Sylvester Stallone sufre el peso de apoyarse en exceso en la nostalgia
Sylvester Stallone se enfrenta a un nuevo fracaso de taquilla. Pese a que las previsiones para Los Indestructibles 4 la situaban en torno a los 15 millones de dólares en su primer fin de semana en Estados Unidos, esta nueva entrega de la franquicia de acción, que también cuenta con otras leyendas del género como Jason Statham o Dolph Lundgren, se ha tenido que conformar con unos decepcionantes 8,3 millones de dólares en su llegada a los cines estadounidenses.
El dato la sitúa como el peor estreno de la franquicia, suponiendo casi la mitad de los 15,8 millones con los que Los indestructibles 3 abrió en 2014 y apenas un tercio de los 34,8 y 28,5 del debut de las dos primeras entregas. Claro está que el interés por estas películas se ha diluido con el tiempo, aunque el fracaso también tendría que ver con la pérdida de poder que Sylvester Stallone ha estado experimentando en los últimos años en Hollywood y con su intención de abusar del recuerdo nostálgico.
Si observamos su trayectoria en la gran pantalla, es notorio que la estrella de Rocky lleva tiempo sin grandes éxitos de taquilla, estando estancado en sus sagas míticas o protagonizando cintas que beben de su estatus como héroe de acción los 80 sin tener ideas nuevas que aportar. Esta tendencia se ha alargado durante más de dos décadas, pero, aunque el cariño que todos profesamos a una leyenda de su nivel le ha ayudado a mantenerse en la cresta de la ola, ahora, con la oferta audiovisual mucho más diversificada, le está costando captar la atención.
Una excepción son las dos primeras entregas de Creed. Corazón de campeón, donde recuperó al personaje de Rocky Balboa con fuertes resultados en taquilla y premios. Sin embargo, estas películas destacaron por abrir la saga hacia nuevos terrenos con un nuevo protagonista y no por anclarse en exceso en la nostalgia por el pasado, algo que no ha ocurrido con frecuencia en el resto de las películas de Stallone.
Por ejemplo, no fue el caso de la vuelta de sagas como Rambo, que ya en 2008 salvó los muebles por muy poco con 113,2 millones en la taquilla global y en 2019 continuó de capa caída con los 91,4 millones de Rambo: Last Blood. Y lo mismo con cintas y franquicias donde Stallone se empeñó en repetir los estereotipos que tanto adoramos de él, como Plan de escape, donde coincidió con otras estrellas de acción como Arnold Schwarzenegger iniciando una saga que acabó enfocada al mercado doméstico; Ajuste de cuentas, en la que se enfrentaba a Robert DeNiro en una propuesta cómica de boxeo que se estrelló en taquilla con solo 45 millones; o cintas cercanas a la serie B como Amnesia, que apenas se estrenó en cines en unos pocos países.
A estos títulos ahora se suma Los indestructibles 4, que posiblemente sea el ejemplo perfecto de una saga empeñada en explotar la nostalgia hasta la saciedad con su plantel de viejas glorias de acción. Con un presupuesto estimado en 100 millones, tendrá complicado obtener rentabilidad ante sus flojos datos iniciales y la recepción negativa de crítica y público, como bien se observa en el 15% de reseñas positivas en Rotten Tomatoes o en el regular “B-“ de Cinemascore. E inevitablemente, valorando que era una de sus sagas actuales más exitosas, va a dejar otra mancha negra en la carrera de Stallone, ya de por sí muy perjudicada por mirar en exceso al pasado.
Si miramos fuera de la gran pantalla, a éxitos como la serie Tulsa King de Paramount+, creo que queda claro que Stallone sigue siendo una personalidad que genera interés, pero echando un vistazo a la taquilla, al progresivo descenso en recaudación de sus películas, parece obvio que su fuerza ya no es tanta para mover al público a las salas de cine y convencerlo para desembolsar el precio de un boleto. Tal vez, valorando el éxito de películas como Creed, debería buscar proyectos donde explotar su carisma del pasado mientras se aventura en nuevos terrenos, porque de no hacerlo su poder en Hollywood puede ir poco a poco diluyéndose.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.
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