La actriz de ‘Crepúsculo’ que dejó el cine por un negocio exitoso y amable con el mundo

Nikki Reed dio vida a la vampira Rosalie Hale en la saga de películas de Kristen Stewart y Robert Pattinson

Nikki Reed, que dio vida a Rosalie Hale en Crepúsculo, junto a Kristen Stewart en la promoción de la película en 2008  (Foto: Bobby Bank/WireImage via Getty Images)
Nikki Reed, que dio vida a Rosalie Hale en Crepúsculo, junto a Kristen Stewart en la promoción de la película en 2008 (Foto: Bobby Bank/WireImage via Getty Images)

Nikki Reed fue una de las estrellas de la saga Crepúsculo, el fenómeno vampírico y romántico de Robert Pattinson y Kristen Stewart que a tantos corazones conquistó a finales de la década de los 2000. Se encargó de interpretar a Rosalie Hale, la que fue pareja de Emmett Cullen, uno de los hermanos adoptivos de Edward. Fue uno de los roles esenciales en las dinámicas que Bella Swam mantenía con esta familia sobrenatural, puesto que ejerció de contrapunto a la admiración que todos sentían hacia la pareja del personaje de Pattinson, sintiendo celos y peligro ante que una humana sepa de la existencia de vampiros.

Llegó a la franquicia gracias a la buena relación que mantenía con Catherine Hardwick, la que fue directora de la primera entrega y con quien ya trabajó en 2003 en el drama adolescente A los trece, su debut como actriz y uno de los trabajos más admirados de la carrera de la cineasta, a quien también ayudó con el guion. Ya en 2005 volvieron a coincidir en Lords of Dogtown, por lo que inevitablemente Hardwick no pudo evitar recomendarla cuando se conformó a la familia Cullen para Crepúsculo. Sin embargo, el éxito de estas películas no le benefició todo lo que hubiera querido.

Al interpretar al personaje más arisco e intenso de los Cullen, que ya de por sí destacaban por su aura misteriosa, hizo que la industria la encasillara en papeles enérgicos y oscuros en géneros como el thriller. Trabajó con Bruce Willis y Forest Whitaker en Catch .44, con Stephen Lang y Ray Liotta en Jugada Cruzada o con Dwayne Johnson y Liam Hemsworth en El Robo más Grande de la Historia, títulos que no sobresalieron en calidad, pasaron desapercibidos y donde solo interpretaba papeles secundarios.

Como consecuencia, su carrera se fue apagando y en la segunda mitad de la década de 2010 solo accedió a papeles menores en cintas que no dejaron huella alguna. Con el tiempo desistió y tomó la cruda decisión de alejarse de la interpretación, aunque lo hizo con un objetivo muy noble en mente, un propósito vital siempre ha perseguido y que tras abandonar Hollywood se convirtió en su nueva meta profesional.

Como contó en algunas de las entrevistas que hizo en la promoción de Crepúsculo, siempre ha sido una persona muy consciente con el medio ambiente, el bienestar animal o la igualdad de condiciones en entornos educativos y laborales. Por esta razón, su foco pasó del cine a una misión empresarial para promover prácticas sostenibles en productos habitualmente perjudiciales para el planeta, como la alta joyería. En 2017 creó una empresa llamada Bayou with Love con el objetivo de vender online joyas producidas por métodos ecológicos, sin embargo, el negocio fue tan bien que un año más tarde abrió una tienda física en Los Ángeles y dejó por completo su trabajo como actriz.

Nueva carrera profesional comprometida con el planeta

La clave del éxito la encontró en su filosofía de huir del elitismo y hacer accesibles sus productos a todo tipo de consumidores. Aunque producir con sostenibilidad es habitualmente más caro, su intención no era maximizar beneficios, sino promover el desarrollo ecológico y publicitar que se puede crear alta bisutería sin recurrir a la minería extrema con máquinas pesadas o explosivos que dañen el medio ambiente. “Siento que es mi deber moral y también mi mayor alegría poder compartir eso con otras personas”, contaba en una entrevista para People.

"Por un lado, es una decisión audaz porque fijar los productos sostenibles a un precio más bajo o a un precio muy competitivo alimenta la idea errónea de que cuestan menos", explicaba sobre su decisión de apostar por precios populares, por vender joyas como diamantes con costes entre los 70 y 1,000 dólares. “Lo entiendo. Pero, por otro lado, sentí que la educación y la misión está por encima de las ganancias, porque creo que si las personas pueden tocar, ver y sentir estas cosas en persona, adoptarán el mensaje de que la sostenibilidad y el lujo pueden convivir".

Pero su nueva vida profesional no acaba aquí, porque, si observamos sus redes sociales, se puede ver que también diseña ropa sostenible para otras marcas, utiliza los muchos seguidores que ganó en su etapa en Hollywood para llegar a acuerdos publicitarios y promocionar productos ecológicos y, además, se permite el lujo de realizar labores de fotografía, uno de sus mayores hobbies, y organizar exposiciones con sus trabajos.

En cuanto su vida personal, vive feliz casada con el actor Ian Somerhalder, el también vampiro en Crónicas Vampíricas con quien se unió en matrimonio en 2015. En mayo de 2017 tuvieron a su primera hija y el pasado 2023 dieron la bienvenida a un nuevo niño, por lo que todo parece marchar sobre ruedas en la familia.

Por lo demás, no tiene proyectos a la vista con los que recuperar su antigua carrera como actriz, que la dejó de lado tras la serie V-Wars en 2019, precisamente otro proyecto vampírico que compartió junto a su marido. Aunque viendo lo bien que marchan las cosas en su nueva vida, la de empresaria exitosa entregada a sus compromisos ecológicos, es entendible que mantenga los focos y la fama de Hollywood apartados.

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