Tim Burton y la secuela extravagante de 'Beetlejuice' que nunca llegamos a ver
La idea de estrenar una secuela de Beetlejuice el super fantasma ha estado barajándose en Hollywood durante décadas. Ya desde el estreno de la película original en 1988, tanto Tim Burton como Warner Bros trabajaron en expandir el universo de esta comedia protagonizada por Michael Keaton que tan buenos resultados de crítica y taquilla les dio. Sin embargo, entraron muchos factores en juego que retrasaron una y otra vez su desarrollo, lo que ha hecho que a día de hoy sigamos sin ver una continuación.
Entre ellos, fue determinante la apretada agenda de Burton en los 90, cuyo ascenso al estrellato llevó a Warner a priorizar otros proyectos más importantes como la secuela de Batman. Pero posiblemente el más determinante fue la idea tan surrealista que el director quiso desarrollar, lo que se tradujo en continuas reescrituras y en que el estudio dudara de la viabilidad del proyecto. Y es que la secuela de Beetlejuice iba a cambiar la ambientación espeluznante y terrorífica de la original por algo muy contrario.
Los orígenes del proyecto se remontan a 1990, cuando, después de que Beetlejuice el super fantasma recaudara más de 75 millones de dólares en taquilla y expandiera su universo con una serie de animación y otros productos como videojuegos, Warner se reunió con Tim Burton para discutir ideas para una continuación cinematográfica. El director no tardó en ordenar un guion que llevaría como título “Beetlejuice Goes Hawaiian”, que como bien da a entender trasladaría al extravagante personaje de Michael Keaton a las cálidas y placenteras playas de Hawái.
Su historia giraba de nuevo sobre la familia Deets, que después de perturbar a los fantasmas de Geena Davis y Alec Baldwin se trasladan a este paradisiaco territorio para construir un centro vacacional. Pero sus planes no salen según lo previsto, porque accidentalmente construyen el resort sobre un antiguo cementerio de nativos, despiertan la ira de un fantasma y Beetlejuice hará de las suyas para complicar más la situación.
La idea de Burton era mezclar su toque gótico con el estilo de las clásicas películas surferas de los 60, aquellas que se caracterizaban por un tono cursi y edulcorado sin más pretensión que el disfrute ameno de esa vida placentera en las playas. No choca excesivamente en su filmografía, puesto que a comienzos de su carrera exploró este género en un cortometraje llamado Luau, un homenaje en clave surrealista a este tipo de producciones. Además, habitualmente ha rescatado este estilo en muchas de sus películas.
Solo hay que fijarse en las secuencias en Hawái de Big Eyes, en el comienzo en Florida de Miss Peregrine y los niños peculiares o incluso en las ensoñaciones del personaje de Helena Bonham Carter en una cinta tan oscura como Sweeney Todd. De hecho, hasta podríamos decir que su forma de rodar siempre ha estado muy influenciada por estas películas surferas, y no hay más que ver cómo usa los tonos pastel, su habitual uso de la comedia o el aura tan despreocupado y disfrutón que desprenden todas sus películas, por muy góticas y tenebrosas que sean.
Sin embargo, en una secuela de un título como Beetlejuice el super fantasma, cuyo toque espeluznante y tétrico fue clave para despuntar en un género tan transitado como la comedia, este enfoque no terminó de convencer a los directivos de Warner. Y no es de extrañar, porque según recogen sitios webs como WickedHorror en el guion original había escenas tan fuera de normal como una con el terrorífico espíritu del nativo participando y ganando en una competición de surf en el clímax final.
Tim Burton trató de reflotar el proyecto y pidió a Daniel Waters, guionista de Jóvenes asesinos: Atracción letal, que reescribirá el guion. Pero Warner no quiso perder más tiempo con Beetlejuice, ya que tras el éxito masivo de Batman en 1989 quería priorizar Batman Regresa a toda costa. Al fin y al cabo, hablamos de una de las etapas doradas de la carrera de Burton y era uno de los directores más demandados de Hollywood, por lo que el estudio vio pertinente dejar de lado una secuela que no les terminaba de convencer a favor de su superhéroe estrella.
Aunque Warner no descartó por completo Beetlejuice Goes Hawaiian, al fin y al cabo se trataba de la secuela de uno de sus títulos más míticos y queridos de los 80. Por esta razón, a mediados de los 90 intentaron rescatar la película pidiendo reescrituras a guionistas como Pamela Norris, conocida por estar detrás de Saturday Nigh Live, o Kevin Smith, el director de Clerks. No obstante, finalmente tanto Burton como Smith entraron a trabajar en Superman Lives, la película también cancelada de Superman que iba a protagonizar Nicolas Cage, y la continuación Beetlejuice volvió a quedar olvidada en un cajón. Y esta vez para siempre, ya que el proyecto no volvió a ser recuperado.
En la década de 2010 volvieron a surgir los rumores de que Warner seguía interesada en traer de vuelta a Beetlejuice, pero los años fueron pasando y nada se materializaba. Por suerte, este 2023, durante la celebración de la Cinemacon, se ha confirmado que el personaje de Michael Keaton volverá en una nueva secuela en la que la intención es volver a contar con Tim Burton. Aún no hay detalles confirmados, pero sería extraño que se recuperara un proyecto fallido que dio tantas vueltas sin éxito como la aventura en Hawái de Beetlejuice.
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