amor verdadero no ha sido nada fácil. Desde el momento en que Marta Luisa reveló, en mayo de 2019, que mantenía una relación con Durek, describiéndolo en Instagram como su "llama gemela", la pareja se ha enfrentado a una enorme oposición y desafíos, no solo porque él trabaja como chamán (un sanador espiritual), sino también por su origen étnico, al ser el primer hombre negro en convertirse en miembro de una Familia Real europea.
"Había decidido no casarme. Pero, después de conocer a Durek en 2018, cambié de opinión"
"Sé lo que se siente al enfrentarse a la crítica pública", dice Marta, que ha sufrido burlas y desaprobación por su trabajo y sus creencias espirituales —renunció a sus funciones reales en 2022, para centrarse en sus prácticas alternativas—. "Desde que conocí a Durek, esas críticas se han duplicado".
Ha habido comentarios racistas sobre Durek y amenazas contra ambos, pero el omnipresente guardaespaldas de Marta es una figura tranquilizadora. "Antes de conocer a Durek, no me daba cuenta de que había tantos niveles de racismo, de las microagresiones y de las opiniones de que, por ser negro, no se puede confiar en él. He aprendido mucho desde que estamos juntos. Algunas amistades se han perdido por el camino, pero también hemos hecho otras nuevas".
Durek estrecha la mano de Marta y dice: "Me duele. El racismo sigue siendo muy real, aquellos días no han terminado. Como persona negra, eres consciente de ello toda tu vida". "También se sigue tergiversando mi trabajo como chamán", añade. "Si algo se repite en la prensa, la gente se lo cree". Durek también quiere aclarar cualquier malentendido sobre su sexualidad. "He tenido relaciones con hombres y mujeres, y he salido con más mujeres que hombres en mi vida. He salido con dos hombres, una relación fue increíble y la otra no", nos cuenta.
Una experiencia cercana a la muerte
"Describiría mi sexualidad como “soul sexual”", añade. "He creado mi propia sexualidad porque no creo que los términos gay, bisexual, heterosexual o fluido encajen conmigo. La “sexualidad del alma” se basa en mi alma, en la energía de la persona. Cuando salgo con alguien, no lo hago solo por lo increíble que es, sino por el alma que tiene. Eso es con lo que estoy conectado, una energía, y si es una energía con la que quiero conectar, lo hago".
Durek, procedente de una larga estirpe de espiritistas, principalmente por parte materna, y que ha pasado años perfeccionando su chamanismo con tribus nativas americanas y escuelas espirituales de todo el mundo, continúa: "La familia de Marta ha sido muy comprensiva y cariñosa. Siempre me siento seguro y puedo hablar con ellos de cualquier cosa. No puedo exponer nuestras conversaciones privadas, pero tiene un padre y una madre muy sabios. Y mi futuro cuñado (el príncipe heredero Haakon) ha hablado de lo privilegiado que es el tenerme en su familia, lo cual es realmente conmovedor".
"Marta y yo hemos capeado muchas tormentas, pero eso nos ha hecho más fuertes, y ahora sentimos que podemos hacer cualquier cosa juntos"
El camino hacia la felicidad actual de Durek, nos cuenta, ha implicado tener que superar difíciles afecciones de salud. "He tenido muchos problemas de tensión arterial y he sido propenso a las infecciones desde niño. Viví en países, como Israel, durante guerras y sufrí abusos físicos de niño. Muchos de estos elementos han deteriorado mi sistema·.
A los 28 años, Durek sufrió una insuficiencia renal. ·Mi cuerpo no podía más. Acabé en el hospital, donde tuve una experiencia cercana a la muerte. Me desmayé siete veces y, a la octava, el médico me trajo de vuelta". "Estuve en coma inducido durante dos meses y luego en diálisis durante ocho años. Mi hermana mayor, Angelina, se trasladó a Los Ángeles con su marido para cuidarme. Estaba en una silla de ruedas, pero gracias a los cuidados que me dio, me hice más fuerte". "Angelina me donó uno de sus riñones (en 2012)", añade Durek, que aún necesita diálisis. "Marta y yo hemos capeado muchas tormentas, pero nos han hecho más fuertes y ahora sentimos que podemos hacer cualquier cosa juntos".
Cupido espiritual
La pareja se conoció después de que su amiga común, la gurú de la salud y el bienestar de Hollywood, Millana Snow, hiciera de Cupido espiritual en 2018. "Después de darme una sesión de sanación, me dijo que la única vez que había sentido niveles tan intensos de energía había sido con el chamán Durek", recuerda Marta. ”Tenéis que conoceros”, me dijo. Pero pasaron unos meses antes de que Durek se pusiera en contacto para concertarlo".
Él mismo lo explica: "Cuando Millana me dijo que Marta era una princesa, me asusté. Había tenido relaciones en las que la gente me hacía responsable de su felicidad y, por eso, decidí centrarme en Dios. Quería que mi vida consistiera en ayudar a la gente, a través de mi trabajo. Entonces un amigo me dijo: “¿Y si ella es la persona que estabas esperando?”. Así que invité a Marta a comer a mi casa de Hollywood Hills. Mi asistente me dijo que debería llevar traje, pero yo no soy así: soy de vaqueros rotos, camisetas “rock’n’roll”, kimonos y botas vaqueras, así que eso es lo que me puse".
Para Durek, la importancia del matrimonio es algo muy espiritual: "Es hacer saber al mundo que esta es la persona a la que amo, mediante una declaración ante la familia, los amigos y Dios"
Marta recuerda: "En cuanto abrió la puerta, sentí como si saludara a un viejo amigo. “Ya te conozco”, le dije, a lo que él respondió: “Sí, estábamos destinados a conocernos antes de nacer”. Entonces puse los ojos en blanco, pensando que era un tipo más de Los Ángeles. Pero cuando hizo una sesión de energía para un amigo íntimo, Durek dio en el clavo y entonces supe que era el auténtico".
Siguió una amistad a distancia, en la que la pareja intercambiaba poemas y se reunía durante sus viajes a Nueva York y Londres, donde salían de compras y a pasear junto al Támesis. "Al principio quería una amistad platónica", recuerda Durek. "Yo soy muy animado y crecí en una familia en la que hablamos de todo, mientras que ella era de un mundo diferente, de una Familia Real. Quería asegurarme de que, si íbamos a estar juntos, fuera por las razones correctas, que su condición de princesa no tuviera nada que ver y que sentáramos bien las bases".
"A medida que se desarrollaba nuestra relación, Marta me dijo que se estaba enamorando de mí", continúa. "Y yo también me enamoraba de ella. Si había otros hombres cerca, me ponía celoso. Hice mucho examen de conciencia, antes de que nuestra amistad se convirtiera en una relación".
"Marta cuida de sus hijas y de mí. Es guapa, inteligente, intelectual, independiente, sabia y sabe ponerme en mi sitio. Es todo lo que siempre he querido"
Su primer beso
Seis meses después de conocerse, la pareja se dio su primer beso. "Estábamos sentados en mi casa de Los Ángeles, mirándonos fijamente", recuerda Durek. "Entonces los dos nos inclinamos hacia delante y fue realmente precioso... luego nos volvimos a besar".
Los padres de Marta, los Reyes Harald y Sonia, fueron cálidos y acogedores desde el principio, y Durek ha sido tratado como un miembro muy querido de la familia. "Me encanta la Navidad y recibía bonitos pañuelos de bolsillo y cárdigans de punto de la familia", recuerda. "Pero entonces, como sorpresa, Marta organizó una caza del tesoro de regalos de todos ellos para mí. Decidió que yo tenía que aprender a esquiar, que es una cosa noruega, y cada regalo que abría era un equipo de esquí. Nunca había esquiado y no quería hacerlo, así que fue como si el Grinch me hubiera robado la Navidad", se ríe.
Marta Luisa: "He aprendido mucho desde que estamos juntos. Algunas amistades se han perdido por el camino, pero también hemos hecho otras nuevas"
Su relación con las hijas de Marta Luisa
Marta, que además de esquiar disfruta practicando deportes de aventura y caminando, durante horas, por montañas escarpadas con su madre, nos cuenta: "Pero aprendió a esquiar y le encantó". "A mi familia y a mí nos gusta ir más allá de los límites. Le llevamos en una lancha hinchable, surcando el agua a 55 nudos. No quería hacerlo, pero fue una experiencia increíble, con cascadas cayendo por las montañas. Después preguntó: “¿Cuándo podemos repetirlo? Ha sido increíble.”". Y Durek, añade: "Ella me convence, voy, lo hago y me encanta. Esa es nuestra personalidad, en pocas palabras".
La pareja se conoció después de que una amiga común hiciera de Cupido espiritual: "Cuando Millana me dijo que Marta era una princesa, me asusté"
Entablar una relación con las tres hijas de Marta ha sido una prioridad para Durek, desde el primer día. "Saliendo con una mujer con hijos, tienes que ser responsable. Si no funciona, no es justo para ellas. Quería asegurarme de que nos llevaríamos bien, así que pasé tiempo con ellas. Las llevé a los estudios Universal de Los Ángeles, y se las presenté a mi familia. A medida que las iba conociendo, a ellas y sus diferentes personalidades, era como ver elementos de Marta. Ha costado años crear confianza y una relación que es la nuestra. Como pareja, nuestra prioridad son los niños. Creemos en ser padres prácticos, ellos siempre son lo primero".
"Mi futuro cuñado (el príncipe heredero Haakon) ha hablado de lo privilegiado que es el tenerme en su familia, lo cual es realmente conmovedor", confiesa Durek
Marta y Durek llevaban tres años juntos cuando, en junio de 2022, él le pidió que se casaran, no sin antes pedir la bendición de los padres de ella. "Tengo opiniones de la vieja escuela sobre el cortejo, y pedir la mano de Marta era una cuestión de respeto. Los Reyes me hicieron preguntas sobre mí y el futuro, y se quedaron un rato callados. Estaba sudando mientras esperaba su respuesta... y entonces se volvieron hacia mí y me dijeron que les encantaría tenerme como parte de la familia".
Con una sonrisa, Marta dice: "A mi edad, podía elegir por mí misma. Pero mis padres tuvieron que esperar nueve años para poder casarse, y siempre me dijeron que querían que me casara con quien yo quisiera".
"Ella puede leerme la mente"
Encontrar un lugar para sorprender a Marta con una propuesta resultó complicado. "Ella puede leerme la mente", dice. "Cuando pensé en pedirle que se casara conmigo en Disneyland, que nos encanta, me llamó para decirme que no lo hiciera. También lo supo cuando yo consideraba hacerlo en un yate en Turquía, o en el Lake Tahoe. Entonces descubrí cómo podía bloquearla: lo hice pensando en cinco sitios a la vez".
La pedida de mano de Durek, en junio de 2022, tuvo lugar en la campiña californiana, a la sombra de un roble, vigilada por caballos en el campo contiguo. "Me arrodillé, pero lloraba tanto que apenas me salían las palabras. Me dolía la espalda y me quedé clavado en el suelo, así que ella tuvo que ayudarme a levantarme".
'Wonder woman'
"Dije “sí” enseguida", recuerda Marta, luciendo orgullosa el anillo de compromiso de esmeraldas y diamantes, que Durek diseñó para ella con su amigo y joyero Jo Sangalang Smith. "Me pasé la noche en vela planeando cada detalle", dice Durek. "Quería algo elegante y regio que también representara su energía". Inspirada en un escudo vikingo de protección y con un nudo también vikingo, que simboliza el amor eterno, la esmeralda brasileña está rodeada por cuatro diamantes que representan la tierra, el aire, el fuego y el agua, y tres diamantes que simbolizan a las hijas de Marta.
Dentro de unos días, la pareja intercambiará los anillos de boda en sus majestuosas nupcias y, para ambos, será un sueño hecho realidad. "Cuando era niño, mi serie favorita era “Wonder Woman”", dice Durek. "Era una mujer de negocios, de día, y una superpersona, de noche, como Marta. Cuida de sus hijos y de mí, es guapa, inteligente, intelectual, independiente, sabia y sabe ponerme en mi sitio. Es todo lo que siempre he querido".
"Para mí, casarnos sellará la cercanía entre nosotros", dice Marta. "Es una forma de elevar nuestra energía y entrar en una nueva fase de nuestra relación"