Yahoo Estilo Rubén Aguirre, el eterno enamorado de "doña Florinda" que murió en la ruina
"El profesor Jirafales" fue uno de los personajes más entrañables de la ficticia vecindad de El chavo del 8. Su romance con "doña Florinda" ha sido un clásico para miles de personas y su característico "ta-ta-ta" repetido una y otra vez en México y América Latina trascendieron al actor que le dio vida, Rubén Aguirre.
Si bien el actor participó en varios programas creados por Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, fue el espigado maestro quien le dio la popularidad internacional después de haber probado suerte en casi cualquier espacio mediático: tras abandonar su carrera de ingeniero agrónomo, Aguirre participó como "el payaso Pipo" en el programa El club de Shory en Monterrey, Nuevo León, también hizo radio y fue el primer cronista taurino en transmitir vía satélite para México una corrida de toros realizada en Madrid, España.
Una vez que emigró a Ciudad de México, traído por el productor cubano Sergio Peña y su esposa Kippy Casado, se convierte en ejecutivo y cazador de talentos para Televisión Independiente de México, mejor conocido como canal 8, un par de años antes de la fusión con Televisa.
Gracias a su puesto, conoció a Gómez Bolaños quien ya contaba de un renombre gracias a su trabajo como guionista y por sus pequeños roles al lado de los cómicos Viruta y Capulina. Sin dudarlo, decidió apostar todo por él y brindarle espacio al aire para sus propios programas, Los supergenios de la mesa cuadrada y Chespirotadas que posteriormente cambió a Chespirito. Pero Aguirre tenía otra intención: que el comediante le diera oportunidad de regresar a la pantalla chica.
Años más tarde y cuando las dos series eran un éxito, Aguirre le pidió a Chespirito formar parte del elenco y accedió. "Empecé los sábados con las Chespirotadas, entonces me llamaron de la dirección general de Televisa y me dijeron: 'señor Aguirre, ¿qué está haciendo ahí?', 'pues mi trabajo termina los viernes y esto es los sábados'".
Televisa, quien tenía una regla estricta de que ningún actor debía tener un doble trabajo dentro de la misma empresa, le condicionó su participación: o se quedaba haciendo trabajo de mesa como el ejecutivo que era, o seguía haciendo mancuerna con Gómez Bolaños. Ya sabemos qué decisión tomó.
"La primera que dejó de hablarme fue mi mujer, '¡estás loco, con lo que estás ganando!, ¿con Chespirito cuánto ganas?', 'todavía nada, pero algún día...'. Estuvo como dos meses sin hablarme", le contó el actor a la conductora argentina Susana Giménez en su programa en 1995.
Dentro del universo Chespirito, Aguirre dio vida a "Rufino Rufián", némesis de "El chapulín colorado"; "Lucas Tañeda", compañero de incoherencias de "Chaparrón Bonaparte" en Los Chifladitos; el "sargento Refugio Pazguato", el confiado policía amigo de "el Chompiras".
Pero su icónico rol del "profesor Jirafales", el maestro de la escuelita a donde acudían los niños de la vecindad, incluidos "Ñoño", "Popis", "Quico", "Chilindrina" y "Chavo del 8", quienes lograban sacarlo de sus casillas, pudo más y nos permitió vivir y ser testigos del romance con "doña Florinda", a quien siempre le regalaba flores y pasaban las tardes bebiendo infinidad de cafés.
"'El profesor Jirafales' es un personaje al que quiero mucho porque fue el que me internacionalizó. Gracias a 'Jirafales' he visto cómo me piden autógrafos los chicos de la Quinta Avenida de Nueva York, eso vale muchísimo para un actor ser reconocido internacionalmente. Y lo mismo pasa en Italia, España, Francia, Marruecos, Norte de África, Corea", dijo Aguirre en numerosas oportunidades.
Cuando en 1992 Chespirito y Televisa pusieron fin a su relación laboral, también significó el cierre de ciclo para todos los demás personajes. Rubén Aguirre fundó un circo que fue durante décadas su principal ingreso, aunque su situación económica empeoró después de que en 2007 sufrió un accidente automovilístico en el que su esposa resultó gravemente herida.
La recuperación de la pareja consumió todos sus ahorros y obligó al actor a posponer su retiro. Incluso el dinero escaseó todavía más, al extremo de que en una ocasión tuvo que abandonar el hospital donde era atendido por diabetes y cálculos renales porque su familia no tenía recursos para pagar la cuenta. En un intento por conseguir fondos para pagar sus tratamientos, demandó a la Asociación Nacional de Actores de México (ANDA), pues —según decía— se habían comprometido a pagar sus gastos médicos.
Dos días después de cumplir 82 años, el 17 de julio de 2016, en Puerto Vallarta, murió el actor que intentó por todos lo medios, en la ficción de Chespirito, terminar sus días junto al amor de su vida, "doña Florinda".
