Mujeres con miedo al compromiso
Durante años ha circulado la idea de que los hombres son los que tienen miedo al compromiso, y que las mujeres siempre están dispuestas, casi "urgidas" por casarse y tener hijos. Sin embargo, aunque no se hable mucho del asunto, el miedo al compromiso también se da en las mujeres.
Este fenómeno no es reciente, pero sí lo es la manera en que se manifiesta. Quizás nuestras abuelas también experimentaron ese temor en su juventud, pero la sociedad en la que vivían no les daba muchas opciones de vida que fueran moralmente aceptables o económicamente posibles.
Hoy la situación es distinta, por lo menos entre las mujeres con una formación profesional que les permite tener cierta autonomía financiera. En esa situación, el compromiso (con miras al matrimonio y la maternidad) aparece cubierto por la sombra de la renuncia profesional, la pérdida de independencia y el sacrificio de la libertad. Si a ello añadimos el paulatino descrédito del matrimonio, es probable que nos encontremos con una mujer que, de manera explícita o no, se cuestione sobre la posibilidad de formar una pareja "para toda la vida".
Otro factor a considerar es la historia personal. Si el desencanto, el dolor o los vicios que se arrastran de relaciones anteriores no han sido sanados, es difícil que una persona pueda volver a confiar en una pareja. Así, cuando un hombre habla desde el inicio de su intención por entablar una relación formal y a largo plazo, la mujer que teme al compromiso se sentirá presionada y es probable que huya. Sin embargo, cuando el hombre demuestra su interés más que con palabras, con hechos, respeto y coherencia, es probable que la mujer haga a un lado sus miedos y busque sanar para poder corresponder al interés del hombre.
Los roles en la pareja se están reacomodando, y por ende, las ideas sobre la trascendencia de la pareja. Es probable que nuestros padres, cuando se casaron, no tuvieran en mente la idea de una pareja como dos personas independientes que se unen para acompañarse en su crecimiento personal y profesional. Aunque de pronto nos suene como algo "normal" o razonable, este concepto de pareja es reciente históricamente hablando, y en la práctica resulta un poco desfasada, por lo menos para nuestra generación, que creció con el ejemplo de los modelos tradicionales.
Por ello, y en vista de la inestabilidad de los modelos de relaciones, hoy resulta indispensable que antes de salir corriendo, darse por vencidos o lanzar juicios, las parejas en ciernes se den el tiempo de hablar y reflexionar sobre la idea que tienen del compromiso que implica tener pareja, de manera que no se dé por sentado lo que esperan uno del otro.
Finalmente, ¿a qué le teme una mujer cuando escucha la palabra "compromiso"? Mi apreciación es que teme que las circunstancias la lleven a adoptar o repetir un esquema de pareja que no le acomoda, teme no poder empatar sus proyectos profesionales con las exigencias de un modelo tradicional, teme perderse de algo que a otras mujeres les fue negado, teme perderse incluso de sí misma.
¿Ustedes por qué creen que algunas mujeres temen al compromiso de pareja?