'Barbie' no se puede comparar con las historias que creábamos jugando con la muñeca

*Este artículo contiene spoilers*

Margot Robbie como Barbie en 'Barbie' de Warner Bros. Pictures’.  © 2022 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.
Margot Robbie como Barbie en 'Barbie' de Warner Bros. Pictures’. © 2022 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.

POR Teresa Aranguez.- Por fin la vi. Después de semanas de empacho con Barbie, del color rosa y la sobreexposición de famosos y anónimos en redes sociales con el tema de moda, puedo hablar con conocimiento de causa. Una parte de mí entiende la fiebre que ha despertado este nuevo fenómeno, pero la otra, la de aquella niña que jugaba con las mismas muñecas, no está tan contenta. Da igual lo majestuosa que se vea, su mensaje existencialista y la perfecta puesta en escena de Ryan Gosling y Margot Robbie (a quienes aplaudo con creces): los responsables de esta película parecen haber olvidado lo más importante.

Reconozco que mi relación con la muñeca Barbie comenzó poco a poco. Al principio, cuando la vi tan ideal, guapa, alta y rubia, no me sentí para nada identificada. Pero poco a poco me fue ganando. Sus diferentes versiones me reunían con mis amigas, casi todas con gustos y personalidades muy diferentes, para adoptar un personaje y pasar un rato inolvidable. De esos en que las horas vuelan sin darte cuenta hasta que escuchas a tu mamá gritar eso de: '¡A cenar!'.

Quizá por eso, cuando iba camino a ver la película se despertaron en mí todos estos recuerdos bonitos que, siento decir, no he visto del todo reflejados en la película. Es cierto que ya pasaron varias décadas desde mi infancia, también que los tiempos cambian. Pero, por mucho que un juguete evolucione, mejore y amplíe su gama, mantiene su esencia, sus valores y, sobre todo, el porqué de su origen. En este caso, acompañar, entretener y hacer soñar a su destinatario. Pero el momento muñeca-niña se convierte en un mundo de fantasía que se desvirtúa en la película de Greta Gerwig.

Ana Cruz Kayne como Barbie, Sharon Rooney como Barbie, Alexandra Shipp como Barbie, Margot Robbie como Barbie, Hari Nef como Barbie y Emma Mackey como Barbie en 'Barbie' de Warner Bros. Pictures. © 2023 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.
Ana Cruz Kayne como Barbie, Sharon Rooney como Barbie, Alexandra Shipp como Barbie, Margot Robbie como Barbie, Hari Nef como Barbie y Emma Mackey como Barbie en 'Barbie' de Warner Bros. Pictures. © 2023 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.

La nota final de la película sería de sobresaliente si la analizamos desde el punto de vista actoral, visual, técnico y en lo que compete a la construcción del guion, a cargo de Greta y su pareja Noah Baumbach, director y guionista de Historia de un matrimonio. En ese aspecto no podemos sacarle ningún 'pero'. Es un espectáculo colorido, cómico y extravagante que resume entretenimiento asegurado. Sin embargo, la cosa cambia si nos enfocamos en el mensaje que transmite, bastante distinto a la percepción de esas niñas, hoy mujeres, que jugábamos y soñábamos con nuestras Barbies de plástico.

Sin destripar demasiado la historia, les cuento lo que me ha chocado. Si bien es cierto que Barbie es una muñeca bonita, Ruth Handler, su creadora, dejó muy claro en vida que ese no era el enfoque ni la imagen que quería dar a su producto. "No estábamos tan ansiosos de tener una muñeca hermosa, porque sentíamos que si las niñas se iban a proyectar en esta muñeca, no queríamos que una niña pequeña se sintiera amenazada por la belleza de Barbie", expresó a la BBC Witness History. Se había inspirado en su hija Bárbara, así que tenía que ser bella, pero, sobre todo, quería plasmar el deseo de su pequeña de tener una muñeca a la que no solo cambiar pañales. Cuando la observaba jugar con los recortes de chicas de las revistas, la veía fantasear con una vida de mujer adulta, trabajadora, independiente, libre y con sueños en el horizonte. Eso le llevó a Barbie, justo lo que no se ve durante la primera hora de la película.

El personaje de Margot Robbie es perfecto desde que se levanta hasta que se acuesta. Tanto que molesta. No mueve un dedo ni para hacer su desayuno. Vive en una casa idílica, tan robótica como fría, sin calor de hogar ni de familia. No muestra sentimientos ni una profesión aparente que le apasione. Su día transcurre en la playa luciendo impecable. Y si bien es fácil comprender que están representando el privilegio que tendría la Barbie tradicional por encima del resto en nuestros juegos de niños, se aleja completamente de la idea inicial de su creadora: la de empoderar a la mujer en la actividad, profesión, sueño o situación que la hiciera feliz y empujara a disfrutar de ello. Y eso es precisamente lo que hacíamos cuando jugábamos con la Barbie doctora, la Barbie maestra, la Barbie veterinaria, etc.: construirle una vida en todos los sentidos. Sí, había fiestas, amigas y visitas de Ken, pero también una vida donde poníamos toda nuestra imaginación.

Alan Farnham, autor del libro Historias de grandes éxitos, en el que incluye a la creadora de Barbie, escribía refiriéndose a la hija de la empresaria: "Bárbara imaginaba la vida y las profesiones de los hombres y mujeres recortados en papel. Esto enseguida le hizo comprender que había un nuevo modelo de negocio", señala ABC de este extracto de su libro. Un argumento en el que Ruth insistió cuando Barbie vio la luz. "Al crear a Barbie, mi filosofía fue que, a través de la muñeca, las niñas pudieran llegar a ser todo lo que quisieran. Barbie siempre ha representado a una mujer que elige por sí misma", recoge National Geographic de una entrevista de la época.

Nada que ver con la chica de la película a quien todos hacen casi la reverencia como si el resto estuviera a su servicio. Un endiosamiento que refleja la clásica predilección sobre la Barbie tradicional, pero nada más. Lo mismo ocurre con Ken y todos los chicos muñecos de la cinta. En este sentido, es comprensible. Ken siempre fue un pobre muñeco al que usábamos de accesorio en la vida de Barbie. No tenía vida propia, solo era el novio de la muñeca. Sin embargo, a Barbie le construíamos universos, una vida completa que nada tiene que ver con este mundo de plástico que plasma la película.

Ryan Gosling como Ken y Margot Robbie como Barbie en 'Barbie' de Warner Bros. Pictures. (© 2023 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.)
Ryan Gosling como Ken y Margot Robbie como Barbie en 'Barbie' de Warner Bros. Pictures. (© 2023 Warner Bros. Entertainment Inc. All Rights Reserved.)

Yo no he visto ni sentido eso en el mundo de muñecas Barbie. Es ficción, dirán muchos. Lo sé, de eso se trata el cine. Pero cuando lo haces sobre un personaje que forma parte de nuestras infancias desde la más pura imaginación e implicación personal, te arriesgas a que quienes saben de él, te lo recriminen.

Otro ejemplo para que entiendan a qué me refiero. Ken llegó a las tiendas en 1961, tres años después que Barbie. Lo anunciaron así: “Mattel presenta el muñeco de Ken, único y verdadero novio de Barbie". Años más tarde, la compañía confirmaba su ruptura como pareja. Las razones pudieron ser comerciales, pero lo cierto es que su origen fue desde un punto de vista romántico. En la película, Ken es un chico locamente enamorado de Barbie a quien ella ignora en lo sentimental. A él y a todos los hombres de Barbieland. Eso da lugar a la revolución de los Kens, quienes deciden finalmente imponerse y dejar ese segundo plano. Momento en que casi me quedo dormida. No les digo más.

Porque por mucho que Ryan Gosling alegre el panorama con su interpretación y Greta Gerwig apueste todo al rosa para crear algo coloridamente irresistible, también resulta demasiado galáctica y ajena a lo que esperaba. Por muy avanzados que estemos en esto de las nuevas tecnologías y, por supuesto, la individualidad de las personas, he echado en falta el ingrediente de la nostalgia y la recuperación de una parte de ese pasado que dio origen a esta muñeca. En el esfuerzo por hacer algo apropiado para las nuevas generaciones, de darle el color y el sabor de los tiempos actuales, se han olvidado de otras cosas, no menos relevantes.

No dudo que las niñas más pequeñas encontrarán una aventura de las mil maravillas que justificará con creces el fenómeno rosa. También que el mundo moderno recibirá con brazos abiertos los mensajes existencialistas y de autodescubrimiento de su propuesta, como que el irresistible Ken de Ryan Gosling seguramente produzca ceguera en la opinión de muchos. Sin embargo, aquellas mujeres adultas que crecimos jugando con Barbie, descubrimos que la película no se puede comparar con las ingeniosas historias que creábamos de niñas con la muñeca en mano.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR | EN VIDEO

¿Por qué Barbie siempre está de puntillas? Así evolucionó este ícono del diseño de moda

La debilidad de Margot Robbie queda plasmada en ‘Barbie’ como nadie se lo espera

¿Por qué era importante que Japón no apareciese en ‘Oppenheimer’?

Ni el furor de 'Barbie' salva a He-Man de la maldición que le persigue