El póster de ‘La boda de mi mejor amigo’ orquestó (sin querer) el desempleo de su actor protagonista

Julia Roberts, Dermot Mulroney y Cameron Diaz experimentaron el éxito de 'La boda de mi mejor amigo', pero de maneras muy diferentes

Julia Roberts, Dermot Mulroney y Cameron Diaz experimentaron el éxito de 'La boda de mi mejor amigo', pero de maneras muy diferentes. (Foto de Ron Galella, Ltd./Ron Galella Collection via Getty Images)
Julia Roberts, Dermot Mulroney y Cameron Diaz experimentaron el éxito de 'La boda de mi mejor amigo', pero de maneras muy diferentes. (Foto de Ron Galella, Ltd./Ron Galella Collection via Getty Images)

La boda de mi mejor dejó una profunda huella en la cultura popular. Solo basta con escuchar unos segundos de I say a little prayer’ y nuestra imaginación enseguida se teletransporta a la icónica secuencia donde todos los invitados la cantan al unísono. Es uno de los clásicos de Julia Roberts y otro ejemplo del poderío universal de las comedias románticas. No solo recaudó $298 millones a partir de un presupuesto de $38, sino que fue la única rom-com que lideró el mercado internacional en 1997, un año marcado por Titanic, Hombres de negro, dinosaurios, acción y James Bond. Con semejante éxito cualquiera creería que todos sus actores se vieron beneficiados… pero no fue el caso.

Porque mientras Julia Roberts reafirmaba su posición como reina de la comedia romántica, Cameron Diaz daba pasos de gigante protagonizando Loco por Mary a continuación, y Rupert Everett dejaba huella como ese amigo leal que todos deseamos tener, Dermot Mulroney se quedaba en casa durante un año entero sin trabajar. Y todo por culpa del póster promocional que lo empequeñeció más de la cuenta.

Dermot Mulroney llevaba más de una década en Hollywood cuando tuvo la oportunidad de interpretar al exnovio y objeto de deseo del personaje de Julia Roberts que, tras anunciarle su compromiso, se encaprichaba con volver a enamorarlo a toda costa. Había aparecido en decenas de películas y series de televisión, trabajando al lado de Bridget Fonda, River Phoenix, Sigourney Weaver, Winona Ryder y otras estrellas. Pero, a pesar de su extensa experiencia, La boda de mi mejor amigo era su primera oportunidad para destacar en taquilla de la mano de una superproducción y como interés romántico de la actriz que por entonces conocíamos como la nueva ‘novia de América’.

Dermot Mulroney esperaba disfrutar del éxito de 'La boda de mi mejor amigo' pero no tuvo la misma suerte que sus compañeros. (Foto de Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)
Dermot Mulroney esperaba disfrutar del éxito de 'La boda de mi mejor amigo' pero no tuvo la misma suerte que sus compañeros. (Foto de Ron Galella/Ron Galella Collection via Getty Images)

Como le hubiera pasado a cualquiera en su lugar, creyó que le lloverían propuestas al ver el éxito que obtuvo la película. Que iniciaría una nueva faceta profesional repleta de proyectos. Pero no sucedió. Fue como si el éxito de La boda de mi mejor amigo no existiera para él. Y no porque su actuación no gustara, sino por cómo se retrató su importancia en la película en la campaña promocional.

“Estaba sentado allí listo para recibir el regalo que se suponía que vendría junto con estar en una película popular y, en cambio, probablemente no trabajé durante un año”, explicó Mulroney en un reportaje reciente publicado por The New York Times. “Lo atribuí a que yo era tan pequeño en el cartel, el tipo diminuto del pastel. Pensé, Dios mío, si me hubieran hecho un poco más grande, tal vez podría haber conseguido un trabajo”.

Efectivamente, el póster promocional de la película lo mostraba como el muñeco del pastel de boda. Era casi irreconocible, dejando que todo el protagonismo fuera para la figura de Julia Roberts como imagen gigante, central y principal para vender el proyecto a las masas.

Por un lado, resulta comprensible. Julia Roberts era un imán para atraer a la audiencia después del éxito de Mujer Bonita, Durmiendo con el enemigo o El informe Pelícano. Recurrir a su rostro para llamar la atención de las masas con la película que suponía su regreso a la comedia romántica tras el clásico con Richard Gere, se antoja la estrategia comercial más acertada. Sin embargo, mientras el póster elevaba el peso estelar de la actriz, confirmando su estrellato de manera rotunda, Dermot Mulroney veía cómo el fenómeno le pasaba por encima.

Ser estrella en Hollywood importa a nivel comercial. Muchísimo. Y la anécdota del actor de 60 años es un claro ejemplo de ello. Porque los “otros” compañeros románticos de Julia, Richard Gere y Hugh Grant, ya eran figuras reconocidas y destacadas a nivel global cuando llegó la hora de vender Mujer bonita y Un lugar llamado Notting Hill. Por ese motivo, el póster de la primera daba el mismo protagonismo a los dos personajes.

Mientras que el póster de la segunda ilustraba básicamente la idea del filme: Julia Roberts en el cartel de una película simulando a la estrella de cine que interpreta en la historia, y Hugh Grant como un tipo normal, de la calle, como cualquiera.

Es decir, a la industria le convenía recurrir a ambas figuras en los dos casos porque se trataba de estrellas que respondían a diferentes grupos demográficos, reconocidas, destacadas y que vendían como figuras del cine romántico a raíz de sus éxitos pasados.

Sin embargo, Dermot Mulroney no estaba en la misma posición y le tocó quedarse en casa, viendo el éxito pasar porque, según su conclusión, el póster no hizo justicia a su lugar en la historia. Según ese cartel era un muñeco de plástico, sin más, mientras su nombre tampoco aparecía destacado.

De todos modos, podríamos contrarrestar su alegato diciendo que su personaje y el de Cameron Diaz eran secundarios. Que su rol no estaba a la altura de un papel protagonista como el de Gere o Grant y que, por lo tanto, que aparezca en el cartel de forma secundaria responde a su lugar en el filme. Incluso podríamos decir que Rupert Everett no aparece y no lo escuchamos quejarse en estos más de 27 años. O que Cameron Diaz sí consiguió más éxitos a continuación. Sin embargo, son carreras diferentes y actores que ofrecían perfiles distintos al negocio.

Afortunadamente, los proyectos comenzaron a tocar a su puerta pero ninguno tenía el poder de convocatoria ni el potencial de ayudarlo a alcanzar el estrellato como La boda de mi mejor amigo. O se trataba de películas que no terminaron de destacar o papeles secundarios donde brillaban otros, como pasó con Jack Nicholson en Las confesiones del Sr. Schmidt o Robert Downey Jr. en Zodiac. Con el tiempo siguió abriéndose camino en la comedia romántica, pero con producciones que imitaban al clásico con Julia Roberts pero sin llegar a estar a la altura. Como El día de la boda, donde interpretaba a un gigoló contratado por el personaje de Debra Messing para que la acompañe a la boda de su hermana y aparentar una relación, ya que su exnovio sería el padrino en la ceremonia.

Dermot Mulroney volvió a la comedia romántica con un papel secundario en 'Con todos menos contigo'. (Foto de Dia Dipasupil/Getty Images)
Dermot Mulroney volvió a la comedia romántica con un papel secundario en 'Con todos menos contigo'. (Foto de Dia Dipasupil/Getty Images)

Aquel póster no arruinó su carrera. Apareció en tres capítulos de Friends como novio de Rachel, trabajó con Clint Eastwood en J. Edgar, fue compañero de Liam Nesson en Un día para sobrevivir, participó en una saga de éxito como La noche del demonio, tuvo éxito con la serie Shameless, un papel estelar en Scream VI y, recientemente, sirvió de padrino de la comedia romántica más exitosa del año, Con todos menos contigo. Sin embargo, según sus palabras, su carrera pudo ser diferente si aquel póster no lo hubiera empequeñecido tanto. Si no lo hubiera retratado como un muñeco de plástico diminuto y prescindible, dándole todo el protagonismo a Julia Roberts. Pero así es Hollywood. Así se venden las películas pensando, solamente, en atraer al público. Y en este caso con la actriz de la sonrisa más famosa del cine les bastaba.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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