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Próstata: no se debe esperar a orinar mal o presentar algún problema en la esfera sexual

Oncólogos médicos destacan la importancia de concienciar a los hombres y advierten que “deben ir al urólogo igual que las mujeres al ginecólogo”. Estas son las acciones que pueden prevenir su aparición

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La hiperplasia benigna de próstata, incontinencia urinaria, disfunción eréctil, infección de orina y cánceres urológicos son algunas de las patologías más prevalentes dentro de la urología, y la única manera de hacerles frente es acudiendo a los especialistas para pedir ayuda. (Foto: Getty)

Actualmente, el cáncer de próstata es el tumor más frecuente entre los hombres españoles por delante del cáncer de pulmón y el colorrectal, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Solo en el año 2018 fueron diagnosticadas más de 1.200.000 personas a escala global. Ese mismo año fallecieron en España 5.841 hombres a causa de esta enfermedad y se estima que en 2020 habrá 35.126 nuevos casos entre los españoles, siendo el cáncer más frecuente entre los varones. Afortunadamente, también es uno de los que mayor supervivencia registra: en cerca del 90 por ciento de los casos se observan resultados exitosos, en los que normalmente ha sido determinante la detección precoz y un tratamiento personalizado.

En este contexto, los expertos han destacado la necesidad de acudir a las revisiones periódicas y hacerse chequeos para asegurar una actuación temprana y librarse del cáncer de próstata.

En caso de tener antecedentes familiares de patologías relacionadas con los órganos masculinos, es mejor iniciar el período de visitas <a href="https://es-us.vida-estilo.yahoo.com/pruebas-de-cribado-de-cancer-colorrectal-antes-de-los-45-anos-093614110.html" data-ylk="slk:a los 45 años;elm:context_link;itc:0;sec:content-canvas;outcm:mb_qualified_link;_E:mb_qualified_link;ct:story;" class="link  yahoo-link">a los 45 años</a>. (Foto: Getty)

Por eso, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Próstata, celebrado recientemente, recuerdan la importancia de detectarlo a tiempo. Y es que inicialmente, es una enfermedad silenciosa y, mientras el tumor se encuen­tra localizado en el interior de la próstata, el paciente se mantiene asintomático.

Falta concienciación

Sin embargo, “uno no debe esperar a orinar mal o presentar algún problema en la esfera sexual para consultar”, explica el doctor Mario Domínguez, urólogo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander quien añade que “Debemos concienciar y educar a los hombres de que acudir al urólogo debería ser tan normal como ir al ginecólogo para las mujeres”.

Hay varios síntomas que pueden indicar que hay un problema de próstata, como dificultad para el inicio de la micción, disminución de la fuerza miccional y goteo postmiccional, incontinencia, dolor al miccionar y levantarse por la noche a orinar.

En los casos más avanzados se puede producir una fractura ósea o dolor de huesos, especialmente en las caderas y piernas, edema o hinchazón en las piernas o los pies, pérdida de peso, cansancio, cambios en los hábitos intestinales, y en algunas ocasiones, intenso dolor de espalda.

La presencia de sangre en el semen, las molestias en la zona pélvica y la disfunción eréctil también se asociada a esta patología.

Pero el cáncer de próstata se puede diagnosticar en pacientes sin síntomas, por alteraciones analíticas (PSA) y/o en el tacto rectal, incluso cuando el tumor está en fase avanzada. “Una valoración precoz y un seguimiento adaptado a cada caso lleva a disminuir el diagnóstico de tumores en fase avanzada, disminuyendo la mortalidad por cáncer de próstata en varones entre los 50 y 70 años de forma significativa”, añade Domínguez.

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La función principal de la próstata es suministrar el fluido prostático o líquido seminal que se mezcla con los espermatozoides en los testículos para que puedan sobrevivir y ser expulsados durante la eyaculación. (Foto: Getty)

“Aunque es cierto que a la mayoría de los pacientes se les diagnostica en estadios localizados, un porcentaje significativo se presenta en fases avanzadas de la enfermedad. Por ello, es de gran importancia ser conscientes de la existencia del tumor, consultar al médico ante la aparición de síntomas y, especialmente, seguir medidas de prevención y programas de detección precoz del tumor”, nos cuenta el doctor Enrique Gallardo, oncólogo médico del Hospital Parc Taulí de Sabadell,

Por otro lado, apunta el Dr. Fernando González-Chamorro, jefe del Servicio de Urología del Hospital San Rafael de Madrid y profesor asociado de la Universidad Francisco de Vitoria: “sabemos que uno de los factores de riesgo más importantes en el desarrollo del cáncer de próstata agresivo es tener un antecedente directo que haya padecido la enfermedad”.

Por este motivo, el doctor Ramón Diz, jefe del Servicio de Urología del Hospital Universitario HM Madrid, recomienda “iniciar las revisiones anuales a partir de los 45-50 años y mantenerse de por vida. Si existen antecedentes familiares de patología prostática, sobre todo de cáncer, estas revisiones deben empezar a los 40 años”.

Las pruebas preliminares consisten en un análisis de sangre para medir el nivel de PSA (antígeno prostático específico) y la realización de un tacto rectal. En caso de observarse dates anormales en alguna de estas pruebas, se debe proceder a la realización de pruebas diagnósticas de confirmación.

Además, existen otros procedimientos muy eficaces como el test de diagnóstico basado en biomarcadores, que incorpora la valoración genética individual para detectar el cáncer de próstata agresivo. La prueba es capaz de identificar el riesgo de padecer la enfermedad con gran eficacia, ya que la probabilidad de que un hombre no la padezca cuando el test da un resultado negativo es del 98 por ciento, según datos publicados por la Revista Europea de Urología.

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Algunos nutrientes ayudan a cuidar esta glándula como los tomates, la granada y los frutos secos. (Foto: Getty)

¿Es prevenible?

Teniendo en cuenta que la edad (más del 75 por ciento de los casos se diagnostican en mayores de 65 años), la genética, el hábito de fumar, el contacto con metales pesados y químicos, la escasa exposición al sol, el exceso de peso y una vida sedentaria pueden favorecer el riesgo de cáncer de próstata, algo de puede hacer. ¿El qué? Pues tratar de controlar estos factores de riesgo.

Y por cierto, no hay que olvidar que una dieta alta en grasa también contribuye a su aparición. Así que digamos que se puede reducir el riesgo de padecer cáncer de próstata siguiendo una dieta saludable de frutas y vegetales y realizando ejercicio físico. En cuanto a la dieta, una curiosidad: comer setas a menudo asociado a un menor riesgo de cáncer de próstata. También se recomienda tomar granos integrales, y evitar o limitar el consumo de lácteos, carnes rojas y procesadas, bebidas endulzadas con azúcar y alimentos altamente procesados.

Por otro lado, existen indicios de que el sexo ‘protege’ del cáncer, y hay datos que relacionan el número de eyaculaciones con el riesgo de cáncer prostático. Y para evitar infecciones conviene:

  • No ingerir alcohol.

  • Vaciar la vejiga frecuentemente durante el día y, sobre todo, antes de ir a dormir.

  • Evitar el sedentarismo, el estreñimiento, comidas flatulentas, el frío y la humedad.

  • Acostarse un rato en horizontal después de comer

¿Con qué regularidad acudes al urólogo? ¿Pones en práctica estos u otros consejos para cuidar tu próstata?

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