Ana Obregón habla de la venta de su casa de Mallorca: ‘Me da mucha pena’

Tres parcelas, en primera línea de mar y unas vistas impresionantes a la bahía de Cala Millor. ‘El Manantial’, un chalet de ensueño en la Costa de los Pinos con muchos recuerdos de la familia Obregón. Durante veranos, fue el lugar de desconexión de Ana Obregón, sus hermanos y sus padres -que compraron el terreno de 8.000 metros cuadrados y 180 metros de acantilado a finales de los 60-. Primeros amores, nacimientos y finales. Allí Aless pronunció sus primeras palabras -le tenía tanto cariño que, con apenas doce años,  le dijo 'Mamá, nunca la vendáis, pase lo que pase', como contaría la propia presentadora-.

HOLA+4195 Ana Obregón
Sobre estas líneas, la Navidad ha regresado con fuerza a casa de Ana Obregón, que posa feliz junto al árbol del salón de su casa de Madrid, que ahora está lleno de juguetes.

Pero ha pasado el tiempo, y como también explicaba Ana, tras la marcha de Aless, aquel lugar tan especial para ellos “está vacío de ti, me siento como si flotara en un espacio sin tiempo donde los dos nos hemos instalado”. Aunque, como nos cuenta, en exclusiva, en ¡HOLA!, "me da mucho pena", finalmente la ha puesto en venta porque “al final hay que saber despegarse y, oye, la vida va pasando y cada uno tiene sus ilusiones”.

La suya ahora es comprarse una casita por el norte. “No sé si en Cantabria o en Asturias, estoy buscando. Yo quiero inculcarle a Anita mucho la naturaleza, muchísimo. Quiero que viva mucho por esa zona y quiero tranquilidad”, nos cuenta en su último posado navideño en su casa, donde nos ha recibido con Anita, la niña que le ha devuelto las ganas de celebrar.

Ana Obregon via Instagram con su hijo Alejandro Lequio
Ana Obregon via Instagram con su hijo Alejandro Lequio

'Anita es un pedacito de Aless'

“Antes en mi casa era todo perfecto y ahora está todo manga por hombro. Hay juguetes, biberones, chupetes... Bueno, es que hay de todo". La vida y la casa de Ana han cambiado desde que llegó a su vida Anita. Ahora, sus 24 horas del día son para la pequeña, “yo este año decidí aceptar cosas de trabajo que me dejaran tiempo con ella”. Para la actriz, Anita puede llamarla ‘mami’, Ana o como quiera, “pero que sepa que estoy en su vida y que voy a estar a tope”.

HOLA+4195 Ana Obregón
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“No era consciente de que de repente, en la vida, de un día para otro ya no estás y que la gente que quieres de repente, de un día a otro, ya no está”. El sufrimiento de perder a un hijo es algo con lo que se vive siempre, pero Ana sabe que ella será eternamente ‘mamá’ de Aless y ahora de Anita. “Es su sangre, son sus genes. Es que es lo que tengo vivo aquí, en la tierra. ¿Cómo no la voy a abrazar?”. Y no puede estar más agradecida a Dios por los 27 años que le dejó estar junto a su niño.

HOLA+4195 Ana Obregón
Ana Obregón vivió en esta casa muchas Navidades muy felices al lado de Aless y, ahora, ha recuperado la ilusión por estas fiestas gracias a Anita.
HOLA+4195 Ana Obregón
Ana y Anita juntas en el árbol, junto al que hay una enorme fotografía de Aless Lequio y su perra, 'Luna'. Como nos cuenta Ana, la pequeña reconoce a su padre en las fotos desde que era muy pequeña y duerme abrazada a un cojín que les regalaron con la imagen de Aless.

Ahora que se acercan las Navidades, son tiempos difíciles. Momentos de acordarte de los que ya no están y “por mucho que Anita sea un milagro, una bendición de Dios, la tristeza y el dolor no te los quita nadie”. Aun así, Ana tiene la cabeza bien alta y mira hacia el futuro sin descanso. Viendo las imágenes del reportaje queda claro que ha recuperado la sonrisa y las ganas de celebrar, ahora que tiene una nueva ilusión de pelo rizado, ojos inmensos y una luz única.

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