Depresión perinatal, el terrible dolor que padeció Britney Spears y que muchas mujeres todavía callan
Britney Spears sigue siendo noticia. Recientemente publicó un post en su cuenta de Instagram sugiriendo que está esperando su tercer hijo, el primero con su prometido Sam Asghari, de 28 años. Aunque la redacción del texto es bastante confusa, y así lo han manifestado los fanáticos y seguidores de la cantante, quienes se mostraron preocupados por no comprender el mensaje de la publicación.
Haciendo referencia a sus recientes vacaciones en Maui escribió que perdió mucho peso para irse de viaje y lo recuperó, con lo cual se preguntó qué le pasó a su estómago. "Mi esposo dijo '¡¡¡No, estás embarazada tonta!!!' Así que me hice una prueba de embarazo", escribió Spears.
Y añadió: "obviamente no saldré tanto debido a que los papagayos me sacaron su dinero como desafortunadamente ya lo han hecho... es difícil porque cuando estaba embarazada tuve depresión perinatal".
En un texto lleno de emojis se abrió con relación a este punto específico: y es que la depresión perinatal, que comprende la que ocurre durante y después del embarazo, es un trastorno que sufren muchas mujeres.
"Tengo que decir que es absolutamente horrible... las mujeres no hablaban de eso en ese entonces... algunas personas consideraban peligroso si una mujer se quejaba así con un bebé dentro... pero ahora las mujeres hablan de eso todos los días… Gracias a Jesús que no tenemos que mantener ese dolor como un secreto reservado y apropiado… ¡¡Esta vez haré yoga todos los días!!! Difundiendo mucha alegría y amor!!!”
Más allá del embarazo de la popularmente llamada Princesa del Pop, es necesario destacar que la depresión perinatal es una realidad que debe ponerse en el tapete para explorarla y superarla.
En mi caso, ya hace 20 años, tenía un profundo sentimiento de desolación, a veces desesperación, y también una sensación de insuficiencia como madre. Sentía que no podría encargarme de ese bebé. Sentía tristeza y estaba agotada.
Afortunadamente, la psicólogo que veía desde los cursos prenatales pudo guiarme por el camino correcto y al cabo de un mes, con el apoyo de mi familia, ya me había recuperado por completo. Se fue la angustia que ella describió como baby blues, un conjunto de cambios emocionales leves que no se extienden por más de unas dos semanas después de dar a luz y que son muy frecuentes. Si estos no ceden en el tiempo, se considera que se puede estar dentro de una depresión posparto, la cual amerita que busquemos ayuda profesional.
El oscuro camino de la depresión
El Instituto Nacional de Salud Mental describe la depresión perinatal como un trastorno del estado de ánimo que puede afectar a las mujeres durante el embarazo y después del parto y que la palabra perinatal recoge estos dos periodos. “La depresión perinatal incluye aquella que comienza durante el embarazo (llamada depresión prenatal) y la que comienza después del nacimiento del bebé (llamada depresión posparto). Las madres con depresión perinatal experimentan sentimientos de extrema tristeza, ansiedad y fatiga que pueden dificultar que realicen sus tareas diarias, incluidos el autocuidado o el cuidado de los demás”.
Aunque Spears dice en su texto que antes no se hablaba del tema, aún se considera tabú. La doctora Rachael Rohaidy, psiquiatra de Baptist Health asegura que aunque una de cada nueve madres sufre esta condición, no es algo que toda mamá quiera admitir, por lo cual es muy importante tener una discusión abierta al respecto sobre todo porque es mucho más común de lo que se piensa.
Cifras de un estudio publicado en la Revista Médica Clínica Las Condes señalan que “aproximadamente un 10 a 15% de las mujeres desarrollan una depresión postparto, siendo el trastorno psiquiátrico más común en el puerperio. En primíparas (mujeres que dan a luz por primera vez) la incidencia puede ser aún mayor (12 a 25%) y en algunos grupos de riesgo puede llegar al 35%”.
Las causas de este tipo de depresión reposan en diversos factores, que nada tienen que ver con la raza, la edad, la situación económica, o la educación. Más bien se relacionan con factores genéticos y del entorno. Por ejemplo, sufrir de estrés, sea relacionado con la vida laboral o con experiencias traumáticas del pasado; las exigencias que suponemos que se nos hacen sobre tener hijos y cuidarlos, pero también influye que tengamos antecedentes familiares o personales de depresión o trastornos mentales. A esto se le suman los cambios hormonales que ocurren a lo largo de todo el embarazo y después del parto.
Para reconocerla, se explica en el manual generado por el Instituto Nacional de Salud Mental que son frecuentes síntomas como la irritabilidad, fatiga y disminución anormal de energía, inquietud, dificultades para dormir, tener sentimientos de culpa, falta de esperanza o impotencia, dificultad para tomar decisiones, dudas constantes sobre las capacidades de cuidar al bebé que está por nacer o el recién nacido, tristeza, ansiedad y sensación de vacío persistente, dolores corporales y de cabeza que no se alivian con tratamiento, problemas para generar vínculos afectuosos con el bebé, y pensamientos sobre la muerte, entre otros.
Hay solución
Aunque una persona que está pasando por esta circunstancia puede sentir que, tal como dice Britney, todo es absolutamente horrible, es necesario que su entorno la ayude a comprender que necesita ayuda. El ginecobstetra puede reconocer estos síntomas y remitir a la paciente a un psiquiatra o psicólogo para que reciba el tratamiento adecuado cuanto antes.
La doctora Rohaidy explica que es muy importante tratar de consultar al médico antes los síntomas puesto que “cualquier cosa que sienta la madre, el niño también lo siente cuando está en el útero”, e incluso se podría afectar su desarrollo o provocar un parto prematuro.
Además, menciona que el tratamiento debe ser personalizado y recetado por un experto, y que no contempla exclusivamente medicamentos, sino también otro tipo de terapias como de conversación o de grupo, terapia de comportamiento cognitivo, asesoría en cuanto a nutrición, y cualquier otra cosa que de manera holística pueda aportar para complementar.
La especialista señala que es muy importante que las madres no solamente mantengan una alimentación equilibrada, sino también una correcta hidratación, actividad física adecuada y buenos hábitos de sueño.
Prevención
Se han desarrollado varias investigaciones con fines preventivos, pero sobre todo, de que pueda reconocerse cuanto antes esta condición y así evitar sus consecuencias en el desarrollo del bebé y de su relación con la madre.
Un artículo publicado en Clínica y Salud, aglutina varias investigaciones que tienen en común la misma propuesta de prevención: la importancia de hacer un buen cribado prenatal, que consiste en pruebas de población para identificar a las embarazadas de alto riesgo en relación a distintas circunstancias.
Además, la psiquiatra Ibone Olza, en un artículo publicado por el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal recomienda algunas acciones directas y prácticas para prevenir la aparición de esta afección.
Dormir y descansar todo lo que se pueda.
Ser consciente de la importancia de darnos tiempo. Todo lo que nos angustia, pasará.
Pedir apoyo y ayuda a nuestros familiares y allegados.
Encontrar a otras madres para compartir las vivencias.
Salir a pasear, tomar el sol con prudencia.
Ejercitarnos suavemente caminando o haciendo suaves estiramientos.
Evitar compararnos con otras madres.
Simplificar la vida, por ejemplo preocuparse por la limpieza del hogar no suma.
Mientras Britney lanza nuevas pistas acerca de su posible embarazo, esperemos que realmente pueda prevenir la reaparición de la depresión perinatal, y sobre todo que sirva de voz para difundir aún más detalles sobre esta afección y sobre la importancia de la salud mental.