'Misión Imposible 7' esconde en sus entrañas el miedo de Tom Cruise

Tom Cruise y Vanessa Kirby en Misión Imposibles: Sentencia mortal - Parte 1 de Paramount Pictures y Skydance.
Tom Cruise y Vanessa Kirby en Misión Imposibles: Sentencia mortal - Parte 1 de Paramount Pictures y Skydance.

Realizar Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1, la séptima de las aventuras de altos vuelos de Ethan Hunt, no ha sido un camino de rosas para Tom Cruise. La pandemia del COVID-19 puso Hollywood patas arriba y sacar adelante un proyecto de tal calibre no fue tarea fácil, sobre todo por los contagios, medidas de contención y las paralizaciones a las que se vio abocado el rodaje. Pero también entró en juego el cambio de paradigma en la industria que trajo consigo la crisis sanitaria, donde el streaming le ganó terreno al cine en salas.

Pese a la situación, Cruise se mantuvo más firme que nadie en su defensa de la experiencia en la gran pantalla, actitud que tuvo su recompensa cuando Top Gun: Maverick se convirtió en uno de los mayores fenómenos de la taquilla reciente el pasado 2022. Sin embargo, el miedo a los cambios o los dilemas de los avances tecnológicos en Hollywood no parece haber abandonado la cabeza del responsable de Misión Imposible, o eso nos da a entender este último capítulo de la franquicia, desarrollado en medio de la incertidumbre que ha asolado la industria en estos últimos años.

Solo hay que fijarse en el argumento que propone Sentencia Mortal – Parte 1, donde Ethan Hunt se enfrenta a uno de los villanos más fuera de norma de la franquicia: una Inteligencia Artificial con un algoritmo capaz de predecir todo movimiento humano y desatar el caos mundial. En este sentido, la película apuesta por mucha verborrea sobre tecnología, los peligros de las máquinas o sobre cómo casi sin pretenderlo nuestra vida y decisiones pasan a estar controladas por agentes externos.

Precisamente, si llevamos estos debates al terreno de las plataformas de streaming y su tecnología, a cómo las muchas ventajas de los servicios de suscripción han hecho que nos acomodemos en un modelo de consumo regido por algoritmos, es notorio que Tom Cruise y su equipo pretenden reflexionar sobre la deriva a la que se dirige la industria y dejar entrever sus miedos. Y es que, al igual que ocurre con el villano de la película, son las propias plataformas quienes a través de los datos de nuestros hábitos de visionado deciden el contenido que sugerir y producir, haciendo que nuestras decisiones personales se diluyan ante el control de la tecnología y acabemos inmersos en un mundo audiovisual desprovisto de potencial y personalidad.

Ante ello, es difícil no ver la artesanía de la acción de Misión Imposible: Sentencia Mortal como antídoto a la monotonía del consumo masivo, los productos genéricos y las fórmulas prefabricadas a las que nos ha conducido el modelo tecnológico actual. Solo hay que fijarse en que Cruise y el director Christopher McQuarrie han mirado a los orígenes de la franquicia, a un estilo fílmico propio del Brian de Palma de la primera entrega con un clasicismo que se impone a la artificialidad de la acción que asola los blockbusters actuales, mayormente planteados para rellenar catálogo y atraer suscriptores que en ofrecer espectáculos de primer nivel.

Queda claro en la elegancia que impregna todo el tramo en Italia o en la secuencia final del tren, que precisamente nos recuerda al final sobre raíles de la Misión Imposible de 1996. Es decir, un espectáculo clásico en el sentido más amplio de la palabra que nos hace ver la acción como pocas veces hemos visto en los últimos años en la gran pantalla. 

Una producción casi extinta en el modelo actual que nos hace valorar todas las posibilidades que ofrece la experiencia en salas y con la que Tom Cruise vuelve a sentar un golpe sobre la mesa en su guerra contra el streaming.

Hayley Atwell y Tom Cruise en Misión Imposibles: Sentencia mortal - Parte 1 de Paramount Pictures y Skydance.
Hayley Atwell y Tom Cruise en Misión Imposibles: Sentencia mortal - Parte 1 de Paramount Pictures y Skydance.

Además, aunque por el contexto en el que fue desarrollada solo podamos hablar de este cambio de paradigma entre salas y streaming, es realmente curioso que llegue a los cines cuando Hollywood se enfrenta a una huelga de guionistas (y potencialmente de actores también) en la que, entre varias medidas, se exige un control sobre la Inteligencia Artificial en los procesos creativos. Y es que, en estos tiempos donde la tecnología avanza a pasos agigantados y apenas nos da tiempo a asumir sus virtudes y deficiencias, es normal que estas historias afloren y nos dejen entrever que hasta las grandes estrellas tienen sus dilemas y miedos respecto a esta deriva.

En el caso de Tom Cruise no era ningún misterio, porque su cruzada por defender las salas y la experiencia clásica de un Hollywood en pleno proceso de extinción nos lo dejó bien claro con Top Gun: Maverick. Pero con Misión Imposible: Sentencia mortal – Parte 1 parece ir un paso más lejos y motivarnos desde la propia evasión de la película a que no caigamos en las garras de algoritmos e inteligencias artificiales que tantas virtudes parecen haber traído a nuestras vidas pero que, en el fondo, nos han despojado de muchas otras.

Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.

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