Sydney Sweeney y el bautismo definitivo de su corona como estrella de Hollywood
El ascenso meteórico de la actriz se consagra con su debut en los blockbusters de la mano de Marvel
A nadie debería sorprenderle que Sydney Sweeney se haya convertido en una de las estrellas de moda. Porque esta joven actriz de mirada seductora y talento nato para cautivar el lente de la cámara lleva convirtiéndose en una figura habitual del cine y las series desde 2019. No solo a través de HBO, Amazon y Netflix, sino también con producciones independientes y hasta con un pequeño personaje en Había una vez en Hollywood de Quentin Tarantino. Es decir, peldaños que simbolizan un ascenso meteórico que se consagra con su debut protagonista en el mundo de los blockbusters de la mano de Marvel.
Así lo confirma el tráiler de Madame Web, la nueva película del universo de Spider-Man, donde la veremos interpretando a Julia Carpenter, más conocida por los fans del cómic como Spider-Woman. En otras palabras, el bautismo definitivo de su corona como estrella de Hollywood.
Una corona que, por si no lo sabían, viene tentando desde el éxito de Euphoria, amasando seguidores en Instagram hasta acumular más de 15 millones, siendo imagen de marcas (Laneige, Tory Burch, Guess, Miu Miu, Armani, los bikinis de LA Collective, la lencería de Rihanna, etc.) y hasta protagonizando el más reciente videoclip de Rolling Stones, Angry. No obstante, aunque su figura esté de moda en el mundo del entretenimiento, debo decir que no nos sorprende a quienes seguimos su trayectoria.
Detesto las comparaciones pero cada vez que veo a Sydney Sweeney en acción recuerdo a Anya-Taylor Joy, la joven actriz convertida en uno de los imanes más potentes de la pantalla tras cautivarnos con su mirada y talento en joyas como La Bruja, éxitos como Fragmentado y fenómenos como Gambito de Dama en Netflix. En apariencia no comparten ningún parecido, cada una es única en su talento y sus trabajos no se parecen en absoluto, sin embargo, el magnetismo que comparten para dejarnos prendados de su presencia en pantalla es indiscutiblemente idéntico.
Al igual que Anya, Sydney es una actriz con una presencia que provoca curiosidad. Sus ojos grandes, melancólicos y expresivos son un imán infalible, una especie de anzuelo efectivo que mordemos de manera instantánea para descubrir entonces personajes oscuros, atormentados o de gran profundidad dramática. Una profundidad que esta actriz habita de forma externa, expresándola con interpretaciones que visten las emociones de sus personajes por fuera. No en vano los directores que trabajan con ella exprimen al máximo los primeros planos de sus ojos y rostro. Al igual que Anya-Taylor Joy.
LAS PRUEBAS QUE JUSTIFICAN SU ESTRELLATO
Sydney nació un 12 de septiembre de 1997 en Washington y su deseo por ser actriz era tan grande que convenció a sus padres con un plan de negocio a cinco años. Aceptaron en familia dar el paso y se mudaron todos a Los Angeles en busca de su sueño. Comenzó pasando por varias series con personajes fugaces, como Mentes criminales, Anatomía según Grey o Pequeñas mentirosas, participó en cortometrajes y muchas películas independientes. Su primer gran salto llegó de la mano de Netflix con un papel protagonista en la serie adolescente Everything sucks (2018) que parodiaba la cultura de los 90s. La serie no dejó huella suficiente y fue cancelada, pero la carrera de la actriz ya había despegado.
En Sharp Objects de HBO supo estar a la altura de un portento dramático como es Amy Adams, absorbiendo el protagonismo de cada escena que compartían en uno de los capítulos. Sydney daba vida a la compañera de habitación de la protagonista en un centro de rehabilitación, compartiendo charlas, traumas y momentos entrañables donde juntas sentían un poquito de libertad a través de la música. Sydney cautivaba transmitiendo el sufrimiento de su personaje más allá de las lágrimas y se comía la pantalla con una fragilidad asombrosa.
Luego fue un personaje recurrente en la segunda temporada de El cuento de la criada, donde daba vida a la sufrida esposa de Nick (el amante de la protagonista) que sacrifica su vida muriendo como mártir tras el rechazo de su marido y el amor imposible que siente por otro. Otro trabajo de la actriz que supo ganarse su lugar en la serie a base de exprimir su talento para el drama.
Entre otras películas independientes y ser una de las secuaces de Charles Manson en Había una vez en Hollywood, llegó la serie que la colocó en el mapa definitivo de Hollywood: Euphoria. En el gran éxito de HBO, Sydney interpreta a Cassie, una adolescente arrinconada bajo el estereotipo de mujer sexual e insaciable a raíz de su propia espiral destructiva para lidiar con la muerte de su padre.
Cassie era continuamente menospreciada por su propia pareja, viviendo entre la presión de la misoginia escolar forzada por los chicos populares y sus sentimientos hacia ella. Como esta serie creada por Sam Levinson y protagonizada por Zendaya está repleta de personajes profundos y ricos, Cassie es un personaje más en la historia pero es Sydney quien consigue que su presencia destaque cuando aparece en escena. Y es que Sydney tiene el talento de convertirse en un torbellino de emociones reprimidas que salen a borbotones en la expresividad de su rostro sin necesidad de diálogos.
Durante la pandemia volvimos a verla en una de las apuestas de terror de la saga antológica Welcome to the Blumhouse que Amazon Prime estrenó en octubre de 2020. Se trataba de cuatro largometrajes del género y ella protagonizaba uno de mis favoritos, Nocturne. En esta historia daba vida a una pianista que vive continuamente bajo la sombra y talento de su hermana gemela, todo un prodigio musical. La película es una metáfora a la competencia familiar y el miedo a ser invisible, con una protagonista obsesionada con un éxito que no consigue a través de un cuaderno diabólico que la conduce a medidas extremas. Una vez más, Sydney lograba cargar con el peso de la historia, siendo capaz de cargar con un personaje traumado y perturbado a través de una actuación desesperada.
Volvió más tarde con The White Lotus de HBO, esa sátira inteligente y maravillosa sobre el privilegio de los ricos caucásicos donde Sydney interpretaba a una adolescente que representa ese privilegio, criticando al prójimo y la ignorancia cultural empoderada en la moda de la cancelación, pero disfrutando de todos los beneficios que su vida le ofrece. Una vez más, Sydney lograba transformar un personaje a priori cliché en un rol de gran profundidad, con sus propias dudas y sufrimiento escondidos bajo una fachada engreída y caprichosa.
Y no podía faltar destacar un thriller envolvente, diabólico y retorcido como Los voyeristas que pasó injustamente desapercibido en 2021. Se trata de una película de Amazon Prime Video sobre una pareja que se muda a vivir juntos por primera vez, descubriendo un pasatiempo en común espiando a una pareja vecina. Las ventanas son enormes y ellos exponen su vida, pasión y rutina como escaparate de una telenovela en acción real. Si lo enseñan a ventanas descubiertas ¿por qué no mirar? Al menos, este es el planteamiento que propone Pippa a su pareja (Justice Smith), una oftalmóloga con pasión por la vista, los ojos y optometría que quiere soltarse la melena tras pasar media vida estudiando.
Sin embargo, lo que comienza como un juego de pareja pronto se convierte en una obsesión que despierta los deseos de libertad reprimidos por Pippa. La vida del vecino, un fotógrafo infiel, despierta en ella deseos inesperados haciendo del voyerismo un arma de doble filo que pronto da un golpe radical en su vida.
Precisamente esta idea de observar, exponerse y ser juzgado es algo que toca muy de cerca a su protagonista, quien asegura sentir ansiedad cada vez que publica una foto en Instagram. Dijo a Independent que las reses sociales son “la parte menos saludable” de su vida, unas declaraciones que llegaron meses después de que publicara un vídeo llorando en su perfil porque su nombre era tendencia a raíz de críticas y comentarios despectivos sobre su apariencia. “Aparentemente, ahora mismo soy tendencia en Twitter por ser fea”, dijo a sus seguidores y mientras lloraba daba a conocer que “las personas deben ver cómo las palabras realmente afectan a otras”. “La gente necesita ser más amable en las redes sociales, porque es realmente jodido”.
Los voyeristas era una apuesta perversa y divertida para ver, pero sin pretensiones de encontrar una obra maestra. Una especie de homenaje a La ventana indiscreta pero con aires de serie B que sirve como escapismo ideal, si es que disfrutas del género. Se trata de una película con giros oscuros, un tanto absurdos, pero donde Sydney Sweeney se planta como una figura a la que no perder de vista. El uso de más primeros planos, la expresividad de su rostro y el juego de seducción que hace con la cámara sentencian su lugar definitivo como la nueva Anya-Taylor Joy.
Todo esto ya nos daba la pauta de lo que estaba por venir con Sydney Sweeney preparando el estreno de una comedia romántica con Glenn Powell (Top Gun: Maverick) titulada Anyone but you, seguida por Madame Web el 14 de febrero de 2024, el thriller de Ron Howard, Eden, donde comparte protagonismo con Ana de Armas y Vanessa Kirby mientras está previsto que interprete a Barbarella en el remake del personaje que inmortalizó Jane Fonda en 1968.
A sus 26 años, no cabe duda que Sydney tiene una magia especial para cautivar ante la cámara a través de una expresividad natural pocas veces vistas. No solo seduce al espectador a su manera, sino que es capaz de cargar con varias capas de dramatismo sin perder un ápice de naturalidad a través de una mirada que siempre parece esconder más de lo que enseña. Y parece que Hollywood ha tomado nota.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.
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