Los códigos amorosos
Todos y cada uno de nosotros utiliza, para comunicarse sexualmente con los demás, todo un lenguaje de palabras, miradas, signos y gestos que revelan lo que sentimos, deseamos, rechazamos. Esos códigos varían de una persona a otra y de una cultura a otra.
Conductas — como besarse en la boca — que a nosotros nos resultan placenteras, son consideradas antihigiénicas y desagradables en otras sociedades. Además mis códigos no son exactamente iguales a los de Mónica o Martin porque contienen elementos que cada uno aprendió en su ámbito de crianza. Y la historia personal pesa y está presente: ¿qué significaba en mi familia el estar desnudos o el besarnos? Nos quejamos del modo de actuar de nuestro compañero sin darnos cuenta que es esa la respuesta que él aprendió. Pero por ser conductas aprendidas, se pueden modificar, volver a aprender juntos, para que nos resulten más cómodas y gratificantes.
Algunas sugerencias y ejercicios para comunicarnos mejor con nuestra pareja:
1) Cada uno escribe una lista sobre cuáles son los signos y las señales no verbales emitidas por el otro, que permiten saber que este otro tiene ganas de hacer el amor. Después, al leer juntos lo que cada uno ha escrito del otro, seguramente nos vamos a sorprender, a reír y aprender un montón.
2) Otra vez él y yo, papel y lápiz en mano y cada uno realiza una lista de los gestos amorosos que nos hace el otro y que nos resultan gratificantes y otra lista de los gestos que nos enfrían.
Después de hacer este ejercicio, nos daremos cuenta que si no decimos qué queremos recibir, no lo recibiremos. No basta sólo con que otra persona nos quiera. Es típico escuchar: "si él me quisiera, seguro que se daría cuenta de qué es lo que yo necesito". Todas lo sentimos así alguna vez. Pero el cariño, si bien es un elemento importante, no asegura la comunicación ni la posibilidad de que el otro sepa lo que estoy necesitando. Un marido puede estar tremendamente enamorado de su mujer y sin embargo la precisión de la caricia que ella necesita para sentirse excitada, el lugar donde quiere ser acariciada son cosas que de una u otra manera ella deberá explicarle, pedirle o guiarle para que lo pueda hacer, independientemente de la buena relación afectiva que tengan.
En el lenguaje del sexo es muy importante que se nos entienda. No cualquier tipo excitación da lo mismo ni cualquier estimulo nos lleva a las situaciones que queremos. Conocer y hacerle saber exactamente a mi pareja qué me gusta, es básico para mantener un diálogo amoroso.
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