Drew Barrymore explica las duras palabras que le dedicó a su madre y asegura que no le desea ningún mal
Drew Barymore está dolida. La protagonista de E.T. jamás ha dicho que deseara que su madre estuviese muerta. La actriz, de 48 años, ha querido aclarar estas controvertidas declaraciones y ha criticado a los medios que tergiversaron sus palabras y señalaron que deseaba que su madre no estuviese viva. "¿Cómo se atreven a poner esas palabras en mi boca?", se pregunta la actriz, que a pesar de no haber tenido una buena relación con su progenitora, nunca le desearía ningún mal.
"He sido muy vulnerable y he tratado de resolver una relación muy difícil y dolorosa mientras admitía que es difícil de hacer mientras uno de los padres está vivo. Y, para aquellos de nosotros que tenemos que darnos cuenta de eso en tiempo real, no podemos esperar, ya que no pueden esperar el momento, no que el padre esté muerto”, ha querido aclarar.
“No tergiverses mis palabras ni digas nunca que desearía que mi madre estuviera muerta. Yo nunca dije eso. Nunca lo haría, es de locos”, continuó. “De hecho, sigo diciendo [en la entrevista] que desearía nunca tener que vivir una existencia en la que le desearía eso a alguien porque está enfermo”, matiza.
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Su aclaración se produce después de que la actriz de Los Ángeles de Charlie hablara sobre la complicada y problemática relación con su madre, de 77, en una entrevista con la revista New York. Habló de como sus amigos habían podido superar sus traumas después de que sus padres hubiesen fallecido. "Todas sus mamás se han ido, y mi mamá no. Y yo digo, 'Bueno, no tengo ese lujo'. No puedo esperar", pero sus declaraciones no terminaban ahí, sino que en ellas había una explicación. "No quiero vivir en un estado en el que deseo que alguien se vaya antes de lo que debería para poder crecer. De hecho, quiero que sea feliz, prospere y esté sana. Pero tengo que crecer a pesar de que ella está en este planeta", señaló
Cuando Drew saltó a la fama como estrella infantil, su padre, el actor John Drew Barrymore, era un hombre violento y alcohólico y su madre Jaid, su mánager que solía llevarla a las fiestas en Hollywood, incluido Studio 54. A ella no la dejaba tomar azucar pero en cambio sí la permitía consumir sustancias como drogas y alcohol. A los 12 años, la vida de la niña dorada de Holywood ya estaba fuera de control. Un año después, fue internada en un centro de salud mental de California durante un año y medio por voluntad de su madre. Y a los 14, la actriz decidió emanciparse de sus padres y con 25 ya se había divorciado dos veces. A sus 48 años, ha superado sus traumas gracias a muchos años de terapia, es madre de dos niñas y es, además de actriz, presentadora de éxito de su propio programa The Drew Barrymore Show.
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