“El gran cirujano del engaño“: la siniestra historia real detrás de la serie que es tendencia en Netflix
El caso de Paolo Macchiarini llegó a los tribunales y a Netflix. La tragedia de las personas que pasaron por las manos del doctor acusado de mala praxis fue relatada por el director Ben Steele, a través de tres episodios de menos de una hora que aterrizaron en el gigante de streaming el 29 de noviembre y que ya se posicionaron entre las producciones más vistas. Pero, ¿cómo terminó el caso real del cirujano que se convirtió en uno de los más prestigiosos del mundo y, después, en un estafador?
Andemariam Beyene, un estudiante oriundo de Eritrea que residía en Islandia, de 36 años, fue el primer paciente de Macchiarini en someterse al primer trasplante de tráquea sintética, en 2011. El cirujano esperanzó al hombre con su método aparentemente revolucionario e innovador: se trataba de la primera vez que se usaría un órgano sintético, con células madre extraídas de la médula ósea del propio paciente. En medio de la desesperación y de la esperanza, Beyene aceptó, ya que el médico se lo planteó como su única posibilidad de supervivencia; según detalló BBC.
Paolo Macchiarini desarrolló los primeros órganos plásticos del mundo y se convirtió en un ícono de la medicina regenerativa. “Podría ser un impostor, pero también podría ser un genio”, es una de las frases que se incluyó en la docuserie recién estrenada en Netflix que narra su caso. El gran cirujano del engaño (Bad surgeon: Love under the knife) consagró un gran éxito en el streaming.
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Un total de nueve pacientes pasaron por las manos de Macchiarini, entre 2011 y 2014, de los cuales únicamente dos sobrevivieron, aunque tuvieron que reemplazar las tráqueas sintéticas por otras de donantes. El Hospital Universitario Karolinska de Estocolmo, donde se realizó la primera intervención de este tipo, pasó de la gran admiración al desprestigio.
Tras las distintas tragedias, los profesionales comenzaron a investigar los documentos que, según Macchiarini, respaldaban sus estudios. Así, se empezó a dudar de que estos materiales se probaran previamente en animales que en humanos. “El primer trasplante de hígado, riñón o corazón, ¿salieron bien? No. Creo que este es el futuro y, con los próximos pacientes, todo saldrá mejor”, argumentó el acusado de mala praxis.
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Paolo Macchiarini nació en Suiza y vivió su infancia en Basilea. Posteriormente, estudió Medicina en la Universidad de Pisa, se especializó en cirugía torácica en la Universidad de Alabama de Birmingham y realizó un doctorado en Francia. También trabajó en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona, en España.
Así, participó en la intervención de trasplante de tráquea sintética en nueve pacientes. Entre ellos, Claudia Castillo, de 30 años; Hannah Warren, de dos años; Yesim Cetir, de 25; Keziah Shorten; Christopher Lyles; Yulia Tuulik; y Alexander Zozulya.
Fue condenado
Paolo Macchiarini consagró un gran prestigio en su inicio, debido a que incorporaba una posible solución a dos problemáticas en la Medicina: el rechazo de los órganos en algunos cuerpos y la falta de donantes. De hecho, el cirujano presumía de estar en contacto con Barack Obama, Bill y Hillary Clinton o el emperador Akihito de Japón.
Además, le aseguró a su prometida, la periodista de NBC News Benita Alexander, que su boda, prevista el 11 de julio de 2015 en Roma, la oficiaría el Papa Francisco personalmente. También que asistirían Vladimir Putin o Nicolás Sarkozy, entre otros invitados célebres. Su relación comenzó en 2014, cuando el médico apareció en un documental titulado A leap of faith (Un salto de fe).
En 2019, tras salir a la luz que sus investigaciones no estaban fundamentadas lo suficiente y que corrió múltiples riesgos al realizar las intervenciones quirúrgicas, con la muerte de la mayoría de sus pacientes; un tribunal italiano lo condenó por falsificación de documentos y, posteriormente, fue absuelto.
Finalmente, en 2022, fue condenado por causar lesiones corporales a un paciente y, un año después, el Tribunal de Apelaciones de Estocolmo fijó su sentencia en dos años y medio de prisión, por agresión grave contra tres pacientes; según detalló BBC. Aunque se realizaron varios intentos de apelación, fueron rechazados por el Tribunal Supremo, el último en octubre de 2023.