Orgasmo simultáneo, ¿un mito?

Muy pocas parejas logran tener un orgasmo simultéano. / Foto: Thinkstock
Muy pocas parejas logran tener un orgasmo simultéano. / Foto: Thinkstock



El encuentro sexual es una instancia de profunda intimidad. Los cuerpos se recorren, estimulan y erotizan. ¿Es mejor cuando el orgasmo es simultáneo?

El orgasmo es una experiencia y una sensación tan individual que no siempre uno está conectado con lo que en esos pocos segundos ocurre afuera. Para algunas parejas es importante compartir ese momento como un hecho afectivamente relevante, pero en esos instantes raramente alguien puede descentrarse de su experiencia para sentir lo que pasa del otro lado.

Muy pocas parejas pueden lograr el orgasmo simultáneo, ya que requiere una coordinación, un autoconocimiento y un conocimiento del otro, muy importantes.
El mito sobre el orgasmo simultáneo no es peligroso, sino la creencia o el valor social que se le da. “Es lo mejor que puede pasarnos, y si no lo logramos significa que no nos queremos, o no nos entendemos, o algo te pasa a ti, porque con otras sí podías, y yo con otros, también podía”.

Apuntar al orgasmo simultáneo como la norma puede generar roces y malos entendidos en las parejas. Por esta exigencia, hombres y mujeres se quedan sin tener orgasmos en lo absoluto y, lo que es más triste, sin disfrutar del encuentro.

Estas presiones se notan en el consultorio, donde acuden muchas parejas para tratar este tema. Pero en general, la demanda es de los hombres, que confiesan sentir menos placer cuando alcanzan al orgasmo por separado. La trampa para estos hombres es la exigencia: si creen que este tipo de orgasmo es la única fuente de goce, podrían inhibirse y generar una disfunción sexual.

Considerar el orgasmo simultáneo como fuente de máximo placer resulta una difícil tarea si se tiene en cuenta que la respuesta sexual de hombres y mujeres es diferente; la persecución de este clímax ideal puede conducir al fracaso de la relación. La obsesión por lograr el clímax simultáneo conduce a muchas parejas a fingir y puede producir una “autoobservacion” del acto sexual, racionalizando demasiado el encuentro, en lugar de sentirlo, generando una preocupación excesiva por el otro que puede terminar en un problema sexual.

Es importante liberar a las parejas de este mito, ya que la sexualidad puede ser maravillosa sin necesidad de esta simultaneidad. Se puede dar y recibir placer alternativamente, variar las experiencias sexuales, acomodarse a las necesidades de cada uno de los miembros y aprender a emplear diferentes estímulos, alcanzando el orgasmo en distintos momentos.

Si la pareja va en búsqueda de un orgasmo simultáneo, lo ideal es que lo plantee como un juego y no como una nueva exigencia.


Diana Resnicoff es licenciada en psicología, sexóloga clínica y secretaria científica de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (S.A.S.H.).


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