Vittoria Ceretti, la modelo 'super new' que ha debutado con Victoria's Secret y enamorado al lobo de Wall Street
El universo celebrity, al igual que el planetario, se expande. Cada día, aparece una estrella nueva en el firmamento. Del espectáculo, de la cultura, de la moda, de las redes… Nuevos figurantes de un mundo repleto de luces, de lujos, de obras maestras y diamantes… O tampoco tanto. A veces, son simples oropeles y baratijas que brillan un día pero, al siguiente, resultan ser falsas o opacas. Porque pueden ser fulgurantes pero no eternas o porque nos dan gato en vez de libre y no son genios, sino impostores. Por eso, salir en ¡HOLA! no es fácil. Porque debemos asegurarnos. Y sí, quizás no están todos lo son pero, no se equivoquen, son todos los que están. Son actuales, son relevantes, son incontestables, son aspiracionales, son fabulosos. Son personajes ¡HOLA! Por eso, nos ocupamos ahora de ella. Porque, en cuestión de dos semanas, se ha asomado a nuestras páginas satinadas, entre publicidad de altos vuelos, casas magníficas, actrices con Oscar y diseños de alta costura. Y no solo tenía su foto, tenía su página y su titular. “Amor en los tejados de Roma”, el primero, cuando pensamos ya en trabajar este perfil y un segundo: “Los ángeles que vuelven a alzar el vuelo”, sobre el desfile más esperado de la corsetería. Ella es Vittoria Ceretti, una belleza italiana que no solo se ha confirmado como una de las grandes de la pasarela —a la altura de Kate Moss y Carla Bruni, que también debutaban en el catwalk de Victoria Secret—, sino que también es conocida por sus dotes quirománticas. ¿Cómo? Pues que ella solita ha roto con el maleficio que se cernía sobre todas las ex de Leonardo di Caprio. Ha logrado que el lobo estepario de Wall Street siga amándola cuando ha cumplido 26 años —uno más de los 25—, esa cifra con la que sus novias, no es que se convirtieran en estatuas de sal, pero sí en mujeres nuevamente solteras.
Pero ,¿quién es Vittoria Ceretti? ¿De dónde sale? ¿Qué ha hecho antes de toparse con Leonardo? Y obviamente, cómo ha conocido al protagonista de Titanic y ha logrado, más allá de la broma (machista), ser la mujer que ha conseguido lo que Bar Refaeli, Gisele Bündchen o Blake Lively fueron incapaces de lograr: véase, que Leo mire áticos en su compañía para construir su nidito de amor (en Roma, que de eso iba lo del amor sobre los tejados de la Cittá Eterna). Pues ea! vayamos a ello. Y ya se darán cuenta de que Ceretti, no necesitaba de ningún DiCaprio para tener un nombre propio en estas páginas.
Porque Ceretti ya se había consagrado como una New Super de la moda. O lo que antes conocíamos como top model, pero en lenguaje de la Generación Z. Porque la italiana, según las publicaciones especializadas del sector, encarna el nuevo must de la contemporaneidad y, al mismo tiempo, de la atemporalidad: un equilibrio -no estático, ojo- entre elegancia y modernidad. De ahí que su andadura en el universo fashion no haya sido a una velocidad estrepitosa, vale, pero sí de un crecimiento en constante ascenso, sólido y tan arriesgado como decidido y consistente. De ahí, que confíen en ella, tanto las brands internacionales más punteras y avant garde como las de renombre secular con el lujo de siempre como bandera. Todas confían en su presencia escénica única y vanguardista pero también en su elegancia lombarda.
Una modelo poliédrica, según se acredita en su ficha, que se ha hecho todas las cabeceras de moda en los 5 continentes y modelo de pasarela y publicitaria de Gucci, Chanel, Givenchy, Ferragamo, Valentino, Louis Vuitton… Y tan solo tiene 26 años. Los cumplió en junio. El 7. Ese día, en 1998, veía la luz en Brescia, al norte de MIlán, la segunda ciudad de la Lombardía, hija de Giuseppe Ceretti, un empresario del sector de terrazos y pavimentos, y una ama de casa, Francesca Lazzari. Su infancia transcurrió tranquila y ordinaria como la de cualquier niña del barrio de Inzino, en la localidad de Gardone Val Trompia, muy cerquita del paraíso verde del Lago Iseo, en donde estudió Ciencias Humanas. Su debut en la moda se produjo cuando tan solo tenía 14 años, gracias al concurso Elite Model Look. Era su lanzadera al estrellato porque, desde entonces, Vittoria no ha vuelto a bajarse de las pasarelas. Perdón, de las grandes pasarelas. Se estrenó en Nueva York y luego vinieron París, Milán, Londres, Tokio, Dusseldorf y vuelta a empezar. Su 1,76, sus 50 kilos y sus medidas perfectas (dentro de la moderna imperfección 76-59-88). La convierten en 'La maniquí'. Y dos años después, en 2014, la Casa Dolce & Gabbana le abría las puertas y la convertía en protagonista de la campaña de la colección otoño/invierno y de la campaña Beauty, un papel que protagonizó varios años seguidos y que no impidió que Giorgio Armani también la requiriera, aunque tuviera que compartir rasgos y estructura ósea para sus diseños. Esta demanda hizo que, con 17 años, Vittoria entrara directamente en la lista del 'top 50' de modelos del momento. Subiendo puestos, obviamente, cuando Prada la quiso para dar vida a su gama de make-up.
2017 sería, por si ya fuera poco, el año de su confirmación. Ceretti gana el título de Model of the Year y desde Alexander McQueen a Fendi, pasando por Bottega Veneta requieren de ella para sus editoriales de moda; Versace la elige como rostro de su otoño; y Edward Enninful la selecciona y fotografía como uno de los nuevos rostros protagonistas de la década. Estaba en lo cierto y eso que aún no sabía que, un año después, sería la imagen de Chanel Beauty y la campaña de Tiffany & Co. también sería suya. En 2021, se convierte en presentadora oficial de la 71ª edición del Festival de San Remo. Eso, en Italia significa que el país está rendido a sus stiletti.
Pues mira tú qué bien, ¿no? Pero, ¿y su corazón qué? Ahí vamos. Porque si como modelo impresiona su imagen gélidamente sexy, como mujer también es un obús. Explosiva como una bomba de hidrógeno. E inesperada. Ahora bien, de destrucción masiva. Con 22 años y un trasiego profesional casi infernal, tal y como acabamos de relatar, en donde pasarelas, sets de rodaje, hoteles y castings están separados por vuelos transoceánicos y a cualquier humano no le daría la vida, ella se casó. Un 1 de junio de 2020, en plena pandemia, en Es Cubelles, Ibiza.
Se desposaba en secreto con el DJ italiano Matteo Milleri, un tótem de la música electrónica, nacido en Nueva York, crecido en Italia y rey midas en los templos de la noche berlineses. No en vano, junto a Carmine Karm Conte, forma el tándem 'Tale of Us', considerado por la revista DjMag, el panteón de la música synt, en el top 50 de los mejores djs del mundo. Ellos fueron los encargados de comunicarlo con una imagen de Matteo, como siempre, en la que no es plenamente identificable. El sustituyó en el corazón de la modelo a Tony Effe, por cierto, en plena guerra mediática con Fedez en un triángulo musico-amoroso con Chiara Ferragni…
Pero la historia con Matteo terminó muy pero que muy pronto. Quizás o no por culpa de uno de los actores más carismáticos de Hollywood. Porque oficialmente la relación con Leonardo empezó en agosto de 2023. Un momento en el que nadie se hace eco… Porque cualquier se pilla los dedos con Leonardo… Ceretti ya tenía los 25 cumplidos y claro, para qué gastar tinta y papel si a la muchacha le quedaba un telediario con el maleficio que se cernía sobre ella. También porque Leo está en ese momento con Gigi que aún estaba en el cuarto de siglo, así que, ¿cómo se va a ir con otra -modelo- en las mismas circunstancias temporales? No había necesidad. Pero Leo rompe y… sí, sí la había.
La rumorología Carbono14 data la relación en cambio en mayo de 2023, en pleno proceso de separación de Matteo, un flirt, que se “materializaría”, ya ustedes me entienden el eufemismo, en junio, cuando formalizaron su atracción con un beso cuando se encontraron en el Festival de Cannes con la última película de Martin Scorsese en la pantalla grande. Llega septiembre y Milán y el momento de la verdad: la red carpet, con una madre, la de él, Irmelin Indenbirken, como testiga. Porque éste es el detalle que marca la diferencia.
En la noti sobre Leonardo y Vittoria paseando por Roma, pegándose con los paparazzi -en realidad, inhabilitando los objetivos con las cámaras con un sistema láser, (eso es otro tema)- y visitando joyas escondidas de la Citta Eterna -dado que está levantada viva por el Jubileo del año que viene- la pareja llevaba de carabinas a sus respectivos padres progenitores. Irmelin con su marido, David Ward, y Francesca Lazzari, mamá de Vittoria.
Entraron en la Basílica de San Clemente, ya saben, una iglesia millefoglie (milhoja) porque, a medida que vas bajando, criptas y criptas, te vas encontrado con un estrato histórico monumental, y el monasterio de San Bonaventura al Palatino, del siglo XVII, obra de Franceso Barberini y con unos recoletos jardines con vistas al Foro. De su cubierta roja son las fotos que dieron la vuelta al mundo. Juntos, tomando un espresso, como intentando calibrar… ¿qué? ¿Que ése podría ser el altar para dar el paso?
Sería fantástico que Ceretti luciera una gargantilla de diamantes de Diamond Foundry, la empresa que la estrella tiene en Badajoz y donde se producen diamantes cultivados en laboratorio. Porque hubiera algo typical spanish en esa boda de cuento de hadas con Princesa azul. Sí, Princesa. No en vano, ella, como Blancanieves (morena de ojo claro y piel lechosa) fue quien rompió el hechizo, ¿no les parece?