¿No sabes qué ver en Netflix? El problemón del streaming queda en evidencia

(Photo by Nikos Pekiaridis/NurPhoto via Getty Images)
(Photo by Nikos Pekiaridis/NurPhoto via Getty Images)

Reconozcámoslo. No damos abasto. Entrar a Netflix u otras plataformas streaming con la intención de buscar y encontrar una serie o película nueva se está convirtiendo en una tarea abrumadora. Lo que antes era un ‘zapping’ breve, novedoso, curioso -incluso divertido ante la percepción inicial de que el streaming ofrecía historias de calidad (una noción que catapultaron series como House of cards, Orange is the new black o Bloodline)- ahora puede ser agotador. Sin embargo, vengo a contarles que no estamos solos en esta sensación. Que no somos bichos raros ni espectadores sobre exigentes, sino que las plataformas han llevado la moda a un extremo inabarcable.

Un estudio anual desarrollado por Nielsen y Gracenote (vía Indiewire) acaba de revelar que, a lo largo de los últimos dos años, la cantidad de títulos (películas y series) disponibles en las plataformas de EEUU, Canadá, Reino Unido, Alemania y México creció aproximadamente en un 40%. Para ser exactos, se habría pasado de una oferta de aproximadamente 1,7 millones de historias, a casi 2,4 millones. Mientras que los títulos de la televisión linear (abierto y cable) se duplicaron, aunque la gran mayoría del total de títulos -casi el 87%- reside en servicios streaming.

Y esto nos lleva a una interesante comparación. Porque el mismo estudio reveló en julio de 2021 que los títulos combinados entre el streaming, cable y la transmisión por televisión, sumaban casi 1,9 millones de títulos únicos. Ahora, en junio de 2023, habría un poco más de 2,7 millones.

A priori, los consumidores de streaming podríamos pensar ‘mejor que haya tanta oferta. Mientras más historias, más opciones de encontrar algo que nos guste’. Pero no siempre es el caso. Porque el mismo estudio ofrece un dato que nos representa a una gran mayoría. Y es que el 20% de espectadores encuestados confirmaron que no sabían qué ver en el streaming y que no eran capaces de encontrar algo que encajara con ellos, así que desisten de seguir buscando y “hacen otra cosa en su lugar”. Y señores… creo que podemos afirmar casi al unísono que a todos nos pasa lo mismo de vez en cuando.

Incluso en mi caso, cuando mi profesión periodística en este sector me obliga (con gusto) a estar constantemente al día de los estrenos que llegan a cines y plataformas, termino abrumada. No creo ser la única periodista de cine y series que vive el stress semanal de necesitar ver todo lo nuevo que va llegando. Personalmente es mi pasión y trabajo. Mis horas laborales y personales se entremezclan viendo capítulos, películas o documentales a diario. Y no me quejo, me encanta. Sin embargo, ¿qué pasa con aquellos espectadores que tienen sus propios trabajos, que cuidan de sus hijos, del hogar y sus hobbies ajenos a las pantallas? No se da abasto. Es imposible abarcar todo lo que se estrena cada semana, derivando en la indecisión que produce la oferta amplia y constante. Incluso la frustración de no poder nunca estar al día con todo lo que va llegando.

Es algo que corroboro a diario con la cantidad de amigos, familiares y conocidos que, sabiendo mi profesión, me piden constantemente recomendaciones para ver en Netflix y otras plataformas. Dicho más directamente y sin anestesia: evitarse el tedio de la búsqueda, la decisión y la posible decepción.

El streaming comenzó a encontrar su lugar en la cotidianidad de nuestros días desde hace varios años, aunque la pandemia terminó por afianzarlo como una herramienta prácticamente imprescindible. Sin embargo, la competencia entre plataformas habría llevado a una oferta que podría estar superando a la demanda, como demuestra este análisis, resultando en una experiencia que puede convertirse en estresante en lugar de ofrecernos el rato de evasión que estamos buscando.

Que un 20% de espectadores no sepa qué ver en las plataformas mientras tenemos un 40% más de títulos disponibles en apenas dos años, conforman el espejo de la realidad abrumadora del streaming.

Son cifras que terminan reflejando que la sensación que tenemos en casa cuando nos disponemos a buscar una historia nueva no es solo cosa nuestra.

Que la oferta es tan masiva que la elección se hace cada vez más difícil. Si a esto le sumamos la ausencia de fenómenos de buena calidad constantes - como fueron Juego de Tronos, Succession, Gambito de dama o El juego del calamar- y lo contraponemos al bombardeo de estrenos semanales en cada plataforma, tenemos como resultado la experiencia que estamos viviendo. Esa en donde te pasas largos minutos buscando algo nuevo qué ver, solo para terminar agotado ante tanta oferta, sumidos entre la indecisión y la frustración. Y si encima terminamos dando ‘play’ a una serie o película que no está a la altura de nuestras expectativas (que sucede a menudo), peor termina siendo el asunto.

No obstante, existe otro factor que no ayuda: es tanta la oferta y son tantas las historias que vemos cada semana (a veces a diario, con maratones de series distintas) que creo que nos estamos acostumbrando al visionado fugaz. A ver una historia y olvidarla rápidamente debido a la intrusión de otra serie o película que vemos a continuación. Una consecuencia de la amplia oferta que nos bombardea. Como si nada durara lo suficiente. Como si la experiencia audiovisual se hubiera convertido en una actividad pasajera, de reemplazo constante.

La competencia es sana y, en cierto sentido, nos beneficia como espectadores al proponer un abanico amplio de historias para todos los gustos. Sin embargo, personalmente preferiría menos cantidad de historias y más esfuerzo en calidad narrativa. Menos lanzar series y películas a diestro y siniestro, llenando nuestra agenda de títulos hasta provocarnos agotamiento y frustración al ser imposible abarcarlo todo, a cambio de menos pero mejores estrenos imprescindibles.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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