Zonas erógenas: así funcionan en nuestro cuerpo y estas son las más sorprendentes
Mientras más hablamos con claridad y respaldo sobre sexualidad, más provechoso es el conocimiento que ofrecemos para la vida cotidiana. Y es que la educación sexual es parte importante de la salud y el bienestar de las personas, mientras más informados estemos, mucho mejor y un tema que aún permanece entre sombras es el de las zonas erógenas, pues a veces hasta del propio cuerpo da vergüenza hablar aún en el siglo XXI.
Estas zonas del cuerpo no son solamente unos puntos relacionados con el sexo por cuestiones obvias, como los ubicados en la zona genital y pélvica, como la próstata, sino que disponen nuestro cuerpo y nuestra mente para la relación, yendo mucho más allá de lo evidente. De hecho, hay algunas de estas zonas poco conocidas y conducen a una gran experiencia de disfrute sexual. Pero empecemos por el principio.
Según la Biblioteca de la Salud de Sanitas, las zonas erógenas “son aquellas que por su sensibilidad provocan sensaciones de placer al ser estimuladas, dado que en ellas se acumulan muchas terminaciones nerviosas”, y se agrega que, en efecto, no están limitadas a los órganos sexuales, aunque estas se denominan zonas erógenas primarias.
Estas zonas primarias son específicamente los genitales, como la vulva y sus partes, la vagina en toda su longitud, y en zonas particulares como el punto G, que incluso hoy en día puede ser tratado con ácido hialurónico para aumentar el placer, el pene y todas sus partes. También el ano y la zona perianal, y los pezones.
Pero también están las zonas erógenas secundarias que pueden ser las orejas, sobre todo los lóbulos y la parte trasera, la boca, el cuello, el abdomen, las caderas, manos y pies y las rodillas, entre otras, y es que cada quien puede tener zonas especialmente sensibles que le generen placer mientras que a otros les resulta desagradable su estimulación. Así lo dice la experta en rehabilitación del suelo pélvico, Silvia Boselli, en el blog de Control.
Dentro de esas zonas particulares o más sorprendentes por no ser tan conocidas están la cabeza, el cuero cabelludo, específicamente, que al ser estimulado a través de un suave masaje puede producir mucho placer.
Asimismo, otra zona sorprendente que menciona Boselli es el codo. Sí, leíste bien. Especialmente en los hombres, acariciar el brazo hasta llegar al codo puede ser muy sugerente.
Según se explica en The Healthy, otras zonas especiales son los muslos, que pueden conducir a un punto crucial en la preparación para el sexo, y las plantas de los pies, que cuentan con más de 7,000 terminaciones nerviosas, por lo cual son muy sensibles. Los primeros pueden acariciarse provocativamente sin tocar los genitales, lo cual aumenta el deseo y relaja.
Por último, hay que decir que, sin el consentimiento y la certeza de que ambas partes están a gusto con la actividad que se está realizando o la estimulación que se experimenta, no es posible una relación fructífera. El sexo y las relaciones constan de dos partes que estén dispuestas, de acuerdo, y que se comuniquen honesta y abiertamente. Recordemos que todos somos diferentes, y lo que gusta a unos tal vez no gusta a otros.
Asimismo, si se tienen dudas o inquietudes acerca de cómo es nuestra respuesta sexual específica ante cada estímulo, lo mejor es consultar con los expertos, quienes brindarán una guía adecuada para sentirnos bien y optimizar cualquier paso que nos genere dudas en nuestras relaciones.
Este artículo tiene como finalidad ofrecer información general y educativa sobre temas relacionados con la salud y el bienestar. Sin embargo, esta información no debe ser considerada como un reemplazo del consejo de su doctor ni debe ser utilizada para realizar tratamientos sin supervisión médica. Yahoo no se hace responsable de ningún diagnóstico hecho por un usuario basándose en este contenido. Si usted está preocupado por su salud, siempre consulte a su médico de cabecera u otro profesional calificado de la salud antes de tomar cualquier acción.
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