El nuevo concepto de belleza que desafía al "antienvejecimiento" y te libra de la angustia de no aceptar el paso del tiempo
Envejecer. Palabra que para algunos es sinónimo de angustia, de finales cercanos, y de desgaste, pero que también, si somos capaces de darle la vuelta a las adversidades, puede significar tiempo de cuidarnos, de ser más amables con nosotros, de disfrutar el camino recorrido y el que queda por recorrer.
De una manera que resulta inspiradora, surge un concepto de belleza que parece el antónimo de "antienvejecimiento", se trata de "well-aging" y consiste en envejecer, sí, pero hacerlo bien.
Contrario a los conceptos de antienvejecimiento, que procuran frenar el tiempo y preservar al máximo la juventud, esta tendencia invita a aceptar el paso de los años cuidando nuestra piel, nuestra salud y bienestar en busca de envejecer de la mejor manera posible, con naturalidad y sin angustias. Es algo que, en realidad, siempre ha estado allí, pero esto se trata de hacernos conscientes de tener un plan que nos permita avanzar en bienestar en el proceso de envejecimiento.
Prevenir la aparición de arrugas y manchas en la piel, por ejemplo, siguiendo una rutina de cuidado de la piel con constancia y con productos de calidad, es parte de este proceso. No se trata de ocultar o tapar el paso del tiempo, sino dejarlo fluir con naturalidad y salud. Pero así como hay prácticas físicas que nos mantendrán mejor en el tránsito hacia la vejez, la mente también tiene un lugar fundamental en la ecuación.
Pareciera que esa combinación entre la serenidad de la aceptación, la buena actitud, y estar bien físicamente, se hace notar como características del buen envejecer. Es quizás lo que vemos en algunas personalidades como Susan Sarandon, Carolina de Mónaco y hasta Jill Biden.
De hecho, según publica la revista Telva, Sarandon ha dicho que a sus 74 años, se siente mejor que nunca, rodeada de personas vitales y curiosas; mientras que la princesa es ejemplo de lo que es envejecer preservando la belleza natural; y la primera dama norteamericana se ha mostrado muy activa físicamente.
Mente en forma
En 2018, el escritor Robert W. Goldfarb compartió en The New York Times su secreto para envejecer bien. Con 88 años de edad, y siendo un apasionado del ejercicio físico, seguro de que esta constancia lo mantiene alejado del médico, admitía que “la manera en que respondemos al envejecimiento es una decisión que se toma en la mente, no en el gimnasio”.
El escritor no se refiere a ejercicios mentales, distracciones temporales que preservan la agilidad del pensamiento, sino a la actitud con la que afrontamos distintas situaciones. Podemos ser víctimas, quejarnos de que nuestra piel cae más rápido de lo que quisiéramos o de las articulaciones adoloridas; o podemos aceptar las incertidumbres de la edad sin rendirnos ante ellas. Y no se trata de dar un giro radical hacia una nueva forma de pensar, sino de ir haciendo pequeños cambios. En lugar de quejarnos, racionalizar las situaciones que nos hacen reaccionar. Reconocer las molestias temporales, como eso, y forzarse a seguir adelante para encontrar satisfacción en el recorrido hacia una edad más avanzada.
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Belleza natural, envejecimiento digno
No se trata de vivir más tiempo, sino también de vivir mejor, disfrutando de las cosas que amamos hacer por más tiempo. Además de las recomendaciones vinculadas con los cuidados de la piel, como mantener la protección solar, la hidratación de la piel; cuidar nuestros dientes, y visitar al oftalmólogo, entre otros cuidados médicos de rutina; la Fundación para la Salud en Envejecimiento de la Sociedad Americana de Geriatría comparte recomendaciones esenciales para envejecer bien. Algunas de ellas exploran distintos aspectos que podemos revisar cuanto antes.
En primer lugar, se enfoca en la alimentación. En la medida que nos hacemos mayores necesitamos menos calorías, pero sí nutrientes. De manera que incorporar variedad de vegetales, frutas de diferentes colores es una gran idea, así como limitar la carne, los lácteos muy grasos, y sumar pescados ricos en Omega 3.
Disfrutar de un buen brindis, pero con moderación. Siempre es bienvenida una copa de vino, más conociendo las muy divulgadas bondades de este líquido, pero esto no quiere decir exagerar, porque en lugar de ayudarnos, sería contraproducente.
Cuidar el sueño, procurando dormir bien y descansar realmente. Asimismo, disfrutar del sexo responsablemente. La edad no nos exime de contagiarnos de enfermedades de transmisión sexual.
Además, mantenernos activos, aunque estemos retirados. Si no trabajamos, se aconseja aprender algo nuevo, ser parte de un club de lectura o debates, ofrecer asesorías. La experiencia y el conocimiento hoy tienen mucho valor.
En este sentido, también se invita a afrontar los desórdenes emocionales. La organización comparte que, aproximadamente uno de cada cinco adultos mayores sufren de depresión o ansiedad. No lo dejemos pasar. Hablemos de lo que sentimos. La tristeza, el cansancio, la desmotivación son señales de alarma, y existen tratamientos muy eficientes para combatir estos estados.
La salud, el bienestar son valiosos, mucho más cuando podemos compartirlos con nuestros seres queridos, nuestro entorno. Cuando apreciamos cada momento que nos brinda la vida para estar bien, irradiamos belleza y serenidad, sin importar el número que marque el calendario.