El día que cambió la vida de Eduardo Santamarina tras tocar fondo por su adicción

La candidez de Eduardo Santamarina al hablar de su vida y los momentos más difíciles que ha enfrentado es una de las características del actor, algo que lo hace cercano al público que por 30 años le ha brindado al intérprete de 'Sin tu mirada', 'Yo soy Juan Querendón' o 'La desalmada' su apoyo y cariño de manera incondicional.

Mayrín Villanueva y Eduardo Santamaria en lo premios Platino 2021 en Madrid, España. (Photo by Juan Naharro Gimenez/Getty Images)
Mayrín Villanueva y Eduardo Santamaria en lo premios Platino 2021 en Madrid, España. (Photo by Juan Naharro Gimenez/Getty Images)

Desde su debut formal en 1992 en 'De Frente al Sol' con María Sorté y Angélica Aragón —telenovela de Carla Estrada en la que también debutaron Arcelia Ramírez, Ariel López Padilla y su futura esposa, Itatí Cantoral—, Santamarina (o 'Lalo', como le dicen cariñosamente sus más leales fans) empezó a destacar, no solo por su apostura, sino por su versatilidad; así el altísimo (1.96) y usualmente accesible y jovial actor lo mismo podía ser un cínico villano (como en 'La dueña', con Angélica Rivera) o un romántico empedernido (en 'Marisol' con Erika Buenfil, por ejemplo).

Lo que no muchos sabían en ese momento era que también vivía una lucha secreta contra las adicciones, que mantenía lejos de la vista de los medios y del público, pero que lo atormentó por casi dos décadas.

Ahora bien, ustedes dirán ¿qué tendría de especial su caso? Hay miles de famosos de todos los tiempos que han caído en las garras de las adicciones al alcohol y los estupefacientes, tanto que algunos no encontraron la salida y su muerte impactó al mundo, como Elvis Presley, Marilyn Monroe o Whitney Houston; y otros son conocidos por sus constantes recaídas o por haberse alejado para siempre de ellas, como Rafael Amaya, Robert Downey, Jr. o Demi Lovato.

A Santamarina le tomó tiempo, hasta que en tiempos más recientes, y por ayudar a los demás, habló abiertamente de su alcoholismo y cómo lo superó con la ayuda de su familia, especialmente con su actual cónyuge.

Durante una entrevista para el canal de YouTube de la veterana actriz Rosita Pelayo, de 'Cachún Cachún Ra Rá', el marido de Mayrín Villanueva se abrió y compartió con el público cómo fue que comenzó a consumir alcohol y cómo fue que, después de tocar fondo, superaría esta adicción. De un modo muy ameno y sin tapujos, Lalo no dudó en tocar este tema tan íntimo y espinoso y afirmó que desde hace casi 20 años no bebe nada de alcohol, ni siquiera algún dulce que incluya licor, nada, para evitar caer en la tentación de volver a beber. "Porque me perdía. Podía perderme por días de andar de fiesta."

Según lo reveló, Santamarina se inició en el consumo de bebidas embriagantes y otras sustancias de manera recreacional y casual en la adolescencia, y ese hábito lo siguió hasta convertirse en un actor. "Cuando empecé a trabajar en Televisa el alcoholismo comenzó a afectar mis llamados porque ya llegaba crudo, te vuelves tan cínico que llegas, y era terrible porque además tú te lavas los dientes, te bañas, chingo de perfumes, chicles, pero hueles a alcohol, y apestas de aquí a allá", explicó, "y no engañas a nadie."

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Según explicó, su adicción en realidad se debió a una situación congénita que inició en su seno familiar. Su padre, un médico otorrinolaringólogo, era alcohólico y él heredó la enfermedad; fue este uno de los factores que puso en riesgo su carrera y saboteó sus relaciones con Cantoral (madre de sus hijos mayores) y Susana González, quien fue duramente criticada por haberse involucrado con un casado y vio su reputación dañada por muchos años.

A lo largo de los 90 y hasta 2003 o 2005, fueron muchísimas veces que el artista llegó alcoholizado a los estudios de San Ángel y, como le decía a la Pelayo, pensaba que podía manejarlo y que nadie notaría su estado. Sin embargo, reconoció que en varias producciones le ofrecieron ayuda y le recomendaron internarse, pero no lo hacía. En una oportunidad Santamarina relató que fue tal su estado que llegó Mapat López, la productora de la telenovela, quien también era psicóloga de profesión, y lo mandó a su casa a descansar.

"Yo pensé que ya había valido madre, que me iban a correr. [Mapat] No me corrió, terminé la novela pocamadre, me dijo que cualquier cosa que necesitara y me dio unas gotitas como de homeopatía y me dijo ‘aquí estoy contigo, háblame, cuentas conmigo las 24 horas'. Eso me pudo más, me sentí con la cola entre las patas”, añadió el actor, quien también reveló que perdió por completo el interés en su carrera y que había caído en un bache emocional, que lo llevó a separarse en malos términos de Itatí (aunque se reconciliaron como amigos y padres de los gemelos idénticos que engendraron) y a dejar abruptamente a González, de manos a boca, haciéndole un trauma psicológico que la persigue hasta ahora.

Fue hasta que su padre entró a un centro de rehabilitación, con delirium tremens, que él vio su problema desde otra perspectiva. "Me metí al baño con un trago, me vi al espejo, me lo tomé ‘de Hidalgo’, me vi al espejo y dije ‘Gracias Dios mío que mi papá entró a la clínica’, a la semana estaba yo ya adentro y comencé a buscar la sobriedad", confesó el actor de 53 años.

Su unión con Mayrín le brindó la estabilidad que requería y ahora se mantiene sobrio en el consumo de alcohol y otras sustancias, pero no fue un camino fácil y espera que al contar su historia pueda ayudar a inspirar a otros a buscar la sobriedad que para él es "lo mejor que he experimentado, porque me ayudó a entender que sobrio soy mucho mejor ser humano."

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