Son las serenatas una tradición cursi o romántica
Hace unos días nos encontramos en medio de una discusión de si las serenatas eran un acto cursi o romántico, y cómo encajaban en la sociedad moderna, así que nos dimos la tarea de averiguarlo.
La serenata es una de las tradiciones icónicas de México. Heredada de Europa, se arraigó como una parte inherente de la idiosincrasia nacional, aunque hoy ha caído prácticamente en desuso.
El protocolo de las serenatas de amor más tradicionales es sencillo: en el sereno de la noche, un hombre acude al pie del balcón de la mujer amada, toca un par de canciones expresando sus sentimientos, atento a una señal.
El código es sencillo, se cantan un par de canciones y del balcón se puede esperar que se encienda una luz como señal de haber sido escuchados y aceptados y quizá la mujer se llega a asomar. En caso de no encenderse nunca la luz, es que el favor no es correspondido.
Sin más, el hombre y el conjunto musical se retiran.
Ver esta publicación en Instagram
Una publicación compartida por La Voz Mexicana (@lavozmexicana) el 21 de Ene de 2019 a las 12:32 PST
Pero no es el único motivo por el que existen las serenatas, pues también existen para celebrar a las mamás o los cumpleaños. En estos casos sí hay una planeación previa, y se suele abrir la puerta a quien lleva serenata para unirse a una fiesta.
“Se convierten así en un tiempo para halagar” describe para Yahoo Julia Palacios, Académica e investigadora del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana y especialista en cultura y música popular mexicana.
También te puede interesar: Para recordar a Pedro Infante como se merece, aquí cinco de sus personajes más icónicos
Sin embargo, son las serenatas románticas las más populares, quizá en parte a que en gran parte de las películas de íconos como Jorge Negrete, Pedro Infante o Luis Aguilar de la Época del Cine de Oro Mexicano, siempre aparecen. Son tan importantes, que hay muchas canciones compuestas para serenata, como “Celos de luna”, una de las más tradicionales para comenzar a cantar.
Serenatas, ¿cursis o románticas?
Con este preámbulo llegamos al meollo del asunto, ¿son las serenatas románticas o cursis? Antes de tomar un partido, hemos de recordar que la serenata se hace con un trío o con un mariachi, siendo esta última opción la menos romántica de las dos, pero la versión que quizá más se ha exportado dada la popularidad de estos conjuntos.
Salimos a la calle y casi el 73% de los encuestados (solo unos 150) consideraron a las serenatas románticas. Claro que no es una muestra representativa de la población. Sin embargo, sí notamos una curiosidad, los mayores de 30 la consideran romántica, los menores tienden más a decir cursi, pero reconocen que les daría vergüenza que les lleven serenata, así que quizá es un tema generacional (además de demostrarme que ya no soy tan joven como creía).
“Yo creo que las serenatas son algo cool. Muestran que alguien se esforzó en hacerte feliz. No es fácil reunir a un grupo de músicos y llevarlos a casa de un amigo“, opina Eugene Toale, ingeniero de grabación y producción de discos en Matanga Records.
Sobre si son románticas o cursis, se limita a opinar que “claro que te avergonzarán si te llevan serenata, pero es parte de la diversión”, por lo que ni cursis ni románticas, sino una tradición que debería mantenerse.
También te puede interesar: Caldo de piedra, un plato mexicano que honra a la mujer
“Es mucho mejor a que los camareros de un Sanborns te canten las mañanitas. Además, mantienen viva la música mexicana”, agrega Eugene.
Y esto nos recuerda que ‘Las mañanitas’ también parecen haber sido compuestas para serenata, por aquello del “Despierta, mi bien despierta”.
¿Qué ha pasado con las serenatas?
No hay duda de que mucho ha cambiado desde la época en que las serenatas se hacían en las calles, al pie de los balcones y Julia Palacios sugiere tres razones principales por las cuales las serenatas ya no se dan:
1. La inseguridad.
Ya no es tan fácil andar con un grupo de mariachi o un trío por las calles cantando por México, ni menos sales a buscar a quien te acompañe.
También te puede interesar: El pulque no debe ser baboso y otros datos de esta bebida mexicana
2. La arquitectura de las ciudades ya no dan pie a que ocurran las serenatas
“Que la mujer casadera tuviera la recámara con un balcón era fundamental, porque de lo contrario no venía al caso que te llevaran serenata. Era básico que te pudieras asomar al balcón”, comenta Julia, pero hoy las casas casi no tienen balcones ni ventanas que den a la calle, y casi todo son edificios. “Si vives en el quinceavo piso, ¿quién te va a llevar serenata?” agrega.
Quizá así se podrían cantar las serenatas al teléfono, como en lo hicieron Pedro Infante y Luis Aguilar en la película ‘Qué te ha dado esa mujer’.
3. Culturalmente también hemos cambiado.
Las serenatas, sobre todo de amor, eran algo discreto y que no solía seguir con una fiesta. Así casi ni se molestaba a los vecinos, que no solían molestarse con ser despertados y hasta casi les daba gusto que la vecina estuviera enamorada. Sin embargo hoy, con la nueva cultura y conciencia vecinal, eso de hacer ruido en la madrugada es mal visto y hasta penado, especialmente en conjuntos habitacionales.
Además, hay más reglas de convivencia, y si vives en un edificio o conjunto, es muy probable que la seguridad no permita ni siquiera entrar a la serenata sin un permiso previo y aprobación de todos, lo cual ya rompe con una de las tradiciones: el efecto sorpresa.
También te puede interesar: La cartera de quesadilla (o cómo el fin de los tiempos se acerca)
Otra gracia de la serenata era despertar a la mujer halagada a las dos de la mañana, pero hoy en día, a esa hora, las chicas no están dormidas en sus casas, sino en el antro. “Era otra lógica” agrega Julia. “La estructura de la convivencia que tenemos ya ha impedido que esto suceda.”
¿Tendrán futuro las serenatas?
Con todo esto, las serenatas han caído en desuso y hoy planeamos que lleguen los mariachis a una fiesta, en la que no hay que despertar a nadie, o contratamos a un trío en un restaurante para acompañar una velada.
No es que ya no haya serenatas, pero ya no son al sereno, ni se despierta a nadie. El contexto ha cambiado, pero se siguen haciendo con el propósito de honrar al amor, a las mamás o a la amistad. Pero siguen siendo románticas, aunque cursis para quien se avergüenza de que le declaren amor en público.
Quizá nos queden solo las películas para recordarnos cómo era que cantaran al pie de nuestras ventanas.
@travesabarros