Ana Martin, la leyenda de TV que ha conquistado Internet con sus fotos candentes y algo más

Ana Martin es una de las figuras más extraordinarias que hay en la farándula mexicana, no solo por su talento — que a lo largo de más de cincuenta años ha sido notorio — sino también por su personalidad, que, para ser descrita en una palabra, es única.

Nacida en la Ciudad de México con el nombre de Ana Beatriz Martínez Solórzano, el 14 de mayo de 1946 — jamás ha ocultado su edad, de hecho, la enorgullece—, creció en el vecindario de San Cosme. Su nacimiento fue controversial porque sus padres, el célebre comediante y satirista político Jesús Martínez "Palillo" y su madre, la nicaragüense Hilda Solórzano, no estaban casados.

Esta circunstancia dio pie a que el cura de la parroquia local no quisiera bautizarla estando recién nacida; al ver que esto pasaba, su padre invitó a Agustín Lara y Toña "La Negra", dos grandes personalidades de aquél tiempo, a presentarse en la iglesia como sus padrinos. Esto, según cuenta la legendaria anécdota, hizo que el cura de marras quedara atónito y aceptara realizar el bautizo sin mediar palabra.

Y es que en la vida de la protagonista de 'El pecado de Oyuki' —que aún hoy, ajustada con la inflación, sigue siendo la telenovela más cara que ha producido Televisa — abundan este tipo de anécdotas coloridas y deslumbrantes; en parte por sus raíces y en mayor parte, por su personalidad carismática y desprovista de complejos o hipocresías.

Deseosa de seguir los pasos de su padre, quiso Ana estudiar actuación. "Palillo", quien pese a ser poco convencional en su carrera y en su vida (procreó 12 hijos con distintas mujeres), era bastante conservador en lo relacionado con su hija, le dijo que no la apoyaría si lo hacía y no le daría un peso para estudiar arte dramático.

Ana, que nunca le ha hecho ascos a los retos, le dijo que ella solita se pagaría los estudios y aprovechando que conocía a un fotógrafo profesional, comenzó a modelar en fotofija para catálogos de moda, tiendas de telas y almacenes departamentales; esto la llevó a participar en concursos de belleza, y así llegó, a los 17 años, al concurso de Miss World 1963, de donde fue descalificada por ser menor de edad.

Esto no obstó para que Ana — o "Miss Martin", como la conoce su cada vez mayor número de fans —ganara en dos competencias antes de que los jueces cayeran en cuenta de su error. A su regreso a México, los productores de cine comenzaron a ofrecerle trabajo, precisamente por la publicidad generada por el certamen. De este modo comenzó a hacer pruebas de cámara en los estudios Churubusco y con lo que ganó con su primera aparición en la película "El Gángster" (realizada en 1964) comenzó a pagarse estudios de danza, arte dramático, dicción y hasta pantomima.

Actriz preparada y muy celebrada, Ana Martin pronto incursionó en las telenovelas y de la mano de Ernesto Alonso hizo su debut en 'Mi destino eres tú' y fue compaginando sus apariciones en la pantalla chica con participaciones en cine y teatro.

Arturo Ripstein, el aclamado director, la llevó en dos de sus mejores filmes; 'Cadena Perpetua' y 'El lugar sin límites', por los que fue aclamada por la crítica, mientras lograba su primer protagónico en TV con el melodrama 'Muchacha de barrio', en el que la acompañaba Humberto Zurita, y que tuvo tanto éxito que fue cambiada de la barra vespertina, al horario nocturno.

A partir de ese momento, se convirtió en una auténtica reina de las telenovelas y encabezó los repartos de grandes éxitos como 'Gabriel y Gabriela' —una adaptación del cómic de Yolanda Vargas Dulché, que fue tan popular que arrasó con rating, y gracias a la cual grabó su único disco LP con el tema de la telenovela—, la notable 'La pasión de Isabela' (ambientada en los años 40) y la antes mencionada 'Oyuki', que pese a sus valores de producción (ella misma la produjo) no fue tan exitosa y eso la apartó de las pantallas por ocho años, en los que se dedicó al teatro y a llevar una vida personal más privada, hasta volver a fines de los 90 en roles de soporte en los que se ha destacado hasta ahora, usualmente como una madre ideal (aunque en la vida real no tuvo hijos).

De hecho es precisamente su vida privada sobre la que comenzó a tuitear en estos días, lo que la convirtió en tendencia alrededor del mundo, dando una sacudida a su carrera. Con franqueza desarmante, Ana habló acerca de por qué nunca tuvo relaciones a largo plazo, si bien tuvo muchos romances de alto perfil que fueron tan candentes como fugaces con actores y cantantes como se reportó en los 70, siendo vinculada con Fernando Allende, Humberto Zurita, el célebre Rigo Tovar y algunos más cuyos nombres se han mantenido ocultos o solo pertenecen al terreno de la especulación.

De acuerdo con sus declaraciones, Ana siempre ha sido partidaria del amor libre y de que, al terminar la pasión también debe terminar la relación. Esto, expresado con tal candidez, le resultó en una lluvia de tuits de apoyo, que su número de seguidores aumentara exponencialmente, lo cual la ha convertido en reina de las redes, al menos por unos días.

¿Será esto benéfico para la carrera de Ana Martin? ¡Ojalá! Porque se trata de una actriz espléndida, que merece mucho más reconocimiento del que tiene y que ha demostrado, con creces, por qué es una leyenda viviente. Y que su feed de Twitter es definitivamente la cuenta a seguir porque ¡nunca decepciona!

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