La debilidad de Margot Robbie queda plasmada en ‘Barbie’ como nadie se lo espera

LONDRES, REINO UNIDO - 12 DE JULIO: Margot Robbie asiste al estreno europeo de 'Barbie' en el Cineworld Leicester Square en Londres, Reino Unido, el 12 de julio de 2023. (Foto de Wiktor Szymanowicz/Agencia Anadolu vía Getty Images)
LONDRES, REINO UNIDO - 12 DE JULIO: Margot Robbie asiste al estreno europeo de 'Barbie' en el Cineworld Leicester Square en Londres, Reino Unido, el 12 de julio de 2023. (Foto de Wiktor Szymanowicz/Agencia Anadolu vía Getty Images)

Hollywood construyó una división entre sus estrellas y el resto de los mortales desde el momento de su creación. La fama y el glamur de su negocio llevan más de un siglo elevando a sus figuras hacia un plano celestial, como si fueran seres inalcanzables y privilegiados, alimentando, en consecuencia, el fenómeno fan. Sin embargo, todo esto es una ilusión. Las estrellas de cine son meros mortales con sus propias emociones, alegrías, sufrimientos… y fanatismo también. Y Margot Robbie lo demuestra en Barbie, utilizando su poder en Hollywood para plasmar su gran debilidad.

Es probable que muchos no lo sepan pero Margot Robbie es fanática empedernida de Love Island, uno de los realities más populares de la televisión británica donde un grupo de solteros comparten una casa veraniega en bikinis y luciendo musculitos. La intención del concurso es forzarlos a formar parejas, desparejándolos y uniéndolos en ceremonias de elección que provocan discordias, celos o afianzan relaciones. El público es el encargado de votar y expulsar a las parejas menos favoritas, hasta que eligen a la ganadora. Y Margot es tan, pero tan fan, que hizo que uno de los participantes tuviera un cameo en Barbie.

Se llama Chris Taylor y fue uno de los concursantes más divertidos de la quinta temporada. No fue el ganador, ni tampoco es el personaje más famoso de todos los que pasaron por el show a lo largo de diez ediciones. En realidad, solo los seguidores de Love Island saben quién es y me atrevería a decir que casi nadie lo conoce fuera de Reino Unido. Sin embargo, ahí está, con un cameo estelar en la película de la temporada. Y todo porque Margot Robbie es fan desde sus años viviendo en Londres, cuando todavía no habia sido nominada al Oscar (dos veces) ni protagonizaba blockbusteres. La verdad es que no se pierde ninguna temporada, rebuscándoselas para encontrar conexiones de internet que le permitan ver cada episodio cuando se encuentra en otros países. Le apasiona tanto que intenta que sus compañeros de reparto se enganchen a ver el programa, habla de su pasión en entrevistas y no le importa romper el protocolo de estrella para acercarse a los personajes cuando los ve aparecer en las alfombras rojas de sus películas en Londres.

Y así fue como empezó todo hasta llegar al cameo de una figura completamente desconocida para el resto del mundo y en la película que promete arrasar en taquilla.

Margot Robbie reveló su gran debilidad en la premier londinense de Aves de presa en 2020, aquella película que funcionaba como spin-off independiente del personaje de Harley Quinn. Cuando vio que tres de los participantes de Love Island estaban entre los invitados de la alfombra roja, enseguida se acercó a saludarlos, tomándose ‘selfies’ que irradiaban felicidad, alegría y fanatismo total. Su entusiasmo era tal que los invitó a la fiesta que celebraban después del estreno y esa misma noche circularon diferentes vídeos y fotos de la actriz festejando con ellos en la misma mesa por redes sociales.

Taylor no estaba en la alfombra roja de aquella noche pero al saber que Margot Robbie había invitado a sus compañeros a la fiesta, no dudó en sumarse (supo de la invitación porque convivía en la misma casa con dos de ellos). “Sabía quiénes éramos todos”, explicó a LADBibile en el estreno de Barbie añadiendo que la actriz "está obsesionada con Love Island".

“Se me acerca diciendo ‘¡Chris!’ y yo reaccioné como ‘¿qué m*erda está pasando?’ No sé, debe haberse acordado de mí de entonces”, añadía como explicación a su cameo en la película. Como dando a entender que la actriz se acordaba de él lo suficiente como para invitarlo a formar parte del proyecto.

Además, explicó que la estrella australiana se le había acercado en el estreno de Barbie para decirle que estaba encantada de que no hubieran quitado su cameo del metraje final donde aparece diciendo: “Y el premio Nobel para caballos es para Ken”.

A su vez, la actriz volvió a desplegar su fanatismo con otros protagonistas de Love Island presentes en el estreno londinense de Barbie, con más ‘selfies’ en la alfombra roja y una sonrisa de oreja a oreja.

Margot Robbie contó en entrevistas del pasado que adora el reality, diciendo a People que las relaciones y amistades que se forman en pantalla le resultan “fascinantes”. No obstante, no termino de comprender qué sentido tiene este tipo de cameo para el espectador. Un cameo como el de Brad Pitt en Deadpool 2 tiene sentido. Al igual que el de Charlie Cox en Spider-Man: Sin camino a casa, marcando el regreso de Darevil a la saga cinematográfica de Marvel. Son sorpresas que apelan a las sensaciones del espectador. Al fanatismo, el reconocimiento, la nostalgia o el interés por una saga en particular. Pero ¿este cameo a quién sorprende? ¿A quién satisface? Diría que solo a Margot Robbie.

Love Island lleva 10 temporadas emitiéndose en el canal británico ITV2 y si bien tiene sus versiones internacionales en Australia, Estados Unidos, Francia, España y muchos más, ninguna adaptación tuvo el éxito de la original. Este show es, en cierto modo, un emblema de la cultura británica. Un show que genera conversación a raudales en la calle y las redes sociales con cada traición o jugada romántica entre sus protagonistas. Y aquellos que más conectan con el público o dan más que hablar, consiguen coronarse como influencers de la noche a la mañana, pasando de anónimos a figuras reconocidas por el público cerrando acuerdos con marcas o contratos televisivos. Es todo un fenómeno en Reino Unido… Pero solo en Reino Unido.

Yo también veo Love Island desde hace años y reconozco que es un ‘guilty pleasure’ que funciona para evadirse de la realidad. Es todo tan superficial, anecdótico y pasajero que sirve para darnos una pausa del mundo real. Muy similar a lo que consigue La casa de los famosos en México o Gran Hermano en Argentina. Y si bien reconozco a Chris Taylor a raíz de su divertidísimo paso por el programa, donde no encontró el amor pero proporcionó los momentos más graciosos de la edición, verlo en Barbie no me genera ningún tipo de sensación. Lo reconozco porque veo Love Island por el simple hecho de vivir en Inglaterra, pero su presencia no me dice ni ‘mu’.

¿Qué aporta entonces a la película? Chris Taylor no es actor, sus redes sociales están dedicadas a publicar videos bromistas, el público internacional no puede reconocerlo y solo los seguidores de Love Island lo harían, ¿qué sentido tiene incluirlo en una producción de este calibre? Comercial y artísticamente diría que ninguno, solo satisface el fanatismo de Margot Robbie.

La actriz es la productora ejecutiva de la cinta, una posición que le permite tener voz y voto en las decisiones creativas en torno al proyecto. Y que haya utilizado su poder para satisfacer una pasión tan personal, pero superficial, nos habla del ventajismo que aporta el ser una persona influyente. Porque probablemente todos los actores adoren o sean fanáticos de algo en particular, pero no por eso lo van a llevar hasta sus producciones cuando no aportan nada relevante más que una mera satisfacción personal. Bien por Margot Robbie, pero al público en general no le aportará nada de nada.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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