Durek Verrett, de cerca: nos desvela cómo es su relación con la Familia Real Noruega y su experiencia ‘cercana a la muerte’
La cuenta atrás ha comenzado para Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett. Aunque este jueves arrancaban las celebraciones de su boda, será este sábado, 31 de agosto, cuando la pareja se dé el 'sí, quiero' en una ceremonia nupcial celebrada en Geiranger -un pueblo ubicado en la costa oeste de Noruega-. Un importante acontecimiento para la realeza en el que HELLO! y ¡HOLA! estarán presentes.
La princesa Marta Luisa - la cuarta en la línea de sucesión al trono, como hija de los Reyes Harald V y Sonia-, y su pareja ponen el broche final a una historia de amor que comenzó hace seis años, cuando sus caminos se cruzaron por primera vez.
Para Durek, de 49 años, la importancia del matrimonio es “algo muy espiritual”, y el sanador espiritual californiano nos ha desvelado cómo es su relación con la Familia Real Noruega, pues viene de un mundo completamente diferente. "La familia de Marta ha sido muy comprensiva y cariñosa. Siempre me siento seguro y puedo hablar con ellos de cualquier cosa. No puedo exponer nuestras conversaciones privadas, pero tiene un padre y una madre muy sabios. Y mi futuro cuñado (el príncipe heredero Haakon) ha hablado de lo privilegiado que es el tenerme en su familia, lo cual es realmente conmovedor".
Una experiencia cercana a la muerte
Por otro lado, Durek, procedente de una larga estirpe de espiritistas, principalmente por parte materna, no ha tenido un camino hacia la felicidad fácil, pues ha tenido que superar difíciles afecciones de salud.
"He tenido muchos problemas de tensión arterial y he sido propenso a las infecciones desde niño. Viví en países, como Israel, durante guerras y sufrí abusos físicos de niño. Muchos de estos elementos han deteriorado mi sistema”. Además, a los 28 años, Durek sufrió una insuficiencia renal.
"La familia de Marta ha sido muy comprensiva y cariñosa. Siempre me siento seguro y puedo hablar con ellos de cualquier cosa. No puedo exponer nuestras conversaciones privadas, pero tiene un padre y una madre muy sabios"
“Mi cuerpo no podía más. Acabé en el hospital, donde tuve una experiencia cercana a la muerte. Me desmayé siete veces y, a la octava, el médico me trajo de vuelta". Y añade: “Estuve en coma inducido durante dos meses y luego en diálisis durante ocho años. Mi hermana mayor, Angelina, se trasladó a Los Ángeles con su marido para cuidarme. Estaba en una silla de ruedas, pero gracias a los cuidados que me dio, me hice más fuerte".
Fue su propia hermana, quien le donó uno de sus riñones. "Angelina me donó uno de sus riñones (en 2012)”, que aún necesita diálisis. "Marta y yo hemos capeado muchas tormentas, pero nos han hecho más fuertes y ahora sentimos que podemos hacer cualquier cosa juntos".