Cuando Brad Pitt se vio envuelto en un lío legal tras arrepentirse de hacer una película con Harrison Ford
Los problemas de producción de 'Enemigo íntimo' pusieron a la estrella de 'Seven' o 'El club de la pelea' entre la espada y la pared
El éxito no siempre acompañó a Brad Pitt. Aunque en los '90 viviera su época dorada con clásicos como Leyendas de pasión, Seven, Entrevista con el vampiro, El club de la pelea o Siete años en el Tibet, también se chocó con algún título fallido que le puso entre la espada y la pared, como cuando protagonizó Enemigo íntimo junto a Harrison Ford.
Esta cinta, un thriller sobre el terrorismo, giraba sobre un policía neoyorquino de ascendencia irlandesa que acoge en su casa a un emigrante irlandés, de quien desconoce que es de uno de los terroristas más buscados de Gran Bretaña y tiene la misión secreta de conseguir armas para el IRA en Estados Unidos.
Fue un fracaso bastante notorio. La crítica la destrozó y en taquilla solo recaudó 140 millones de dólares, que fueron insuficiente para rentabilizar su coste estimado en 90. No obstante, no es que tomara a Pitt por sorpresa, ya que durante el rodaje asumió que el proyecto se dirigía al abismo tras sufrir de primera mano varios problemas de producción. De hecho, estos contratiempos, que en una acción temeraria le llevaron a plantarse ante el equipo, estuvieron cerca de involucrarle en problemas legales.
Como contó en una entrevista con Newsweek, cuando firmó para Enemigo íntimo lo hizo con un “gran guion” entre manos, pero este nunca se materializó en pantalla. Sin aclarar las razones, detalla que el texto original, que probablemente entrara en terrenos complejos abordando la temática terrorista, se descartó a los pocos días de iniciar las grabaciones. Como la producción ya estaba en marcha y retrasar el rodaje no era una opción, los responsables del film optaron por seguir adelante sin guion, improvisando sobre la marcha y convirtiendo la película en un caos insalvable.
"Tal vez conozcas la historia. No teníamos guion. Bueno, teníamos un gran guion, pero lo descartaron por varias razones”, comenzaba relatando. “Tener que inventar algo sobre la marcha... ¡Jesús, qué presión! Era ridículo. Fue la película más irresponsable, si es que se le puede llamar así, que haya visto jamás. No podía creerlo. No sé por qué alguien querría seguir haciendo esa película".
Pitt culpó del desastre a Columbia Pictures, el estudio de Hollywood encargado de su producción que en aquel momento estaba dirigido por Mark Canton, conocido productor que en aquellos años destacó con clásicos como La boda de mi mejor amigo, Hombres de negro, Avión presidencial o Mejor... Imposible. “No teníamos nada. La película era la completa víctima de este director de estudio ahogado [Mark Canton] que dijo: 'No me importa. Lo estamos logrando. No me importa lo que tengas. Filma algo'".
Fue tal el enfado que Pitt se plantó ante Canton y le dijo que abandonaba Enemigo íntimo en pleno rodaje, con la película sin terminar. Sin embargo, el estudio amenazó con llevarlo a los tribunales. Tras haber vendido la cinta con Pitt como estrella, esta baja les hubiera ocasionado demandas y rupturas de contratos con distribuidores extranjeros, que pagaron un alto precio para tener en su catálogo a uno de los actores del momento.
La amenaza legal a Brad Pitt
Con el presupuesto invertido, la salida de su protagonista hubiera supuesto un gran agujero económico en las arcas de Columbia Pictures, una cantidad multimillonaria, que se estimaba en torno a los 63 millones de dólares, que el estudio hubiera reclamado a Pitt por la vía judicial en el caso de que abandonara el proyecto.
Es cierto que Enemigo íntimo sufrió cambios severos respecto a lo que Brad Pitt firmó y que probablemente tenía un resquicio legal al que atenerse para su defensa, pero, en aquellos años en los que vivía su ascenso en Hollywood, era un movimiento arriesgado que le podía suponer la ruina en caso de no salir bien. No solo a nivel económico, también por el peligro de que Columbia Pictures u otros estudios pasaran a considerarle un actor conflictivo y limitaran sus opciones como actor.
Por ello, se echó atrás y no le quedó más remedio que seguir adelante y sobrellevar este fracaso anunciado. "Quería salir y el director del estudio dijo: 'Está bien, te dejaremos salir. Pero, para empezar, serán 63 millones de dólares'. Venden películas en territorios extranjeros con nombres de taquilla y pueden demandar por lo que podrían haber hecho si te hubieras quedado en la película", matizaba.
Su compañero de reparto, Harrison Ford, vivió unas sensaciones similares, aunque, como destacó en otra entrevista con Tampa Bay Times, su actitud ante el desastre fue bastante contraria. Valorando lo avanzado que estaba Enemigo íntimo y que detrás de la producción había muchos profesionales que no merecían el fracaso, trató de hacer todo lo que estuvo en su mano para encauzar el film.
"Todo lo que supe es que se iba a pasar mucho tiempo hablando del tema. Eso es lo único que lamento. Era verdad. No se puede objetar algo que es verdad. Así es como él se sintió. Así es como me sentí yo en ese momento”, destacaba Ford. "Pero como sabía que no iban a abandonar este proyecto. Estábamos demasiado avanzados, supe que íbamos a tener que trabajar para salir a flote".
De hecho, pese al fracaso, admitía sentirse orgulloso de lo que lograron, sobre todo valorando estas condiciones tan inhóspitas de las que hubiera sido fácil querer salir huyendo, como le pasó a Pitt. "Hubo cosas que no pensé que fueran lo suficientemente buenas todavía, momentos que no estaban tan desarrollados como deberían. Creo que la película es mejor por haber pasado por todo este proceso proceso. Todos trabajamos juntos para expresar nuestras preocupaciones. ambiciones, sentimientos y pensamientos al respecto juntos. Fue un esfuerzo colaborativo y estoy satisfecho con el resultado", concluía.
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