El empresario Carlos Vasallo demanda a Google y YouTube por piratear películas mexicanas
YouTube, el sitio web número uno para compartir vídeos, fue adquirida en 2006 por Google y ahora opera como una filial de la compañía; sin embargo, ya se ha enfrentado a varias controversias en su historia, una de las más sonadas fue cuando cambió sus políticas de monetización, con lo que afectó a miles de canales y personas que se dedicaban de lleno a ser “youtubers”. Ahora, Bloomberg informa (vía El Financiero), que Google y YouTube enfrentan una demanda por piratería en un tribunal federal de Florida.
La demanda fue interpuesta por el productor español Carlos Vasallo, quien asegura que tiene la “colección más grande del mundo” de películas mexicanas y latinoamericanas. De acuerdo con Vasallo, YouTube piratea sus largometrajes para generar tráfico y recibir ingresos, pero no ha pagado licencia por ellos. La demanda fue presentada este lunes 3 de mayo en el Tribunal de Distrito de Estados Unidos para el Distrito Sur de Florida.
Vasallo fue esposo de la actriz mexicana Susana Dosamantes, madre de la cantante Paulina Rubio; también es el presidente y CEO de la compañía América CV Network, propietaria de los canales América TeVé, TeVeo y Radio Caracol. Posee más de 3,000 películas producidas en México entre 1930 y 2010.
Los filmes producidos en el periodo mencionado anteriormente, abarcan la Edad de Oro del Cine Mexicano, donde destacaron grandes directores como Luis Buñuel, Emilio Fernández e Ismael Rodríguez, y actores como Pedro Infante, María Félix y Dolores del Rio. Cuando terminó esa era del cine mexicano a finales de 1960, la industria comenzó su decadencia, pero entre la década de 1990 y la primera década del nuevo siglo tuvo un resurgimiento y varios cineastas, dentro y fuera del país, han logrado reconocimiento y galardones de numerosos festivales de diferentes países.
Gracias a Internet y a la llegada de plataformas como YouTube y los nuevos servicios de streaming, millones de personas alrededor del mundo tienen a su alcance obras cinematográficas de gran calidad, a las cuales en otro tiempo era muy difícil tener acceso. Dejando a un lado aquellas que todavía cuentan con derechos de autor, hay mucho material libre de derechos, los clásicos del séptimo arte de las primeras décadas del siglo XX ya no son exclusivos de los coleccionistas de DVDs, o de las galerías de arte y espacios culturales, así que podemos seguir disfrutando sin remordimiento de todo aquello que legalmente puede ser apreciado en todo el mundo.
La distribución ilegal de películas y series es combatida y, en ocasiones, los sitios actúan rápidamente para eliminar aquellas obras que infringen las condiciones de uso. Hubo un tiempo, hace sólo diez años, en el que la piratería no era combatida en Internet de manera eficaz y bastaba con escribir el nombre de la más reciente película, más la palabra “online” y tenías numerosas opciones para elegir, ahora se ha vuelto más complicado, en parte por el surgimiento de la ley SOPA (Stop Online Piracy Act), que se aprobó el 26 de octubre de 2011 en Estados Unidos.
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