Kim Cattrall le da un revés simbólico a ‘And just like that’ con el regreso de Samantha

ATENCIÓN: ESTE ARTÍCULO CONTIENE DETALLES DE LA APARICIÓN DE KIM CATTRALL EN 'AND JUST LIKE THAT'

Y por fin volvió Samantha. Aunque, como se había anunciado, el cameo de Kim Cattrall en el último episodio de la segunda temporada de And just like that es breve. Una sola secuencia que refleja de manera encubierta la discordia entre la actriz y Sarah Jessica Parker al tratarse de una conversación telefónica que ni siquiera grabaron frente a frente. Pero con un factor a su favor. Uno tan importante, arrollador y significante que no solo satisface a los fans, sino que simboliza un golpe de realidad para la serie completa.

Porque Samantha es mucha Samantha. Suena redundante pero es una verdad irrefutable que Kim Cattrall deja en evidencia en los pocos minutos que aparece en escena. Porque después de dos temporadas desaparecida, y cuando la única mención que se hizo del personaje fue para explicar el distanciamiento que la propia Samantha había provocado entre las cuatro amigas, apareciendo solo por mensajes de texto, la experta en relaciones públicas reaparece como si nunca hubiera pasado nada. Sin contexto, ni explicaciones pero bañando el momento con la misma picardía de siempre.

En la secuencia en cuestión, Samantha llama a Carrie para explicar que tenía pensado sorprenderla en la última cena en su legendario departamento esa misma noche, pero que su vuelo se retrasó y no podrá cumplir su cometido dado que tenía previsto regresar al día siguiente a Londres. Una aventura ajetreada que simboliza a la Samantha de siempre, esa amiga incondicional que acompañó a Carrie a lo largo de su historia en Sexo en la ciudad.

Samantha explica la situación con la misma gracia de siempre, bromeando con acento británico, siendo divertida y sin retorcerse en el drama de la situación. Está “furiosa” por no poder viajar pero no deja de sacarle una sonrisa a Carrie en todo momento. Y así, Kim Cattrall no solo nos recuerda que Samantha hay una sola y que ningún personaje nuevo ha podido ocupar su lugar, sino que siempre seguirá siendo la frescura personificada.

Y es que si algo consigue su aparición -tan fugaz como potente- es que Samantha se convierta en la magia que le falta a este reboot que acaba de renovar por una tercera temporada. Un golpe duro, sin dudas, cuando el productor y guionista Michael Patrick King ha incluido a más amigas secundarias (me refiero a constantes en la historia) de las que vimos en las seis temporadas de la serie original. Sin embargo, ha sido tanto el drama personal que forzaron sobre cada una de ellas que no lograron engancharnos. Habrán apostado por la diversidad, y eso siempre es de aplaudir, pero a la hora de expandir narrativamente la serie con frescura nueva, el resultado ha sido rancio e irrelevante.

Y este último episodio con Samantha lo deja en evidencia más que en ningún otro capítulo. Porque Samantha aparece en los primeros minutos para, luego, dar pie a la famosa cena de despedida donde todos los personajes se entremezclan cerrando arcos que no nos interesan, que no conectaron con los espectadores que vemos And just like that por ser la única continuación disponible de Sexo en la ciudad. La vemos por Carrie, Charlotte, Miranda y por la esperanza de ver algo sobre Samantha. Si el resto de personajes nuevos desaparecen no nos afectaría en lo más mínimo. Una pena para las actrices que se entregaron de lleno a la labor, pero una realidad que refleja el peso nostálgico de la serie.

Es cierto que resulta imposible no conectar la aparición de Kim Cattrall con la discordia entre Sarah Jessica Parker y la serie en general (que ya nos conocemos de memoria), y no sentir una sensación agridulce. Después de todo, mucho se dijo sobre el asunto como para que pase inadvertido. Sin embargo, reconozco que la frescura que aporta la aparición de Samantha es tan nostálgicamente tangible que consigue hacerle sombra a cualquier polémica.

En resumen, en un episodio de casi una hora de duración, todo lo que destaca son esos dos minutos de Kim Cattrall. Y no solo por la nostalgia y alegría que nos provoca, sino porque envuelve en poco tiempo el legado de un personaje que nos dejó momentos inolvidables sacando a relucir su gracia, humor, frescura y ligereza para afrontar los dramas de la vida. Algo que no vimos en prácticamente ningún personaje de And just like that. Nos muestra a esa amiga incondicional que adora a Carrie a pesar de todo y, en el camino, aporta un soplo de aire fresco que la serie no pudo transmitir hasta ahora. Ni a través de personajes nuevos ni el regreso de los viejos.

Es cierto que la aparición de Samantha, en cierto sentido, sirve para zanjar el arco de separación entre amigas que abrieron en la primera temporada. Y si bien no revelan nada del personaje, no aprovechan para explicarnos qué es de su vida, encuentros sexuales ni nada parecido, el hecho de que la utilicen como símbolo de amistad incondicional, de humor y frescura, la elevan aun más todavía. Porque no importa lo que esté pasando Samantha en su vida. Siempre que mantenga esa misma picardía por la vida, seguirá siendo la misma.

En dos minutos, Kim Cattrall refleja que el peso de Samantha es enorme en la historia de And just like that, demostrando lo diferente que habría sido la serie si hubieran conseguido llegar a un acuerdo mutuo que nos devolviera al personaje. Al menos de vez en cuando. Pero, sobre todo, deja en evidencia el enorme hueco que la serie continúa teniendo vació por muchos personajes secundarios que fuercen en la historia.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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