Cómo el "hablar sucio" influye en la relación sexual

Hablar durante el sexo sí influye en su disfrute, aunque no son pocas las interrogantes que secretamente muchos se hacen con relación a esta práctica. (Getty Creative)
Hablar durante el sexo sí influye en su disfrute, aunque no son pocas las interrogantes que secretamente muchos se hacen con relación a esta práctica. (Getty Creative)

La palabra, desde tiempos ancestrales, ha sido y continúa siendo vehículo para ilustrar todo tipo de placeres, incluyendo el sexo. Se dice que en el Antiguo Egipto se hacía registro de posturas sexuales y que fue en la Antigua Grecia cuando se crearon los primeros textos literarios dentro de este tópico. No es de extrañar, en lo absoluto, que el lenguaje hablado tenga un lugar protagónico dentro de la práctica sexual, pero ¿cómo debe ser esa charla íntima? ¿Necesariamente tiene que tratarse de lo que se conoce como “hablar sucio”?

Y es que esta es una práctica común, aunque pocos hablen de ella. Hasta la cultura pop le ha rendido culto, y un buen ejemplo es cómo en 1986 la banda de heavy metal, Poison, escandalizó y fascinó a dos generaciones -padres e hijos- con 'Talk Dirty to Me'.

La charla íntima se sirve según la pareja quiera disfrutarla, porque el sexo se trata de dos, de dar y recibir, de manera que si esto resulta como un buen estímulo bienvenido y, de hecho, fantasear sobre ello es bastante común.

El especialista Justin J. Lehmiller Ph.D, cita en un artículo de Psychology Today una investigación que él mismo realizó donde encontró que el 93% de las mujeres encuestadas habían fantaseado con conversaciones sucias. Con ellas coincidieron el 90% de los hombres y el 86% de los participantes no binarios.

Además, aunque la comunicación no verbal, -el tacto, las miradas- está más estrechamente relacionada con la satisfacción sexual, la comunicación verbal sí se asocia con una mayor satisfacción sexual. Así lo dice una investigación de la Universidad de Ohio. Sin embargo, la comunicación en este caso es una habilidad y no todos están entrenados en ello, según reveló la doctora Elizabeth Babin, experta en comunicación sanitaria y líder de la investigación.

La comunicación durante el sexo es una habilidad y no todos están entrenados en ello. (Getty Creative)
La comunicación durante el sexo es una habilidad y no todos están entrenados en ello. (Getty Creative)

Se dice que escuchar o decir palabras eróticas, incluso “sucias”, podría estimular algunas reacciones químicas cerebrales que aumenten el deseo a través de la liberación de dopamina, así como también se activan centros energéticos que activan el impulso sexual y el deseo. Así lo explica la doctora Keydi Pérez, psicóloga clínica y psicoterapeuta, quien considera que todo lo que ocurre en la intimidad, mientras sea consensuado y no vulnere la libertad de las personas es permitido, incluso las palabras obscenas.

“Hay muchas personas que sí les gusta hablar fuerte, brusco, con groserías o como lo llaman 'sucio'. Pero aunque 'hablar sucio' es el término más usado en este caso, tiene una connotación negativa”. Quizás es esta connotación la que conduce a que esta práctica entre dentro de lo prohibido, lo oscuro, los deseos más profundos y las fantasías sexuales, que pueden decir mucho de nuestras necesidades.

“Con cada encuentro sexual, no solo tenemos una respuesta fisiológica, sino que a través del impulso de conexión e intimidad se mueve energía en nuestros vórtices energéticos, la palabra, el oído estimula uno de esos vórtices y se activa el deseo. Pero esto también puede ocurrir con palabras dulces, de amor y tiernas, así como con palabras obscenas. Está permitido. Hay quien se excita de esta manera, pero hay quien no. Por eso es muy importante la consciencia que tenemos en torno a nuestra sexualidad, el conocernos y saber qué nos gusta y qué no”, dice la psicóloga quien es facilitadora en sexualidad holística del Modelo Santini, el cual propone facilitar el proceso de auto conocimiento de la sexualidad.

“Con el enfoque de la sexualidad holística, las palabras y todo aquello que escuchamos, activa el vórtice de la expresión y la comunicación, con lo cual las palabras amorosas, tiernas, o más atrevidas, pueden incrementar el deseo, pero para eso la persona debe estar consciente de su cuerpo y de cómo los estímulos van activando ese deseo”.

¿Y si no sé cómo hacerlo?

Cuando a uno de los miembros de la pareja le gusta esta práctica y a la otra no, o alguno se siente estimulado con las palabras y quiere que su pareja se atreva a decirlas, es importante comunicarlo, pero no desde una demanda sino desde la intención de compartir la fantasía y cómo eso le hace sentir, sugiere Pérez, y agrega que debemos dar prioridad al hecho de que ambos se sientan cómodos, porque de no ser así, es difícil que fluya el deseo y disminuirá el disfrute. Recordemos que una relación sexual satisfactoria no se trata de solo complacer al otro, sino en dar y recibir placer.

Las palabras pueden activar los estímulos necesarios para el disfrute sexual. (Getty Creative)
Las palabras pueden activar los estímulos necesarios para el disfrute sexual. (Getty Creative)

“Hay diferentes maneras de vivir y expresar la sexualidad, hay una más instintiva que tiende a la reproducción, que es indiscriminada, hay otra que busca el vínculo, la relación, compenetrarse en el amor; hay otra que es más mental, más planificada y controlada y otra que es desde el corazón, que es de aceptación, de conexión de amor incondicional y de la aceptación de otro tal cual es. Dependiendo de en qué expresión de esa sexualidad esté será más o menos fácil que se puedan implementar nuevas prácticas y fantasías en la relación”.

Para lograrlo, Pérez dice que debe haber la suficiente confianza y transparencia como para poder sentarte a conversar sobre qué te gusta, qué no, expresarte de manera genuina, sin juicios, y esto abre la posibilidad no solo de hablar sucio en la cama sino de incorporar otras actividades que incrementen el placer durante las relaciones sexuales.

Este artículo tiene como finalidad ofrecer información general y educativa sobre temas relacionados con la salud y el bienestar. Sin embargo, esta información no debe ser considerada como un reemplazo del consejo de su doctor ni debe ser utilizada para realizar tratamientos sin supervisión médica. Yahoo no se hace responsable de ningún diagnóstico hecho por un usuario basándose en este contenido. Si usted está preocupado por su salud, siempre consulte a su médico de cabecera u otro profesional calificado de la salud antes de tomar cualquier acción.

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