Renée Zellweger no merecía el destino atroz de su película de terror
La relación de Renée Zellweger con el cine de terror nunca fue buena. Cuando en los inicios de su carrera trabajó en la cuarta entrega de La matanza de Texas (aquella que protagonizó con Matthew McConaughey en 1995 y fue titulada como La nueva generación), el legado de Leatherface se vio emborronado ante una recepción terrible que condujo al título a estrenos muy limitados y a que la saga se quedara en el limbo hasta el remake de 2003 producido por Michael Bay.
Si tenemos este panorama en cuenta, resulta lógico que la actriz se alejara del género y pusiera el foco en proyectos más serios para alcanzar la cima de Hollywood. Pero, una vez iniciado el descenso, en los años previos a tomarse aquel largo descanso a principios de la década de 2010, Renée Zellweger volvió a probar suerte en el horror con una cinta estrenada en octubre de 2009 titulada Caso 39. Y no es que le fuera mucho mejor que con La matanza de Texas, porque la crítica la destrozó por completo y en taquilla se estrelló. Recaudó tan solo $28 millones cuando había contado con un presupuesto de $26 millones.
El título recurría a las tan habituales historias de niños endemoniados, contando la historia de una asistente social (Zellweger) que cuidaba de una joven a la que sus padres habían intentado asesinar. Obviamente, no hablamos de una niña buena y amigable, y en cuanto entra en la vida de la protagonista el infierno termina desatándose a su alrededor. No es un relato que se distancie de la infinidad de películas similares que hemos visto, y posiblemente ahí se encuentre la principal razón de su fracaso. Además, su fecha en estreno no ayudó a que nos paráramos a analizar todas sus virtudes.
Y es que después del verano de 2009, donde se estrenó un título tan similar de niñas diabólicas como La huérfana, donde Sam Raimi regresó al terror con un festín tan estimulante como Arrástrame al infierno o donde disfrutamos de un remake muy reivindicable del clásico La última casa a la izquierda de Wes Craven, poco se podía hacer para llamar la atención con un relato tan gastado. Sin embargo, me parece que este destino atroz fue bastante injusto, porque aunque no fuera una película que marcara un antes y un después en el género, se erigía como una entretenidísima y perturbadora experiencia con muchas secuencias para el recuerdo.
Sí es cierto que tenía altibajos notables y que a ratos se estancaba en lo rutinario, sobre todo en su primer tramo. De hecho, he de reconocer que cuando vi el tráiler por primera vez me remitió más a un telefilme de bajo presupuesto que a una buena producción cinematográfica para salas. Pero en cuanto la trama se adentra en el horror de la historia, cuando su diabólica niña empieza a hacer de las suyas, Caso 39 se convierte en un parque de atracciones que merece la pena visitar. Sobre todo si eres amante del género.
Aún tantos años después de su estreno, tengo clavados varios momentos de pura tensión en la mente, como el instante tan enervante donde los padres de la pequeña intentan amordazarla y asarla en un horno. O cuando un enjambre de insectos empieza a emerger del cuerpo de uno de los protagonistas o el creciente malestar que se gesta en la atmósfera y que explota en un enervante final con Renée Zellweger sacando su lado más extremo. No sé cómo habrá soportado el paso del tiempo, pero volviendo a ver ahora estos instantes me siguen pareciendo de pura pesadilla.
Además, hablamos de un título con un reparto de altura, porque más allá de Zellweger encontramos nombres de alto estatus como Ian McShane o Bradley Cooper. En resumen, aunque no sea un film que vaya a pasar a la historia, es una experiencia escalofriante muy reivindicable, perfecta para pasar una tarde de horror en casa. Y me parece una pena que fuera tan defenestrada, que pasara sin pena ni gloria por nuestras pantallas y que incluso pudiera motivar a Renée Zellweger a su largo retiro de Hollywood, porque aunque no sea perfecta creo que está lejos del espanto que se nos vendió en su día.
Si quieren redescubrirla, Caso 39 está disponible en Netflix.
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