Zendaya y Ryan Gosling se convierten en las nuevas víctimas de una de las peores estrategias de Hollywood

Los malos resultados en taquilla de 'Desafiantes' y 'Profesión peligro' resucitan una práctica que no hace ningún bien al cine tradicional

La nueva película de Zendaya apenas estuvo 21 días en cines de EE.UU. que ya está disponible en plataformas de su país. (Foto de Gilbert Flores/Variety via Getty Images)
La nueva película de Zendaya apenas estuvo 21 días en cines de EE.UU. que ya está disponible en plataformas de su país. (Foto de Gilbert Flores/Variety via Getty Images)

Zendaya y Ryan Gosling no han sido afortunados con sus últimos proyectos. Aunque Desafiantes y Profesión peligro, dos de las grandes apuestas de Hollywood de las últimas semanas, disfrutaran del prestigio de la crítica y los espectadores las llenaran de elogios, sus resultados en taquilla no han reflejado el apoyo y su rentabilidad ha quedado en el aire.

La primera, un drama erótico deportivo dirigido por Luca Guadagnino, ahora mismo se conforma con una recaudación 78,5 millones de dólares, cifra insuficiente para cubrir su coste de 55 millones y los gastos de marketing. El caso de la película de la estrella de Barbie, una comedia de acción junto a Emily Blunt que sirve de homenaje a los especialistas del cine, es incluso más grave, ya que con un elevado presupuesto de 130 millones y una ambiciosa campaña de promoción solo acumula 127 en la taquilla mundial.

Valorando que no hace siquiera un mes que llegaron a las salas, ya que su estreno en Estados Unidos aconteció el 26 de abril en el caso de la película de Zendaya y el 3 de mayo para la de Gosling, podríamos decir que es pronto para dictar sentencia. A fin de cuentas, cuando un título es bueno y viene arropado por reacciones cálidas no es difícil que se despierte el efecto del boca a boca, su mantenimiento sea sobresaliente y le permita paliar un mal estreno.

Sin embargo, Hollywood ha tirado por la borda esta opción, tratando de salvar los muebles con una estrategia desesperada que ya les pasó factura hace unos pocos años, cuando el COVID-19 puso en crisis al sector de la exhibición.

La nueva película de Ryan Gosling ya está disponible en servicios streaming en EE. UU. (Foto de Jon Kopaloff/Getty Images)
La nueva película de Ryan Gosling ya está disponible en servicios streaming en EE. UU. (Foto de Jon Kopaloff/Getty Images)

Sobrevivir durante la pandemia, cuando los cines cerraron y el temor al contagio se apoderó de la sociedad, no fue fácil para los estudios de la meca del cine. Con su principal fuente de ingresos bloqueada, era difícil rentabilizar las grandes producciones y se priorizó el creciente mercado del streaming, con estrenos de blockbusters directos en plataformas, debuts híbridos o un acortamiento de las ventanas de exhibición. A corto plazo les sirvió, pero, a la larga, no trajo más que problemas.

Un buen ejemplo lo vimos con Disney, que apostó por estrenos directos en Disney+ con Mulán, Viuda Negra, Cruella o Jungle Cruise y anunció a bombo y platillo que sus películas estarían en su plataforma tras 45 días en salas. En un periodo donde la asistencia a cines era baja, la estrategia les funcionó con títulos como Encanto, que tras su estreno en streaming se convirtió un fenómeno gracias a la accesibilidad de las plataformas. No obstante, como se reflejó en los múltiples fracasos de Lightyear, Mundo extraño o Wish, dieron el mensaje de que no era necesario pagar el extra de la entrada de cine para disfrutar de sus películas.

Con el paso del tiempo, los estudios de Hollywood fueron poco a poco dejando de lado esta estrategia. En parte, fueron estrellas como Tom Cruise o directores como Christopher Nolan o James Cameron los que presionaron, consiguiendo que títulos como Top Gun: Maverick, Oppenheimer o Avatar: El camino del agua se convirtieran en los mayores fenómenos del cine actual con cifras estratosféricas. Sin embargo, parece que hay quien todavía no ha aprendido la lección, como se acaba de demostrar con Desafiantes y Profesión peligro.

Porque las películas de Zendaya y Ryan Gosling ya están disponibles en streaming en Estados Unidos, cuando no ha pasado ni un mes desde su estreno. Para ser exactos, la primera llegó a plataformas digitales el 17 de mayo, 21 días después de su debut en salas, mientras que la de Gosling lo ha hecho este lunes 20 de mayo, habiendo dado solo 20 días de exclusividad a los cines.

Se puede entender que, en base al fracaso en taquilla, se quiera aprovechar la campaña de marketing reciente para obtener beneficios en el mercado doméstico, no obstante, volvemos al mismo problema con el que se cruzó Disney: se crea la narrativa de que los cines son prescindibles, que en tan solo unos días vas a poder disfrutar de las películas en tu salón, sin moverte de casa y sin pagar el precio de una entrada.

Pero no solo eso, porque, al hablar de películas aclamadas por crítica y público, te cargas un más que probable efecto de boca a boca. Por ejemplo, Con todos menos contigo, el fenómeno romántico del año, inició su recorrido en taquilla con unos flojos 6 millones de dólares, cifra que con el tiempo y los buenos comentarios aumentó hasta los 219 a nivel mundial. Lo mismo con Elementos de Pixar, que pasó de ser el peor estreno histórico del estudio a convertirse en un éxito con casi 500 millones.

En este sentido, parece que Hollywood, lanzando Desafiantes y Profesión peligro tan rápido fuera de los cines, vuelve al mismo tropiezo que sufrieron durante la pandemia, lo que ahora, después de comprobarse lo errónea que ha sido esta estrategia para el éxito de las películas, resulta inexplicable. Al final, se están desperdiciando títulos potentes y de coste millonario solo por su rendimiento en el primer fin de semana, lo que ni siquiera deja hueco al espectador a acercarse a las salas. De tirar la toalla, creo que al menos habría que esperar un tiempo más asequible, porque al final es poner más trabas para la exhibición en la gran pantalla, que no deja de ser la principal fuente de ingresos.

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