Cuando George Clooney le cortó las alas a Leonardo DiCaprio para ganar el Oscar

Leonardo DiCaprio debe una buena parte de su éxito a Martin Scorsese. Sus colaboraciones dieron lugar a algunas de las más aclamadas interpretaciones de la estrella de Titanic y varias de ellas se saldaron con nominaciones al Oscar, como fue el caso de El aviador o El lobo de Wall Street. No obstante, tanto el actor como el director también llevaron rechazos bastante chocantes a nivel académico, como el que ocurrió cuando en 2010 estrenaron La isla siniestra, uno de sus trabajos más aclamados por crítica y taquilla que, sin embargo, terminó la carrera de premios no obteniendo ni una sola nominación a los Oscar u otros premios de prestigio. Y lo curioso es que fue debido a que uno de los éxitos de George Clooney interfirió en su campaña promocional.

Debemos remontarnos a 2009, cuando Paramount Pictures, el estudio tras La isla siniestra, fijó la fecha de estreno para otoño de dicho año. Debido a su cercanía a las galas de premios, era una posición idónea para una película que aspiraba a ser una de las sensaciones de los Oscar de 2010, pudiendo presentarse a los muchos festivales de cine que acontecen en esta época y generar conversación, publicidad y críticas favorables en medio de los procesos de votación. Pero la recisión económica vivida en aquella época, de la que los estudios de Hollywood no fueron ajenos, hizo que todo el plan de lanzar Shutter Island a los Oscar se fuera al traste.

Por la crisis, Paramount, propiedad de Viacom, se vio obligada a recortar costes y a no poder promocionar todo lo que hubiera querido sus películas para la temporada de premios. Pese a que La isla siniestra y los nombres de Martin Scorsese y Leonardo DiCaprio eran una apuesta segura, su decisión pasó por dejarla de lado y priorizar otros dos títulos en los que tenía más confianza. Uno de ellos fue para The Lovely Bones de Peter Jackson, con el que finalmente lograron el Oscar a Mejor Actor de Reparto para Stanley Tucci, pero su mayor apuesta se la llevó Amor sin escalas, la comedia dramática protagonizada por George Clooney bajo la dirección de Jason Reitman, el director de Juno.

Reitman, tras lo bien recibidas que fueron Gracias por fumar y Juno, se erigía como una de las voces más frescas y prometedoras de Hollywood, por lo que con una estrella como Clooney al frente las posibilidades de que la Academia le diera su beneplácito eran altas. Y casi lo mismo con la cinta de Jackson, un director que tras arrasar en 2003 con los 11 estatuillas para El señor de los anillos: El retorno del rey no se podía dejar de lado. Así, sin poder destinar más dinero a promocionar La isla siniestra, Paramount tomó la decisión de retrasar su estreno a febrero de 2010, una fecha sin competencia alguna en la taquilla pero que la dejaba fuera de ser elegida para la edición de los Oscar de ese año.

“Nuestra lista de candidatos para 2009 recibió luz verde en un clima económico muy diferente y, como resultado, debemos permanecer flexibles y dispuestos a recalibrarnos y adaptarnos a un entorno cambiante”, afirmó Paramount en un comunicado publicado por medios como Deadline. “Esta es una situación que enfrentan todos los estudios mientras todos superamos las presiones financieras asociadas con la recesión más amplia”.

“Leonardo DiCaprio se encuentra entre los actores más talentosos de la actualidad y Martin Scorsese no es sólo uno de los cineastas más importantes del mundo, sino también un amigo personal”, continuaba el escrito. “Después de un 2009 de gran éxito, tenemos plena confianza en que La isla siniestra es un gran anzuelo para iniciar nuestra lista de 2010 y el cambio de fecha es la mejor decisión para la película, el estudio y, en última instancia, Viacom”.

La estrategia les salió redonda. Amor sin escalas, con su entrañable historia de un hombre de negocios experto en despidos y sin ninguna motivación vital a la que aferrarse, conquistó a la crítica y empezó a arrasar con galardones al Mejor Guion Original para Reitman y al Mejor Actor para George Clooney entre diferentes asociaciones y galas de premios. En taquilla, con un reducido presupuesto de solo 25 millones de dólares, se convirtió en uno de los éxitos de la temporada y logró amasar una buena rentabilidad con 166 millones, lo que también fue un potenciador para que la Academia de Hollywood la tuviera en cuenta y la premiara con hasta seis nominaciones a los Oscar, incluida la de Mejor Película.

Con The Lovely Bones se llevaron un chasco a raíz del fuerte rechazo crítico, pero los recursos invertidos por Paramount llevaron a Stanley Tucci a levantar el Oscar al Mejor Actor de Reparto y a Saoirse Ronan a ganar premios como el Critic Choice Award. Todo un reclamo para potenciar las ventas futuras de la película, cuyo funcionamiento en taquilla se quedó a medio gas con solo 93,6 millones.

La isla siniestra, con la nula competencia de películas de cine adulto y académico de febrero, terminó convirtiéndose en la película más taquillera de Martin Scorsese con 294,8 millones de dólares. Y no solo eso, ya que el director volvió a llevarse halagos y la crítica volvió a caer rendida a Leonardo DiCaprio, del que en medios como The New York Post destacaron su interpretación “enloquecida” o The Mercury News, incluso publicando que “canaliza inquietantemente” a iconos del cine negro como Richard Widmark.

Desde luego, un título con todas las papeletas de arrasar en los Oscar y conseguir al menos nominaciones en las categorías principales, incluida la de Mejor Actor para DiCaprio. Sin embargo, el estreno en febrero de 2010 hizo muy complicado que La isla siniestra se mantuviera en la conversación hasta finales de año, donde se concentran todos los filmes potentes que buscan generar conversación en medio de las votaciones a premios.

El resultado, en este sentido, fue catastrófico, puesto que La isla siniestra se convirtió en la primera colaboración entre Martin Scorsese y DiCaprio en no obtener ni una sola nominación al Oscar. Ni siquiera los Globos de Oro, los BAFTA u otros galardones de prestigio en sus galas de 2011 se hicieron eco de la película, y, en gran medida, fue culpa de la decisión de Paramount del año anterior de dar prioridad a George Clooney, Amor sin escalas y la fallida cinta de Peter Jackson por encima de este inquietante thriller del responsable de Taxi Driver.

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