Si el consumo excesivo de sal es tan dañino, ¿por qué el cardiólogo se lo recomendó a Penélope Cruz?

Penélope Cruz fue graciosamente acorralada por Jessica Chastain cuando mencionó en The Late Late Show con James Corden que capturó a la española comiendo sal. Así tal cual: sal directa a la boca.

Con una sonrisa un poquito nerviosa, Cruz aclaró que se trataba de una recomendación de su cardiólogo porque ella era de tensión baja y agregó que no se trataba de sal corriente. No especificó más detalles y todo quedó como una anécdota ocurrida tras bastidores.

Penélope Cruz y Jessica Chastain en The Late Late Show con James Corden (Photo by Terence Patrick/CBS via Getty Images)
Penélope Cruz y Jessica Chastain en The Late Late Show con James Corden (Photo by Terence Patrick/CBS via Getty Images)

¿Es posible que un cardiólogo recomiende el consumo extra de sal como tratamiento a alguna afección? ¿Bajo qué condiciones?

La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) recomienda un consumo de menos de 5g de sal, por adulto, por día, tomando en cuenta todas las fuentes, porque es indiscutible que el consumo en exceso de este mineral perjudica la presión arterial.

Y es que el consumo excesivo de sal no es solamente una cuestión de gustos, puede ser crítico, e incluso se estima que “cada año se podrían evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal en el mundo se redujera al nivel recomendado”.

La sal con objetividad

Hay que decir que el sodio es un nutriente necesario para las funciones del organismo. La Organización Mundial de la Salud señala que su consumo “ayuda a mantener el volumen plasmático, el equilibrio acidobásico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células”. Además, el sodio se encuentra en estado natural en diversos alimentos, como la leche, la carne y los crustáceos. Pero sí, es un hecho que el exceso es perjudicial para la salud.

(Getty Creative)
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La doctora Rossana De Jongh Delgado, médico especialista en nutrición clínica, afirma que “un consumo moderado de sal es necesario para el buen funcionamiento de los órganos, es decir, el cerebro, los vasos sanguíneos, los riñones, todos necesitan cloro, sodio y agua. Por eso, ese equilibrio entre el agua y los electrolitos (estos minerales presentes en la sangre) es lo que permite mantener una presión arterial y concentración de orina normales, en la mayoría de los casos”.

Adicionalmente, la especialista explica que en casos bastante excepcionales, "las personas pueden tener hipotensión ortostática y en la fase de ataque, una de las medidas que puede ser necesaria es la ingesta de sal, puntualmente para evitar que la persona se desmaye, por así decirlo, o para subir rápidamente la presión arterial. Eso se acompaña de medidas como levantar los pies o bajar la cabeza para que rápidamente llegue la sangre al cerebro”.

De Jongh señala que algunos estudios recomiendan que quienes tengan diagnosticada una hipotensión verdadera, puedan necesitar una alimentación un poco más rica en sodio de lo normal. También está recomendado que para las personas que practican ejercicio físico, sobre todo de alta intensidad y de larga duración, haya una recuperación de electrolitos, porque se pierden junto con el agua con la transpiración y podrían causar una baja de tensión. De hecho, muchas de las bebidas de recuperación tienen agua, sodio y otros minerales.

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Sin embargo, la médico hace énfasis en que entre estos diagnósticos y generalizar el consumo de sal, hay una gran diferencia. “El consumo promedio de sal es -lamentablemente- de 10 a 12 gramos, entonces si ya es más elevado de lo que debería ser, no tiene sentido inducir a la gente a consumir más sal. El consumo de más de 5 gramos de sal al día se ha asociado a un aumento progresivo de la presión arterial. También se asocia a mayor riesgo de desarrollar enfermedad renal; también se puede precipitar la osteoporosis en mujeres cerca de la menopausia o en esta etapa; también puede alterar el funcionamiento del sistema nervioso central”.

La clave, como siempre, es el equilibrio. La doctora aconseja la moderación: ni eliminar la sal por completo, ni exagerar en su consumo, considerando que no se trata solamente de la sal que agregamos a las comidas, sino que muchos alimentos procesados tienen sal y son parte de nuestros consumos habituales.

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En conclusión, si una persona tiene hipotensión ortostática o un síncope vasovagal, lo mejor es visitar al médico, quien realizará las pruebas necesarias para saber si el origen de estos síntomas es cardíaco, vascular o nervioso, y durante ese proceso recomendará medidas puntuales.

“Si se decide una alimentación rica en sal, debe ser exclusivamente bajo criterio médico. Se realiza de forma puntual y con un minucioso seguimiento de la presión arterial para evitar las consecuencias que en el largo plazo pudiera tener sobre la salud global un excesivo consumo de sal”.

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