'The Marvels' escondía una gran película que Marvel nos negó disfrutar
La película esconde grandes ideas pero están mal ejecutadas
Los malos augurios se han cumplido y The Marvels se ha convertido en el mayor fracaso histórico de Marvel en su estreno. Pese a que Capitana Marvel se erigiera como una de las cintas más exitosas del universo de superhéroes de Disney, su secuela venía arrastrando malas sensaciones desde sus primeros avances, donde los muchos errores que la franquicia ha cometido en los últimos años -como el lío de tramas de las muchas series y películas, los efectos especiales de dudosa calidad o un humor excesivamente infantil- salían a relucir.
Sumado a las noticias sobre sus problemas de producción, a la tibia recepción por parte de la crítica y al desgaste vivido por Marvel, fue inevitable que esta aventura dirigida por Nia DaCosta y protagonizada por Brie Larson, Teyonah Parris y Iman Vellani se estrellara con un total de 110 millones de dólares en su primer fin de semana en taquilla, que ante un presupuesto estimado en 270 millones apunta a un gran agujero económico en las arcas de la compañía del ratón.
LA PELÍCULA QUE NO PUDO SER
Vista The Marvels, he de decir que este destino era casi inevitable, porque todos los errores que intuía están presentes, especialmente el de los problemas de producción y el de la inseguridad de Marvel ante sus últimos tropiezos. Desde su comienzo, es notorio que es una película que ha sufrido recortes y remontajes, con una presentación caótica de los acontecimientos donde no da tiempo a digerir nada. Más que una producción cinematográfica, sientes que estás viendo un tráiler de dos horas o un resumen hecho por algún fan para Youtube, siendo imposible conectar con la acción o los personajes.
Y es una pena, porque detrás de todo este caos intuyes ideas y escenas con un gran potencial, sobre todo las que involucran a sus tres protagonistas, los conflictos y emociones que arrastran. Es el caso de Monica Rambeau (Parris), cuyo trauma por la pérdida de su madre, que ya se dejó entrever en WandaVision, y sus diferencias con Carol Denvers (Larson) por no haber vuelto antes a su vida anticipa una trama que puede llegarnos al corazón. Sin embargo, The Marvels despacha este conflicto en apenas un par de escenas y de forma brusca, lo que hace imposible crear un poso dramático que te haga conectar con el personaje.
Lo mismo ocurre con Kamala Khan (Vellani). Aunque ella y su familia sean los que salen mejor parados siendo unos auténticos robaescenas, sientes que daba mucho más de sí, que su fanatismo e ilusión por los superhéroes y ese sentido de la diversión que tan bien encarna Iman Vellani no acaba por explotar, que todo pasa sin pena ni gloria y no se deja disfrutar. Esta misma sensación se traslada a otras ideas de guion, secuencias con potencial que sientes que podrían haber sido rompedoras y que terminan siendo bochornosas por un mal montaje y ejecución.
Por ejemplo, sobre la mitad del metraje vemos a las tres superheroínas visitar un planeta donde sus habitantes hablan cantando, una trama que acerca a The Marvels al género musical y que encaja a la perfección con el sentido de la diversión que busca la película. El problema llega cuando se presenta de forma tan precipitada que no encuentra coherencia alguna en el metraje, haciendo que se sienta como un momento sonrojante que te saca por completo de la historia.
Del mismo modo, la acción, las dinámicas de combate e intercambio entre sus protagonistas que en los tráilers anticipaban uno de los mayores disfrutes de The Marvels, también acaban emponzoñadas, porque están montadas de manera tan rápida y precipitada que no hay hueco a ubicarse en las secuencias. Y es que, básicamente, toda la película se resume en grandes ideas ejecutadas de forma torpe que transmiten las inseguridades y problemas que Marvel ha arrastrado en los últimos años. Lo que irremediablemente la ha condenado al fracaso.
Me ha recordado a la película de los Cuatro fantásticos que vimos en 2015, aquella protagonizada por Miles Teller, Kate Mara, Michael B. Jordan y Jamie Bell que también sufrió de problemas similares, de buenas ideas y personajes que te mueres de ganas por descubrir que acaban en tierra de nadie por problemas de producción, recortes de escenas, regrabaciones y un montaje caótico. También me deja un poco con la misma sensación que el primer montaje de la Liga de la Justicia que hizo Joss Whedon, que con una vuelta de tuerca y añadiendo el material descartado encontraríamos una muy buena película.
De hecho, me atrevería a decir que si Marvel no hubieran metido la tijera y se hubiera agarrado a las ideas iniciales estaríamos ante una de las películas más frescas y divertidas de la franquicia. Sin embargo, es innegable que las malas sensaciones que dejaron cintas como Thor: Love & Thunder o Ant-Man y la Avispa: Quantumanina, sumado al caos narrativo en el que se ha sumido el Universo Cinematográfico Marvel tras diluirse en tantas series y películas, han pasado factura.
Al final, ante las bajas previsiones que se anticipaban desde hacía tiempo, han optado por una película más corta y directa que no se vaya por las ramas y les permita programar más sesiones en los cines, aunque esto finalmente ha sido su tumba. Y es una auténtica pena, porque, como vengo diciendo, The Marvels es una película llena de grandes ideas que perfectamente podría haber reubicado al Universo Cinematográfico Marvel y quitarnos el mal sabor de boca. Lastima que las sensaciones hayan sido tan contrarias.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine 54.
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