Terapia sexual: los temas más consultados y cómo abordarla

La terapia sexual no funciona por sí sola, sino que amerita el compromiso de la pareja para llevar a cabo una serie de cambios necesarios en la relación. (Getty Creative)
La terapia sexual no funciona por sí sola, sino que amerita el compromiso de la pareja para llevar a cabo una serie de cambios necesarios en la relación. (Getty Creative)

Cada persona es única. Para vivir su sexualidad son muchos los factores que entran en juego para cada individuo, desde su crianza y valores, hasta prejuicios, desinterés, o muchos otros, de manera que cada quien tiene su propia e íntima manera de ver y disfrutar este tópico del sexo. Algunos pueden resolver muchas de sus inquietudes, solos o en pareja, pero hay muchas otras personas que no. Que necesitan terapia sexual, pero no se atreven a compartir sus experiencias ni abordarla con nadie más.

Sin embargo, es importante identificar cuáles son los motivos que más frecuentemente llevan a los pacientes al consultorio en este sentido, no solamente para conocer y comprender con mayor claridad el problema, sino también porque podríamos vernos reflejados en las vivencias de otros y encontrar la solución a nuestro problema.

La doctora Sofía Herrera, quien tiene un diplomado de Sexología Clínica, y dirige la plataforma Tu Salud Íntima junto a la doctora Klara Senior, dice que “en líneas generales, por las consultas que nos hacen, así como en muchos de los ensayos realizados sobre el tema, en la mujer, el motivo de consulta más común para acudir a un sexólogo es la disminución del deseo sexual, lo que llamamos deseo hipoactivo. En segundo lugar está la falta de excitación sexual, la falta de orgasmo y el dolor o incomodidades en relaciones sexuales”.

En cuanto a los hombres, la especialista explica que el principal motivo de consulta en el tema de sexualidad es la disfunción eréctil, que es necesario atender porque puede ser un síntoma de alguna enfermedad subyacente, y la eyaculación precoz.

En el campo de la terapia sexual es ampliamente conocido que el proceso de acudir a terapia sexual inicia con el reconocimiento de la necesidad, y esta puede ser individual o de pareja. Aunque puede ser difícil asumir el control del problema, una vez que se reconoce que estamos teniendo dificultades relacionadas con la vida sexual, que no somos infalibles y que está bien buscar ayuda, todo lo demás fluye más fácilmente.

La terapia sexual aborda las dificultades que tienen que ver con las relaciones íntimas y su bienestar. (Getty Creative)
La terapia sexual aborda las dificultades que tienen que ver con las relaciones íntimas y su bienestar. (Getty Creative)

Luego, el siguiente paso es encontrar un terapeuta sexual calificado, con experiencia y que nos haga sentir en confianza y seguros durante el proceso. Una buena idea puede ser consultar a nuestros médicos primarios o de cabecera si pueden recomendarnos a alguien.

En la primera cita, es posible que el terapeuta haga preguntas acerca de nuestra historia médica, de nuestra infancia y juventud; de nuestra vida sexual actual, nuestros hábitos. También es posible que nos pregunte acerca de nuestro estilo de vida. Es muy importante que seamos francos y contemos con transparencia todas nuestras inquietudes.

El experto hará evaluaciones de distinto tipo, que nos pida llenar algún formulario solos o en pareja e incluso que recomiende hacer algunos exámenes médicos. De esta manera será mucho más fácil recetar un tratamiento y en consecuencia ayudamos a mejorar la necesidad que tengamos para lograr una vida sexual sana y satisfactoria.

Por último, hay que decir que la terapia sexual no funciona por sí sola. Exige un compromiso por parte nuestra, estemos solos o en pareja. Además, es necesario que se lleven a cabo todos los cambios que nos sugiera el experto siempre y cuando estén dentro del marco de nuestros valores.

La terapia sexual puede ser la tabla de salvación para muchos problemas de pareja. (Getty Creative)
La terapia sexual puede ser la tabla de salvación para muchos problemas de pareja. (Getty Creative)

Se puede decir que, según explica la doctora Herrera, todas las disfunciones sexuales pueden afectar al 40% de las mujeres. Es decir, de cada diez mujeres que tienes alrededor, cuatro pueden tener algún tipo de disfunción sexual, esto es alguna alteración en su conducta o función sexual que las incomoda, las hace sentir mal o a sus parejas. Y aunque esta es una cifra sorprendente, es alarmante que muy pocas acuden a consulta, y más todavía es que menos de un 5% de los médicos ginecólogos preguntan a sus pacientes acerca de la vida sexual de sus pacientes.

Sería ideal que se estableciera este vínculo de mayor confianza porque muchas veces las mismas pacientes no sabe cómo afrontar el tema, pues se suman -una buena dosis de vergüenza, prejuicios y temor a ser juzgadas- para poner muchas más barreras a este tema de comunicación esencial para nuestra salud integral.

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