‘The Crown’ invoca al fantasma de Diana hasta pasarle factura

La serie toma un camino que refleja eso que tanto señala: el interés explotador de la figura de Diana

'The Crown' despide a Diana con aires de melodrama, llevando el asunto demasiado lejos (Cortesía de Netflix)
'The Crown' despide a Diana con aires de melodrama, llevando el asunto demasiado lejos (Cortesía de Netflix)

Bienvenidos al show de Diana. O cómo podría llamarse la primera parte de la sexta y última temporada de The Crown. Porque después de dedicar cada temporada a repasar etapas extensas (incluso una década por tanda) de travesuras reales, dramas personales y conflictos políticos con minuciosos protocolo palaciego, la serie de Netflix dedica los cuatro episodios ya disponibles a las últimas ocho semanas de la princesa. Y lo hace con tono de melodrama, miradas fijadas en el horizonte y punzadas dramáticas que exponen una clara diferencia con el resto de la serie. Y, en consecuencia, The Crown toma un camino que refleja precisamente eso que tanto señala: el interés explotador de la figura de Diana.

A lo largo de estos cuatro capítulos vemos el repaso de un acecho mediático brutal, con Diana atrapada bajo la persecución de los paparazzi en medio de su incipiente relación con Dodi Fayed, como si cada luz de los flashes fuera un disparo directo que destroza a la persona bajo el personaje. La vemos llorar, buscar consuelo en su psicóloga, en una médium, navegando para escapar del ruido, haciendo las paces con Carlos con simpatía romántica y siendo una madre ideal, adornando la historia con momentos idílicos donde los ‘te amo’ entre madre e hijos se repiten varias veces por si no nos había quedado claro.

Es decir, esta primera parte está adornada de tantos momentos melodramáticos que terminan convirtiéndose en advertencias que apelan a la noción global del trágico desenlace. Como si cada punzada emotiva nos dijera ‘¡Atención! El accidente en el túnel de París está cada vez más cerca’.

Y entonces llega la gota que colma el vaso: el fantasma de Diana.

(Cortesía de Netflix)
Diana se aparece a la reina Isabel II en forma de fantasma en la sexta temporada de 'The Crown'. (Cortesía de Netflix)

UN FANTASMA QUE DESPIERTA DUDAS

Advierto que esto no es spoiler. Cualquiera que haya estado pendiente de las noticias previas al estreno, habrá leído esta historia en diferentes medios: las últimas escenas de Elizabeth Debicki interpretando a la princesa son en forma de fantasma. Un fantasma que se presenta al príncipe Carlos y la reina Isabel II con mensajes que retumban plagándonos de escepticismo.

“Gracias por ponerte así en el hospital”, le dice el fantasma a Carlos a raíz de su reacción emotiva, después de haber roto a llorar desconsoladamente cuando visita su cuerpo en París. “Sin filtros, abatido y apuesto. Me lo llevo conmigo”, sentencia mientras los dos se emocionan. “Te quise muchísimo. Tan profundo. Y con tanto dolor. Pero ya está”, añade mientras el príncipe confiesa sus arrepentimientos. Es decir, no es una aparición simbólica sino una conversación fluida donde cierran página a su historia.

Y luego le toca a la reina Isabel II. La monarca se niega a conceder un funeral de estado creyendo que, si cede, estarían dando un “teatro, circo, exhibicionismo” para las masas. Carlos intenta convencerla varias veces, pidiéndole que comprenda que el público necesita empatía, comprensión y un momento para lamentar la pérdida. ¿Pero quién la convence? Según sugiere la serie, el fantasma de Diana. Nada más y nada menos.

“Quieren mostrarle quiénes son y qué es lo que sienten. Lo que necesitan”, le dice Diana a la reina mientras las dos miran por televisión la congregación de gente afuera del palacio de Buckingham. “Desde que tenemos memoria, usted nos enseñó lo que significa ser británico. Quizás es hora de demostrar que usted también puede aprender”, le recita en forma de lección atrevida. Y así, sin más dilaciones, la reina cede.

Elizabeth Debicki se despide de su personaje en forma de fantasma. (Daniel Escale/© 2022 Netflix, Inc.)
Elizabeth Debicki se despide de su personaje en forma de fantasma. (Daniel Escale/© 2022 Netflix, Inc.)

¿HOMENAJE O EXPLOTACIÓN DE LA FIGURA DE DIANA?

La aparición de Diana como fantasma desconcierta dentro de una serie que, desde el principio, condujo su narrativa sobre la seriedad emblemática de la reina Isabel II. Desde su faceta de monarca, esposa, madre y suegra, siempre la mostraron manteniendo las emociones a raya, con el deber de su rol por encima de todo. Incluso cuando Carlos, más joven, le pedía desesperadamente su cariño.

A lo largo de cinco temporadas, The Crown repasó etapas de conflictos bélicos, políticos y escándalos, y si bien los diálogos y algunos detalles son fruto de la imaginación de sus guionistas, la serie, en el fondo, rinde homenaje cronológico al reinado de Isabel II. No es una biografía, pero tampoco es pura ficción.

Por ese motivo, que de repente incluyan un elemento paranormal desconcierta a todos aquellos que seguimos fielmente la historia desde el principio. No encaja con la serie, su tono ni narrativa original. Y por mucho que quieran utilizarlo como despedida simbólica, el hecho de que exista interacción, conversación y consejos, desestabiliza. Sobre todo cuando, al final, la reina mira hacia atrás sospechando que el fantasma de Diana sigue presente. Otra vez, puede ser un mensaje simbólico de una figura que la perseguirá por siempre pero, en ese momento y con música siniestra, contagia más aires de película de terror que de homenaje dramático.

No obstante, el mayor problema de la figura paranormal no es el fantasma en sí mismo, sino lo que podría representar. Mientras veía las escenas fantasmales no pude evitar preguntarme ‘¿qué es esto? ¿homenaje o explotación dramática?’ Y por mucho que me considere fan de The Crown, tampoco pude evitar sentir que habían tomado el camino equivocado.

Porque la serie señala explícitamente el horror del acecho de los fotógrafos, las preguntas invasivas, la falta de respeto y el hambre voraz de captarla como sea. Aunque ella se tapara, llorara y huyera. Pero entonces la despide de forma paranormal y en forma fantasmal, regalando frases y consejos mientras hace las paces con el príncipe y la reina con aires de ciencia ficción. ¿Para qué? Me pregunto.

Ni encaja con la narrativa habitual de la serie ni con el perfil serio y realista que siempre transmitió la reina Isabel II. Y por mucho que The Crown se tome licencias creativas desde el principio, esto se va un poco de las manos, llevándome a cuestionar si no habrán terminado cayendo en el mismo error de exprimir a Diana, forzando su despedida al máximo.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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