'Saw X' convierte el mayor problema de la saga en su ventaja más extrema

Tobin Bell como John Kramer/Jigsaw en 'Saw X: El juego del miedo' (Foto: Corazón Films)
Tobin Bell como John Kramer/Jigsaw en 'Saw X: El juego del miedo' (Foto: Corazón Films)

La saga Saw - El juego del miedo está en un punto en el que pocas novedades puede ofrecer. Lo mucho que se ha estirado la franquicia y sus retorcidos juegos macabros hacen ya imposible recuperar la frescura que gozó en sus primeras películas, cuando sus giros de guion nos dejaban con la boca abierta o su gore extremo era capaz de superar todos los límites imaginables.

Solo hay que ver el declive que ha vivido en la última década, especialmente a partir de la séptima entrega, con el nivel sangriento en decadencia, la originalidad y tensión de las pruebas mortales brillando por su ausencia, tramas cada vez más ilógicas o intentos fallidos de llevar la saga a otros terrenos como la bochornosa gymkana policial con puntos de humor que fue Espiral con Chris Rock.

Sin embargo, hablamos de una franquicia que sigue viva y coleando en taquilla, por lo que sus responsables se resisten a dejarla morir. Así, como nueva arma para mantener nuestra atención y llevarnos a los cines una vez más, han optado por estrenar una décima entrega titulada Saw X que nos lleve al pasado, a una trama situada entre la primera y la segunda película con la intención de traer a la vida al temible villano Jigsaw y conquistarnos con un buen golpe de nostalgia.

Su trama nos traslada a México, donde un supuesto tratamiento experimental podría salvar a Jigsaw del cáncer cerebral. No obstante, el protagonista de Saw terminará siendo víctima de un timo, lo que hará enfrentar a sus responsables a sus sanguinarios juegos diabólicos para hacer justicia. Y no estará solo, puesto que le acompaña Amanda, la superviviente de la primera película que acabó convertida en su ayudante.

Puede que volver a las raíces de la saga sea una idea tentadora, pero, en el fondo, es una fórmula que anticipaba que volveríamos a estar ante una película sumida en la monotonía, sobre todo porque esta trama no da juego a mucho más de lo que ya hemos visto millones de veces en el resto de entregas. Pero esto no es exactamente así, porque precisamente el jugar todo a repetir esquemas es lo que convierte a Saw X en la mejor película de la saga en casi una década. Y lo ha logrado de la forma más sencilla posible.

Mientras que las últimas entregas patinaron buscando nuevas fórmulas y giros sorprendentes, Saw X se ha limitado a recordarnos todo lo que amábamos de la franquicia en sus inicios y a potenciarlo. Es decir, no hay giros desesperados como el de recuperar al Doctor Lawrence Gordon en Saw VII, engañarnos con las líneas temporales en Jigsaw: El juego continúa o intención de desviar la película de su esencia como en Espiral. Simplemente juega todas sus cartas a recuperar el gore extremo trayendo de vuelta ideas del pasado y exprimiéndolas de forma aún más retorcida.

Por ejemplo, si sufriste viendo cómo a Jigsaw le abrían el cráneo y le extirpaban el cerebro en la autopsia de Saw IV, prepárate, porque aquí esa idea de operaciones cerebrales pasa a un nivel que a más de uno le pondrá al borde del desmayo. Y solo hay que ver los ligeros retazos de esta secuencia que nos dejaron ver en el tráiler.

Lo mismo si en la primera película lo pasaste mal viendo a Amanda apuñalar violentamente un cuerpo y buscar una llave entre sus intestinos, puesto que en Saw X hay una idea tan maquiavélica con un concepto similar que deja a aquella en pañales.

Efectivamente, es más de lo mismo, pero el centrarse en aquello que funcionó y potenciarlo acaba siendo la mayor ventaja de Saw X. Y es que llevábamos desde Saw VI sin una apuesta que nos sorprendiera en estas películas, lo que es un absoluto deleite para los que llevamos siguiendo la franquicia desde sus inicios. De hecho, me atrevería a posicionarla en el podio de las más extremas.

Además, con su apuesta nostálgica las buenas sensaciones se intensifican, sobre todo por la vuelta de personajes clásicos y alguna que otra sorpresa (¡ojo a la escena postcréditos!). Y aunque en esta ocasión no sean su prioridad, no faltan elementos tan identificables en la saga como los habituales y retorcidos giros de guion. En definitiva, una película que todo amante de Saw adorará.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.

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