Yahoo Estilo Qué hacer para evitar una mala relación con la suegra (y no verla como la "bruja malvada")
Tengo dos suegras. No una. Dos, y se llevan bien entre ellas. Para muchos esta puede ser una historia de terror, pero para mí ha sido la oportunidad de multiplicar experiencias, enseñanzas, cariño familiar y, sobre todo el amor de abuelos para mi hijo. Llevarse bien con la suegra empieza por comprender que el cuento de la bruja malvada que quiere apartar a su bebé de una oportunista, es eso. Un cuento.
Todos somos diferentes. Y es también un cliché que cada quien tiene su propia historia y trayecto por la vida. Pero estas experiencias aderezan aún más nuestra forma de actuar la manera en que conducimos nuestras relaciones familiares.
En mi caso, que considero afortunado, la consciencia de estas diferencias, una comunicación clara, y el respeto de los espacios de cada quien han sido claves de éxito, pero es definitivamente cierto que no todos tienen la misma motivación para llevarse bien y mantener la armonía familiar.
Lo poco que se sabe con certeza de la relación entre Shakira y su exsuegra, Montserrat Bernabéu, simplemente suma una historia célebre más a la lista de las relaciones con suegras más intensas, digamos, de la historia.
Por ejemplo, es conocido el caso de Sara Roosevelt, madre de Franklin D. Roosevelt, que dio a su hijo y a su esposa Eleanor una casa como regalo de bodas, pero contaba con un apartamento anexo con acceso ilimitado a la casa. Además se dice que la señora intervenía en todas las decisiones de la pareja. En el ámbito del entretenimiento hay suegras de cuidado que son referentes de este mito: Endora, la madre de Samantha en Hechizada; o la terrible Viola, interpretada por Jane Fonda en el film Si te casas… te mato.
Todas estas referencias dan cuenta de algunos de los problemas más comunes que pueden presentarse: que la suegra se mete en todo; que persuade a su hijo o hija; que menosprecia a su nuera o yerno por considerar que son inferiores de alguna manera. Pero no siempre este delicado vínculo familiar está destinado al fracaso. Lo que la suegra piense o haga no lo podemos controlar, pero sí podemos tener control sobre cómo nosotros actuamos ante distintas situaciones.
¿Qué hacer?
La psicólogo Nelly López considera básico que tengamos la premisa de que cada quien es diferente. Si tenemos presente que la suegra es alguien con sus propios criterios, sentimientos y valores tal vez no nos desgastamos tratando de cambiarla o de hacerle entender nuestra forma de pensar. Escuchar lo que otros tienen que decir no quiere decir que estamos obligados a cambiar nuestra manera de hacer las cosas.
En este sentido, la comunicación desde la comprensión y no desde el conflicto es otro paso importante. Es muy diferente responder reactivamente al sentirse atacado porque la suegra te está diciendo cómo deberías actuar en determinada situación a escuchar atentamente y decir con serenidad que tomaremos en cuenta su comentario. De inmediato se desarticula cualquier posibilidad de enfrentamiento.
Asimismo, es ideal que en esta relación y cualquier otra dentro de la familia, se eviten la discusiones, las críticas y los juicios. Si la relación es delicada, guiémonos por la premisa de que si no nos piden nuestra opinión, mejor no la demos.
Otro paso básico es definir límites claros. Si te sientes invadida por algunos comportamientos específicos de la suegra, (o el suegro, porque también pasa), comunicarlo constructivamente a la pareja puede ser una buena idea. Así podrán establecer juntos los límites con los que se sientan a gusto. Por ejemplo, visitar sin avisar, entrar a las habitaciones a organizar el clóset del hijo o la nevera, son comportamientos que deberían limitarse estrictamente desde el comienzo de la relación.
La empatía también es una clave dentro de la relación con la suegra -y aplica para otras relaciones familiares-. Ponernos en el lugar de la persona, entender que hay una historia previa y tratar de comprender sus preocupaciones brinda un enfoque positivo en nuestras relaciones con los demás. Antes que nuestros suegros, esas personas fueron padres y también fueron jóvenes, también cometieron errores. Quién sabe y aprendemos algo interesante con ellos.
Por último, y el mejor de los trucos de esta guía, para llevarse bien con la suegra es conseguir intereses comunes. Por ejemplo si les gusta la cocina, o la gastronomía, incentiva reuniones para preparar nuevas recetas o para probar algún nuevo restaurante. Si les gusta la lectura, los libros son un excelente tema de conversación que genera conexiones y abre un universo de posibilidades. Esto ayudará a consolidar vínculos positivos y mejorar la relación.
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