Así te agradece tu cuerpo cuando dejas de beber alcohol
El año nuevo trae gran entusiasmo, estamos motivados a cuidarnos más y mejor, a resetearnos emocionalmente y físicamente para iniciar con buen pie los siguientes doce meses y a moderar o suspender los excesos para optimizar nuestra salud. Esto incluye dejar de beber alcohol y así es como nuestro cuerpo nos lo agradece.
En principio, si hablamos de quien bebe de manera permanente, es importante destacar que el consumo de alcohol le hace propenso a varios problemas de salud como el deterioro cognitivo, alteraciones digestivas, daño del hígado y del páncreas, arritmias e incluso riesgo de cáncer, dice Miguel Marcos Martín, médico y coordinador del Grupo de Alcohol y Alcoholismo de la Sociedad Española de Medicina Interna, consultado por Men’s Health.
Si estamos hablando de encuentros sociales, en los que tomamos algunas copas eventualmente, y no se trata de un consumo habitual, quizás tampoco es necesario irnos a tal profundidad, pero si pasaste las fiestas brindando por aquí y por allá sin duda igualmente notarás los cambios que muestra en tu cuerpo al detener la farra.
Los efectos inmediatos que percibiremos están relacionados con la forma en que amanecemos: despertamos menos cansados, comenzamos a sentirnos más desinflamados y ligeros porque empezamos a desintoxicarnos, e incluso dejamos de ganar peso pues el alcohol, sea una cervecita o la famosa copa de vino, tienen una importante cantidad de calorías sin nutrientes. Esto también influye en los valores de la tensión: dejar de beber ayuda a normalizarlos.
En cuanto a quienes consumen cantidades elevadas de alcohol, los efectos positivos de dejarlo también comienzan a verse de inmediato pues se revelan en una mayor capacidad de concentración, mayor rendimiento en el trabajo, desaparecen trastornos del sueño asociados al consumo, problemas digestivos, y calambres, entre otros.
Adicionalmente, nos sentiremos mucho mejor, más saludables porque una de las características del alcohol es que es diurético, con lo cual nos deshidratamos. Cuando empezamos a ingerir la cantidad de agua adecuada y a hidratarnos bien, mejoran todos nuestros sistemas.
Además, al cabo de unas tres o cuatro semanas, se notará mejoría en la piel, que también se sentirá distinta e incluso sentiremos la mirada mucho más despejada y puede complementar los hábitos para lucir menos cansados, sobre todo si tenemos más de 40 años de edad.
Ya para finales de enero, si es que comienzas el nuevo año eliminando el alcohol, tu hígado habrá iniciado con éxito su recuperación. El doctor Niall Campbell, del Hospital Priory en Londres, dijo a Daily Mail que tomar unas dos copas de vino al día, durante dos o tres semanas, nos hace propensos a desarrollar hígado graso, que es cuando convierte la glucosa en grasa.
En este sentido, es interesante destacar que, además del hígado graso, los tipos de lesiones que el alcohol ocasiona cotemplan inflamación del hígado, hepatitis, cicatrización o cirrosis, según explica la doctora Lamia Haque, especialista en adicciones del Yale New Haven Hospital, a The Health.
Al dejar de consumir alcohol el hígado iniciará el proceso de eliminar el exceso de grasa y si nuestra función hepática no se ha visto muy afectada, entre cuatro y ocho semanas, podrá recuperarse. Adicionalmente, y como la guinda de la torta, el azúcar en la sangre también se regulará el azúcar en la sangre, porque el hígado recuperará sus funciones, evitando la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
Así como disfrutamos las fiestas, disfrutemos también darle un merecido respiro a nuestro cuerpo, y ajustando nuestros hábitos es mucho lo que ayudamos.
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