Disney dejó su huella en 'Juego de Tronos' con una oscura película de dragones

ATLANTA, GEORGIA - 23 DE ABRIL: El autor y guionista de 'Juego de Tronos' George R.R. Martin asiste a los Image Film Awards 2023 durante el Festival de Cine de Atlanta 2023 en The Fox Theatre, 23 de abril de 2023 en Atlanta, Georgia. (Foto de Paras Griffin/Getty Images)
ATLANTA, GEORGIA - 23 DE ABRIL: El autor y guionista de 'Juego de Tronos' George R.R. Martin asiste a los Image Film Awards 2023 durante el Festival de Cine de Atlanta 2023 en The Fox Theatre, 23 de abril de 2023 en Atlanta, Georgia. (Foto de Paras Griffin/Getty Images)

Cuando pensamos en el cine de fantasía de los '80 nos vienen a la mente películas como Laberinto, El cristal encantado, La historia sin fin, Excálibur o El hechizo del halcón, entre muchos otros clásicos que se quedaron grabados en nuestra memoria y que nunca faltan en la conversación social al hablar de las cintas de dicha década. Pero, aunque su ruido fuera menor, entre la producción de esta época también encontramos auténticas joyas ocultas del género que en su día corrieron una suerte comercial terrible y que quedaron relegadas al olvido, como el caso de El verdugo de dragones de Disney.

Se trata de una cinta escrita y dirigida en 1981 por Matthew Robbins, habitual colaborador del cine de Guillermo del Toro conocido por guiones como Mimic, La cumbre escarlata o la reciente Pinocho. Su historia, una fantasía medieval de magia, dragones, princesas y héroes, seguía las aventuras de un aprendiz de mago en su enfrentamiento contra una temible criatura que está creando el caos en un reino, donde el rey se limita a sacrificar jóvenes vírgenes ante la bestia para evitar que el caos se extienda por sus dominios.

Pese a erigirse como una producción familiar de la compañía de Mickey Mouse, lo cierto es que hablamos de una cinta tremendamente oscura con giros que dejarían a cualquier padre o niño desconcertado. Su realización se sitúa en medio de la etapa experimental y adulta que vivió Disney en los '80, cuando en su intención de abrirse a un público más maduro se adentraron en géneros como el terror sin abandonar su habitual enfoque para todos los públicos. Esto generó cintas tétricas para el target familiar y demasiado infantiles para el adulto, dando como resultado una sucesión de fracasos en taquilla que llevaron a la compañía del ratón a una de sus peores crisis. Sin embargo, no puede negarse que de toda esta producción salieron algunas de sus películas más extrañas y reivindicables, como ocurre con El verdugo de dragones.

Su ambientación tan extremadamente lúgubre, las terroríficas escenas de los sacrificios al dragón o el diseño tan pavoroso de la criatura, merecen estar en la cima de la fantasía de los '80. De hecho, autores como George R.R. Martin, quien por Juego de Tronos bien sabemos que adora todo toque macabro y retorcido en la ficción medieval, la sitúa entre sus películas fantásticas más admiradas de todos los tiempos. Y no solo eso, puesto que se atreve a situarla a la altura de clásicos como El señor de los anillos e incluso de calificar a su criatura, que en la película se la conoce como Vermithrax Perjorative, como “el mejor dragón jamás filmado”.

“Esta fantasía infravalorada de 1981 fue una coproducción entre Disney y Paramount, pero está muy por encima de la mayoría de las películas de acción en vivo de Disney de la época”, contaba Martin sobre El verdugo de dragones en un texto en 2011 para The Daily Beast, donde la posicionaba como su quinta película de fantasía favorita por detrás de El señor de los anillos, La princesa prometida, El mago de Oz y El hechizo del halcón. “Es sorprendentemente oscuro y ofrece algunos agradables giros y vueltas en el camino. Vermithrax Perjorative es el mejor dragón jamás filmado (los dragones de El reinado del fuego están en un segundo puesto cercano) y también tiene el nombre de dragón más genial”.

También dedicaba palabras de admiración para sus personajes y actores, como Ralph Richardson, quien interpretó a uno de los hechiceros que hacía frente al dragón y que era definido por el autor como “el mejor mago cinematográfico de todos los tiempos hasta que Ian McKellan se puso el sombrero puntiagudo”. Además, como es lógico en un escritor tan propenso a los giros sanguinarios y a que adoremos a personajes controvertidos, no podía evitar destacar las muertes tan oscuras que acontecen en El verdugo de dragones ni los grises que hay en sus villanos. “Desde donde se sientan, son los héroes, haciendo lo que se debe hacer para salvar la tierra. Incluso Vermithrax tiene motivos creíbles”, resaltaba.

Por todo ello, no es raro pensar que El verdugo de dragones fue una de las principales influencias de George R.R. Martin para escribir Canción de Hielo y Fuego en los '90, y más aún valorando que en la primera temporada de Juego de Tronos hay una clara referencia a este título de Disney.

En su asociación con David Benioff y D.B. Weiss, Martin incluyó el nombre del dragón de la película durante el arco argumental de los Targaryen en Vaes Dothrak, la ciudad de los Dothrakis. Cuando Viserys, el hermano de Daenerys, le cuenta a Doreah, la sirviente de su casa, sobre los dragones que su familia dispuso en el pasado, habla de una criatura llamada Vermithrax, dragón que nunca se menciona en las novelas de Martin y que, sin embargo, se añadió en la serie como guiño a este título tan amado por el autor de Juego de Tronos.

La pena es que El verdugo de dragones, al igual que muchos otros títulos de la época oscura de Disney, es una de las películas que la casa Mouse tiene guardadas en un cajón y no está disponible ni en Disney+ ni en ningún canal de venta oficial, aumentando más su estatus de cinta infravalorada y extraña cuyo visionado podría calificarse de experiencia insólita. Por ello, creo que es un título que debe tener más reivindicación y ser calificado como el gran clásico de dragones de los años '80 que merece ser.

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